Honor 70 análisis un buque insignia de gama media
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Haciendo gala al significado de su propia nomenclatura, Honor parece estar buscando destacar por la excelencia en el diseño en el que se iza como su buque insignia de 2022. Lo vemos en el análisis del Honor 70, un smartphone que busca ser una opción completa de gama media-alta que no pase desapercibida.
Lo buscan manteniendo el diseño que en su momento estrenase el Huawei P50 y que adoptó el Honor 50, con curvatura en la pantalla y el doble anillo de cámaras, ahora asimétrico. También con unas especificaciones que, si bien no lo posicionan en lo más reciente y potente de la industria, lo plantean como un móvil completo, competente y que tampoco llega al precio ésos que sí van con lo último. Os contamos qué tal con él.
Ficha técnica del Honor 70
HONOR 70
PANTALLA
OLED de 6,67 pulgadas
100% DCPI-P3
FullHD+ a 2.400 x 1.080 píxeles
Refresco hasta 120 Hz
PROCESADOR
Snapdragon 778G Plus 5G
VERSIONES
8+128 GB
8+256 GB
CÁMARA TRASERA
Principal: 54 megapíxeles f/1.9
Gran angular/macro: 50 megapíxeles f/2.2
Sensor de profundidad 2 megapíxeles f/2.4
CÁMARA FRONTAL
32 megapíxeles
SOFTWARE
Android 12
Magic UI 6.1
BATERÍA
4.800 mAh
Carga rápida con cable de 66W
CONECTIVIDAD Y SONIDO
Dual SIM
5G, WiFi 6
Bluetooth 5.2
GPS
USB tipo C
OTROS
Lector de huellas bajo la pantalla
Protección IP68
DIMENSIONES Y PESO
161,4 x 73,3 x7,91 milímetros
178 gramos
PRECIO
8 GB RAM + 128 GB: 549 euros
8 GB RAM + 256 GB: 599 euros
Diseño: inyección de curvas y persecución de la simetría
Como decíamos en la introducción, la estética es una parte que destaca el fabricante en este nuevo móvil de Honor, dibujando esas formas heredadas de sus predecesores.No es, por tanto, un móvil rompedor con respecto a éstos, pero sigue teniendo unos patrones algo distintos a la competencia en términos de ese módulo de cámaras con un doble anillo (siendo así, en realidad, dos módulos).
Esto, por cierto, hace que la trasera sea casi la única parte asimétrica del móvil, si bien cabe decir que dentro de cada módulo las cámaras/flash se alinean al centro para buscarla un poco. El frontal tiene le cámara subjetiva al centro también y se curva hacia la trasera, de manera que ambas partes convergen logrando (esta vez sí) un corte simétrico. Aunque el USB tipo C, que está en el lado inferior junto con el único altavoz y la bandeja de la SIM, no se alinea al centro.
El Honor 70 es ergonómico y cómodo pese a ser grande, además de ser relativamente ligero para su tamaño
Más allá del aspecto, la doble curvatura hace que el móvil sea ergonómico y cómodo pese a ser grande. También ayuda su relativa ligereza, dado que hablando de un volumen como el del Honor 70 no es habitual que, como en este caso, se quede por debajo de los 200 gramos (178 gramos). Lo vemos junto con otros móviles en nuestra habitual tabla comparativa con dimensiones y peso.
Como podéis ver en las fotos, hemos probado el color que Honor llama Midnight Black, siendo un negro con acabado en brillo. Una lástima no haber probado el acabado en mate que sí existe para otros colores, dado que en este caso las huellas van a ser una constante en la trasera, si bien es bastante antideslizante y no resbala.
Con todo esto queda un móvil con buenos acabados, heredando la sensación que desde hace tiempo nos estaban dejando los Huawei de gama alta sobre todo desde el Huawei P30 Pro. Aunque las marcas están cada vez más desligadas, como ocurre en la naturaleza con las especies más nuevas, es normal que haya ADN de las anteriores durante generaciones (y, si hablamos de diseño y construcción, sin duda son buenos genes).
