La Copa y los pitos: de "suspender la final" a "una manifestación de odio"
Barcelona, Athletic Club y el Camp Nou. Los dos protagonistas y el escenario de la batalla que cierra la temporada del fútbol español con permiso de los equipos que se juegan el ascenso a Segunda. La final de la Copa del Rey no es un partido más de fútbol. A nadie se le escapa el alto contenido político intrínseco de la contienda. Puede que antes del partido o en las gradas se produzcan distintas reivindicaciones, pero lo que todo el mundo da por hecho es que el himno nacional será pitado. Tanto que el tema ha sido comentado desde el momento en el que se supo qué equipos lucharían por la Copa y, como en todo, hay opiniones para todos los gustos: desde la de los jugadores del Barcelona a la de los políticos vascos pasando por directivos, futbolistas de otros equipos o el presidente del Gobierno.
Empezando por éste último, Mariano Rajoy comentó ante los micrófonos de RNE que lo sucedido en las finales de 2008/2009 y 2011/2012 en las que los protagonistas fueron los mismos “no tiene ningún sentido ni se produce en ningún país del mundo. Como la inmensa mayoría de los españoles, soy partidario de que no se pite”. Además no quiso pronunciarse sobre si es partidario de suspender la final si hay silbidos. Esta opción fue planteada por Javier Tebas. Aunque la final de Copa no es competencia de la Liga, su presidente se comprometió a trabajar para “romper con la tradición de los. Es algo con lo que debemos terminar y por mi parte se van a perseguir. Por el hecho de que haya ocurrido otras veces no se puede convertir en una tradición. ¿Suspender la final? ¿Por qué no? Me parece fatal que se pite el himno de España. Se debería tener el máximo respeto”.
La misma censura ejerció Alejandro Blanco, presidente del COE: “No estoy nada de acuerdo. La imagen de España es la bandera y el himno y no podemos ser nuestros propios enemigos. En el momento en el que llegue su Majestad y suene el himno, la mayor muestra de respeto al deporte, a la sociedad y a España es escucharlo en silencio o aplaudir. Eso es lo que hay que hacer”. Miguel Cardenal, por su parte, apostó en su momento por “desterrar la polémica sobre los pitos en la final de la Copa del Rey y dejar de hablar de este tema para apelar a una fiesta del fútbol, un deporte debe estar separado de la política”. Sin dejar la política de lado, Esperanza Aguirre no dejó pasar la oportunidad de mostrar su opinión: “Sería una manifestación de odio a los españoles y un hecho intolerable. ¿Qué les parecería que se silbase cuando suena Els Segadors? Hay muchos catalanes que se sienten españoles”.
El Correo reunió a tres de los lehendakaris del País Vasco para que mostrasen su opinión sobre los famosos silbidos al himno de España. Ardanza propuso que además del nacional, también suenen esta noche el de Cataluña y País Vasco: “Teniendo en cuenta las circunstancias y los debates planteados, lo plantearía como un gesto político de concordia, normalización, entendimiento y buena voluntad”. Por su parte, Patxi López puso énfasis en la tolerancia: “Nunca he entendido que la afirmación de los sentimientos propios se haga a costa de denigrar los ajenos. Como vasco y seguidor del Athletic, me resulta incomprensible que, en lugar de acudir al estadio a apoyar a su equipo, haya quienes vayan a silbar un himno y a abuchear lo que representa para otros la institución que da nombre a la Copa que voluntariamente se disputa”.
Finalmente, Urkullu, actual presidente del País Vasco, confía en que la afición del Athletic sepa lo que realmente importa esta noche, ser el jugador ‘número doce’: “Conozco también lo que significa la afición. Tener a la gente detrás, el apoyo dentro y fuera del campo. La presión y la confianza. El grito, el estímulo y el aplauso. La afición va a presionar, aplaudir y animar. Conozco el fútbol y sé que el equipo necesita a una afición, ejemplar como lo es, concentrada en lo importante”.
En declaraciones recogidas por El País, Trías (alcalde de Barcelona) comentó que el Rey no compartiría la opción de suspender la final “porque es inteligente”. Areso, su homónimo en Bilbao, apuntó que sería “un auténtico escándalo”. El primero de ellos, además, criticó que se intente confundir pasión y política: “Llevarlas a no sé qué terrenos es una gran equivocación; el deporte debe unirnos, no separarnos, pero hay gente que entiende que estas cosas son útiles para sacar provecho político”. Por otro lado, Ada Colau, posible próxima alcaldesa de la Ciudad Condal, ha declarado que los responsables políticos y las personas que se sientan molestas ante la posibilidad de una pitada “harían bien en preocuparse por las causas por las que se producen esas protestas. Estoy a favor de la libertad de expresión mientras sea de forma pacífica. Es esencial en democracia”.
Los políticos no han sido los únicos que han hecho público su parecer y sentir sobre la posibilidad de silbar el himno nacional. Algunos de los verdaderos protagonistas de la final de Copa también se han pronunciado al respecto. De esta manera, Andrés Iniesta lo hizo en una entrevista concedida al programa de Cope ‘El partido de las doce’: “No, no gusta que sucedan cosas así o que haya este tipo de discusiones o de situaciones. Yo al final lo que quiero es que el deporte sea deporte y que el resto de temas queden aparcados. Al final a mí lo que me importa es ir a jugar, es disputar un partido muy bonito y todo lo demás pues son cosas extras del fútbol que nunca son buenas. Me gustaría que la gente lo disfrutase y que la gente que va al campo se exprese como quiera expresarse”.
Su compañero de vestuario, Gerard Piqué, confesó que él también se haría “la pregunta desde el otro lado: ¿por qué pitan? La gente no pita de gratis. Al final, la gente expresa un malestar porque que te piten es un malestar. Pitar, si lo miro del otro lado, quizás no es lo más correcto porque al final estás pitando un himno, pero no soy yo el que está en la grada pitando. Mi trabajo es jugar al fútbol. Es inevitable, incontrolable, no puedes hacer nada”. Sin dejar el Barcelona de lado, Joan Gaspart, expresidente del club azulgrana y actual vicepresidente de la RFEF, apuntó que suspender la final “sería un súper escándalo porque iría contra la libertad de expresión de la gente. Yo no voy a pitar ni al himno ni al rival. No podemos obligar a 90.000 personas a hacer lo que quisiéramos. Sé lo que voy a hacer yo. Lo que hagan los demás se escapa a cualquier presidente de cualquier estamento de la Federación”.
Otros, como Sergio Ramos, evitaron hablar del tema en su momento: “¿Los pitos al himno? No te puedo responder porque no juego la final, me eliminaron”. Sea como sea, la Comisión Antiviolencia estudia la posibilidad, de acuerdo con la legislación vigente, de imponer las sanciones que procedan si se dan hechos contrarios al ordenamiento jurídico. Mientras, Carles Vilarrubí, vicepresidente del Barcelona, comunicó en Rac1 que el Gobierno les ha mandado una carta pidiendo que pongan “los medios necesarios para que no se produzcan alteraciones contra los símbolos del estado. El Barcelona ha de pedir formalmente a todo el mundo que respete los himnos y las instituciones”. ¿La respuesta a todas estas peticiones y opiniones? Esta noche, a partir de las 21:30 en el Camp Nou.
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