Israel es el otro frente que tiene abierto la FIFA debido a sus interminables problemas con Palestina. Por tal motivo, el Congreso que el máximo organismo del fútbol mundial celebrará en Zúrich, los días 28 y 29 del presente mes, se perfila como el más calentito de cuantos han tenido lugar hasta ahora durante el presente milenio. A la ya de por sí polémica elección del nuevo presidente (o tal vez sea más correcto decir reelección, por cuanto que Sepp Blatter se perfila como claro favorito a certificar su quinto mandato al frente de la gran familia del fútbol mundial), se unirá un tema sumamente espinoso y que puede acarrear consecuencias imprevisibles caso de salir adelante: la posible exclusión de Israel de todas las competiciones internacionales como medida de castigo por hacerle la vida imposible a los futbolistas palestinos. 

Las reiteradas denuncias por parte de la Federación Palestina contra el gobierno de Netanyahu por restringir de manera permanente los movimientos de jugadores y material de la Franja de Gaza a Cisjordania no han cesado a pesar de que en el pasado Congreso, celebrado en Sao Paulo pocos días antes del inicio del Mundial brasileño, los representantes del balompié hebreo se comprometieron a negociar con su propio gobierno para suavizar tales medidas, evitando así que la petición de exclusión elevada ya entonces por Jibril Rajoub, máximo responsable del fútbol en los territorios ocupados, siguiese prosperando. 

De poco o nada parece haber servido la constitución, por parte del propio Blatter, de un grupo de trabajo para estudiar y analizar las relaciones entre ambos países, amén de su firme compromiso a terminar de una vez con la hostilidad que padece el balompié palestino a manos de las fuerzas de ocupación. Así las cosas, la FIFA está más decidida que nunca a pasar a la acción y plantear directamente a las 209 federaciones que la integran durante el citado Congreso una votación por la que sus miembros decidirían si Israel es o no expulsada de los terrenos de juego a nivel internacional. 

El malestar de Blatter con Israel por violar de manera constante su normativa ha ido en aumento y se antoja muy difícil que vaya a dar marcha atrás en sus intenciones. Sea como fuere, el presidente de la Federación Israelí (IFA), Ofer Eini, y su consejero delegado, Rotem Kemer, se reunirán de manera inminente con el mandamás suizo con el objeto de tratar de buscar nuevas vías de consenso que impidan la celebración de dicha votación.   

«No vamos a permitir que Israel sea presentado como un país que violó los acuerdos que firmó. Haremos todo lo posible para evitar cualquier tipo de prohibición. Espero que la reunión con el presidente de la FIFA sea productiva y podamos evitar que todo esto siga adelante», señaló Eini a la agencia Reuters.

Mientras y a tenor de que el encuentro con Blatter no llegue a buen puerto, la IFA ha enviado una misiva a las más de 200 federaciones afiliadas a la FIFA para explicarles que no está implicada en temas políticos y pidiéndoles que rechacen de pleno la petición de expulsión solicitada por Palestina puesto que sus dirigentes han trabajado codo a codo junto a la FIFA para acabar con esas limitaciones que su propio gobierno impone al fútbol de los territorios ocupados.

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