Pantalla: nada nuevo bajo el (terrible) sol
Por precio y algunas de sus especificaciones, el Honor 70 no queda en la gama media más ajustada, pero tampoco puede entrar en la excelencia de los gama alta y sus procesadores y pantallas de última generación. Esto no significa que la pantalla no cumpla expectativas porque lo hace, pero sí que veamos algo que ya nos es bastante familiar.
Se trata de una pantalla curvada OLED de 6,67 pulgadas con una resolución FullHD+ de 2.400 x 1.080 píxeles, con una tasa de refresco de hasta 120 hercios. Con esto, cumple los mínimos de una pantalla competitiva a partir de cierto rango y con ese pseudoestándar no escrito de “prestigio” que le han acabado dando a la curvatura lateral del panel.
Vayamos por partes, como siempre. ¿Es suficiente una resolución FullHD+ para tener una buena experiencia? Sí, ni vemos los píxeles, no vemos nada desdibujado, ni nos falta nitidez. En este caso, además, es suficiente también para competir con los rivales más directos y dejar las guerras de densidad de píxeles para móviles más ambiciosos.
¿Son suficientes los 120 hercios de tasa de refresco? Lo son, más que suficiente si además no somos jugones. Nos dan ese plus de fluidez notable en scrolls y algún otro caso, pero por suerte en este caso los 60 Hz no quedan tan lentos como ocurre en muchos móviles que ofrecen diferentes ajustes para la tasa de refresco (se nota la menor fluidez, pero se lleva bien). En el apartado de autonomía hablaremos de si influye o no en ella el que lo dejemos a 120 Hz, 60 Hz o en ajuste automático.
Por su parte, el panel viene bien calibrado de fábrica, con una buena dosis de contraste y brillo máximo suficiente y sin que hayamos tenido problemas en estos días de sol intenso cuando más directamente da. Eso sí, aunque el ajuste de brillo automático funciona bien en general, alguna vez le hemos tenido que ayudar por quedarse bajo (al pasar de un entorno con baja luz a uno más iluminado).
El panel viene sobresaturado, como suele ser habitual históricamente en los AMOLED, pero disponemos de la posibilidad de seleccionar otro modo de color y la temperatura del panel en los ajustes de pantalla. También podremos ajustar la tasa de refresco (como decíamos), así como activar modos de lectura o “esconder” la cámara frontal tintando de negro la barra de tareas.
La sensibilidad táctil de la pantalla es correcta y la navegación por gestos funciona bien, pero exactamente igual que dijimos para el Vivo X80 Pro, con la curva hemos topado. Hemos tenido algún toque fallido debido a estar tocando sin querer la curva al sostener el móvil y, para variar, tenemos la antiestética sombra que siempre provoca dicha curvatura del panel (aunque esto no molesta para nada en la experiencia).
Por su parte, el agujero para la cámara frontal, no nos ha dado ningún problema de visualización ni de manejo en apps de pantalla completa e independientemente de la orientación. El agujero es pequeño, de unos 4 milímetros, con lo que la barra de herramientas queda en unos 6 milímetros, que es lo que solemos ver cuando la cámara tiene ese diámetro, de modo que no queda demasiado ancha ni se desperdicia espacio.
Rendimiento: sacando jugo a un chip de la gama media más jugona
Pese al problema con los semiconductores, dicha industria no paró (todo lo contrario) y hemos seguido viendo lanzamientos de nuevos procesadores con renovaciones incluso semestrales, pero eso no significa que lo “antiguo” sea malo o se quede corto. De ahí que, según el caso, recurrir a «antiguos» procesadores puede estar bien, especialmente si buscamos reducir costes y no tener los máximos millones de operaciones por segundo.
En este Honor 70 vemos el Snapdragon 778G+ 5G, un procesador para la gama media de primera línea que ya era una evolución (del Snapdragon 778G, lanzado seis meses antes). Un SoC que nos ha parecido suficiente para que el móvil pueda mover perfectamente las tareas del día a día y juegos más exigentes como el ‘Asphalt 8’ o ‘Genshin Impact’, teniendo en cuenta que contamos con 8 GB de RAM.
Cuando ejecuta alguno de estos juegos (a veces no precisamente los que aparentemente piden más recursos) sí podemos notar que la temperatura sube ligeramente, aunque ese calor se logra disipar de alguna manera a tenor de las temperaturas que nos da internamente. En todo caso, no hemos notado que el motor de este móvil se quede corto en ningún momento, sin ver lag en ejecuciones u otros síntomas de insuficiencia.
Para quienes atendéis a los resultados de las pruebas de rendimiento, os dejamos como siempre los resultados de los habituales benchmarks.
Al software propio sigue sin llegarle el último toque de magia
Aunque hace unos ocho meses desde que analizásemos el Honor 50 (el predecesor más directo que llegó a España, porque no lo hizo el Honor 60) y tenemos una versión posterior de software, la sensación de déjà vu es constante tanto por los alicientes como por las carencias. Tenemos, pues, Magic UI en su versión 6.1 sobre Android 12 (con servicios de Google).
La estética sigue mostrando aires de EMUI tanto en ajustes como en los iconos de apps, observando que el Honor 70 arranca con un mínimo bloatware. Algunas se pueden desinstalar, aunque para ello tendremos que ir al cajón de apps si tenemos esa distribución de pantalla de inicio (dado que no se podrán desinstalar desde el escritorio).
Seguimos sin encontrar además la ausencia de opciones en la multitarea (como la pantalla dividida), si bien es posible tener ventanas flotantes que funcionan bien y son bastante versátiles. El modo juego, algo ya habitual en prácticamente todas las capas de software de las marcas más comunes, sigue sin existir.
Lo que sí vemos es un menú de ajustes del sistema bastante claro y completo. Es fácil encontrar los aspectos que se suelen buscar, como los de configuración de la pantalla o de personalización. Y en cuanto a esto segundo, vemos que Honor ofrece las opciones habituales para configurar la pantalla de inicio y algunas posibilidades en cuanto a interacción en el apartado de accesibilidad.
Podemos elegir, como hemos comentado, entre un solo espacio para las apps o bien tener cajón y escritorio y los sistemas biométricos funcionan muy bien. El lector de huellas, en pantalla, resuelve bien y rápido en cuanto ponemos la huella y el reconocimiento facial también funciona muy bien (en la oscuridad gracias a la iluminación de la pantalla de bloqueo).
De nuevo, a favor de Magic están la estabilidad y fluidez que ya vimos en el Honor 50 y que nos parece que se mantienen. No hemos tenido fallos como reinicios o parones, todo ha funcionado correctamente y sin problemas.
Fotografía: nuevo sensor, conocidas sensaciones
Una de las partes que estéticamente destaca es ese doble módulo de cámaras en la parte trasera, en el cual vemos una apuesta que tiene ciertos puntos interesantes: un sensor principal que sale a escena con este móvil por primera vez y un sensor de alta resolución para la lenta gran angular. Concretamente, éstas son las cámaras del Honor 70:
- Sensor principal de 54 megapíxeles (Sony IMX800) con lente con apertura f/1.9.
- De 50 megapíxeles con lente gran angular con apertura f/2.2 y campo de visión de 122 grados, que hace función de lente macro también (2,5 cm AF).
- Sensor de profundidad de 2 megapíxeles con lente f/2.4.
- Cámara frontal: sensor de 32 megapíxeles.
App de cámara
La app de Magic UI se conserva al 100% con respecto a lo que vimos en el Honor 50; la estética, funciones y distribución de las mismas es clonada. En modo automático veremos disparos de 12 megapíxeles, mientras que para los 54 tendremos que irnos al de alta resolución, en el cajón.
La esencia de Huawei se mantiene aquí también cuando vemos el HDR como uno de estos modos de cajón, restringiéndolo a los 12 megapíxeles y sin que podamos aplicarlo a otros modos. De hecho, aunque podemos editar la presencia o no de los modos extra del cajón, no podremos sacarlo de ahí para ponerlos entre los principales (y viceversa).
Más resquicios del ADN previo son los modos separados de apertura y retrato, cuyo fundamento es muy parecido: añadir un bokeh artificial al que la lente puede hacer per se para este tipo de fotografías. Lo positivo: el modo retrato no hace el vacío a lo que no es humano (gracias de parte de nuestras mascotas).
En los ajustes de la app vemos las opciones habituales, manteniendo también el que la resolución del vídeo sólo pueda cambiarse desde aquí (y no desde el propio modo). estando aquí la posibilidad de cambiar la resolución del vídeo (y no en la pantalla principal). El modo noche sí está entre los principales, funcionando también con la cámara gran angular.
La app funciona relativamente bien, pero con ese modelo EMUI seguimos viendo poco práctico que haya modos inamovibles en el cajón “más” o que no haya ciertas opciones con botón directo. Aunque lo negativo de esto es que los cambios de modo son lentos y muchas veces cuesta abrir esta pestaña “Más”, por el software y en parte por la curvatura.
Cámaras traseras
Teníamos curiosidad por ver qué tal rinde el sensor del Honor 70 porque se trata del estreno del Sony IMX800. Pero no sólo es este componente el que determina el resultado de las fotografías, considerando el ISP, el procesado, etc.
Lo que hemos visto en el disparo automático (imágenes de unos 13 megapíxeles) es que el desempeño es solvente, sin destacar especialmente y cumpliendo bien en fotos diurnas en abierto. Los colores son realistas y el balance de blancos suele ser correcto y próximo a la realidad, aunque echamos en falta contraste y sobre todo nitidez. Sin duda esto último es el punto más débil.
Pese a esto, las fotos en interiores no salen especialmente mal con una iluminación equilibrada, sin exceso de ruido, si bien se acentúa esa falta de nitidez (sobre todo en superficies con muchas líneas y/o detalles). Algo que se nota más en planos generales y bastante menos en primeros planos y macros, como suele ocurrir en general en la fotografía móvil.
El HDR no supone un añadido drástico con respecto al automático con la cámara principal.
Si bien veremos que se podría echar de menos en las fotos a resolución completa en contraluces y allá donde este disparo compuesto logra sacar más rango dinámico. Por ello, al final no nos compensa demasiado en general (sumando que es bastante incómodo ponerlo cada vez).
Como decíamos, algo que no tienen muchos otros móviles es un sensor de alta resolución para el gran angular, lo cual nos permite también tener una opción automática de unos 12-13 megapíxeles y el modo de alta resolución (50 megapíxeles). No obstante, tampoco podemos esperar “el milagro de los megapíxeles” en este caso.
Por partes.
Hablando del gran angular, en automático vemos los pecaditos habituales de estas cámaras en fotografía móvil: colores ligeramente lavados y menor resolución que la cámara principal, incluso en este caso. Si optamos por disparar a 50 megapíxeles tampoco vamos a notar demasiada diferencia más allá de tener fotos más grandes, aunque en algunos casos podemos ver una mejor corrección de la curvatura en los bordes (mejor definidos).
Hablando de los 54 megapíxeles en la cámara principal, lupa en mano vemos que en buenas condiciones sí se nota un poco más esa mayor definición que a veces nos prometen con una resolución mayor (aunque insistimos en que no siempre es así tampoco en la teoría, como explicamos al definir a fondo los megapíxeles).
De noche, tenemos el susodicho modo como teórico aliado según el caso. En las fotos con el gran angular e iluminación media-alta, sí vemos que ayuda un poco a mejorar el resultado sin alterar la exposición, pero lo habitual es ver que hay un resalte exagerado de los contornos que sí, define más, pero pagando con la moneda de los bordes artificiales y la sobreexposición.
Cambiando de tercio, tenemos la lente gran angular haciendo de macro.
Esta aproximación nos gusta más que colocar una lente macro per se porque 1) no tenemos una lente extra totalmente prescindible en un módulo ya probablemente grande (y el fabricante se la ahorra) y 2) No tendremos fotos de 2 megapíxeles, pequeñas y muchas veces con exposición, contraste y color descompensados.
Son fotografías muy anecdóticas porque se realizan a unos 2,5 centímetros del objeto, pero en este caso están bastante mejor defendidas que con sensores menores. Son fotos definidas (sin dejar atrás esa falta de nitidez de la que adolece un poco este sensor en este móvil) y equilibradas a nivel de contraste, con ese tono menos saturado que antes ya hemos comentado del gran angular con respecto a la principal.
El modo retrato y el modo apertura suelen trabajar bien. La apertura mínima en el segundo aún es f/0.95, si bien tendremos un resultado mucho más adecuado si nos quedamos entre f/2.4 y f/4. A igual apertura (f/1.9, que es la única disponible en el modo retrato), vemos que éste es menos agresivo en la aplicación del falso bokeh y normalmente tiene menos errores en los bordes, así que salvo que queramos modificar la apertura, nos saldrá mejor intentarlo con el modo retrato.
En general vemos que salva bien los bordes del sujeto u objeto enfocado y que tiene unos colores realistas y una exposición equilibrada. El desenfoque no llega a ser natural, pero son fotos solventes.
Cámara frontal
Las fotografías con la cámara subjetiva son correctas, aunque echamos de menos algo de detalle y, por tanto, realismo. Es como si en general tuviesen algo de neblina que habría que disolver para apreciar bien las texturas. Más o menos la experiencia se resumía en: hacerse un selfie, mirar el resultado y pensar “¿Tengo el modo belleza activado?”, para comprobar finalmente que no.
Más allá de tener el cutis que desearía y que no tengo, los colores salen además ligeramente lavados y notamos que el rango dinámico no es demasiado amplio, si bien al menos salva bien los cielos tras el rostro.
El modo retrato sólo ofrece el desenfoque por defecto y suele trabajar bien de día y en interiores, y salvo los problemas que tiene con un pelo revuelto, suele detectar bien al sujeto principal y aplicar el desenfoque (en el intervalo habitual de postizo) al fondo. Y el modo noche es una buena manera de salvar fotografías que de otra manera saldrían demasiado oscuras (si además no queremos usar la iluminación flash de la pantalla).
Vídeo
En vídeo creemos que hay trabajo que hacer. La estabilización electrónica no es suficiente para tener tomas fluidas (al menos en el nivel que esperaríamos de un móvil que aspira a ser buque insignia de una marca) y tenemos vídeos con “golpes”, especialmente al hablar del cambio de lente (que además no es muy práctico al ocurrir sólo deslizando con el zoom, sin botón directo).
La colorimetría no está mal, si bien el balance de blancos es demasiado cálido (sin empobrecer tampoco el resultado). Sí echamos en falta algo de contraste con respecto a la fotografía y también algo de rango dinámico, aunque las cámaras reaccionan rápido en este sentido cuando cambia el plano y hay un contraluz).
Autonomía: una media tranquilizadora y carga rápida solvente
El Honor 70 contiene una batería de 4.800 mAh, con lo que tenemos otro aspecto que ha evolucionado con respecto al Honor 50 (4.300 mAh). La carga rápida es de hasta 66 vatios, entregándose el cargador compatible con esta potencia junto al móvil.
Alternando días de mucho WiFi y días de más 4G, con cargas enteras a 120 Hz, 60 Hz y tasa de refresco variable, nos queda una autonomía media de 28 horas con unas 8-9 horas de pantalla, lo cual son buenas cifras. Cabe decir que hay diferencia entre un ajuste y otro, dado que la máxima autonomía la hemos obtenido a 60 Hz (32 horas) y a 120 Hz puede quedar en 26 horas, que no está nada mal.
En cuanto a cuándo vemos la tasa de refresco a una frecuencia u otra, hay que apuntar que si solemos usar el móvil para streaming no nos deberían preocupar los 120 Hz dado que, como solemos ver, en apps como Netflix o YouTube la pantalla se refresca a 60 Hz aunque lo tengamos configurado a 120 Hz. En el ajuste automático vemos que en la pantalla de inicio vemos 120 Hz, mientras que en juegos como el ‘Asphalt 8’ baja a 60 Hz. De ahí que el ajuste automático nos dé, como cabría pensar, autonomías cercanas a la media aritmética (28, 29 horas).
La carga se produce en algo menos de una hora, lo cual teniendo en cuenta que no es una batería pequeña nos parece adecuado. Además, es la segunda mitad de la carga la que es algo más “lenta”, de manera que podemos ponerlo unos 20-25 minutos para obtener ya más de la mitad de la carga, lo cual nos garantiza muchas horas de autonomía.
Sonido: cubriendo mínimos
Sin minijack de 3,5 milímetros y/o unos auriculares incluidos, el Honor 70 es demasiado competitivo en este apartado cuando lo que nos queda es una salida de audio sin estéreo. Con ello tendremos un sonido menos envolvente que cuando tenemos la doble salida, si bien al menos el altavoz único no queda tapado al sujetarlo en horizontal.
El máximo volumen a la salida del altavoz que hemos detectado son 98 decibelios, con lo que en el ambiente se queda en unos 78 decibelios. Eso sí, la calidad desciende drásticamente si lo tenemos al máximo, así que mucho mejor si nos quedamos en torno al 75%.
Escapando de esos volúmenes menos favorables (y bastante prescindibles, de hecho), el altavoz principal parece tener un buen rendimiento con un desempeño del audio aceptable, sin ser de baja calidad pero sin ningún alarde. De hecho, podría mejorar en claridad y especialmente en rango dinámico.
Hablando de los ajustes de audio especializados en este ámbito, nos tenemos que colocar los auriculares, aunque no todos permitirán ajustar el audio según el tipo de auriculares (nosotros no lo hemos podido habilitar ni con auriculares con cable ni con inalámbricos, de Huawei y Sony respectivamente). Lo que vemos nos suena porque son los ajustes de Histen (también heredados), ofreciendo la posibilidad de “dirigir” el sonido y de usar el ecualizador. Y en nuestra experiencia nos ha parecido quizás más útil el ajuste 3D en modo “cercano” o “magnífico”, dado que parecía ampliar un poco más el rango dinámico, pero sin milagros.
Honor 70, la opinión
El Honor 70 llega como el buque insignia de la marca para este año, su apuesta fuerte para Europa. Pero su liga no está entre los tótems de 1.000 euros con lo último en hardware, sino con esa estirpe de gama media que busca dar mucho de lo que ésos proporcionan, pero a un precio menor.
¿Lo consigue el Honor 70? En general cumple, nos da una buena experiencia y hay aspectos notables como la autonomía y la visualización de la pantalla. Pero nos deja un poco a medias en fotografía y sobre todo en audio.
Cabe destacar también la buena construcción y que es ligero para sus dimensiones, lo cual puede ser de interés para quienes busquéis una pantalla grande que pueda pesar algo menos (y sin reducir la batería). Eso sí, quizás la opción en blanco (Crystal Silver) puede ser algo más limpia que el tono negro.