Como ocurriera el año pasado, Mónaco no ha sido un fin de semana que Lewis Hamilton guardará en el cajón de las carreras para recordar. Si en 2014 fue su compañero el que le puso una zancadilla durante la clasificación -provocó una bandera amarilla cuando el inglés se preparaba para hacer su mejor vuelta-, en este curso ha sido su propio equipo. ¿Mala suerte? Por si acaso, para 2016 que corra con una ristra de ajos en su monoplaza para espantar cualquier mala vibración (y no de su coche).

No sólo no ganó la carrera, sino que terminó tercero, por detrás del Ferrari ‘invitado por Mercedes’ de Sebastian Vettel. La Scuderia, en clasificación se quedó una décima por detrás de lo que hizo en 2014, de tal manera que apuntala el paso atrás que dio en Montmeló con respecto a la evolución hasta llegar a Europa.

Más atrás de los Mercedes y los Ferrari terminó un piloto que hizo su mejor carrera en Fórmula 1: Roberto Merhi. En un circuito tan especial como el de Mónaco, donde las manos de un piloto son fundamentales, estuvo cerca de doblar a su compañero de equipo, Will Stevens, con un coche cuyo propulsor es más potente que el del español.

En Toro Rosso, sus pilotos dieron espectáculo, en el caso de Max Verstappen hasta que se le ‘cruzaron los cables’ para adelantar a Romain Grosjean. La seguridad impidió que el accidente tuviera consecuencias graves de un choque frontal como el suyo. Carlos Sainz salió desde el pitlane y concluyó décimo, en los puntos. Ya suma 9, tres más que el holandés.

McLaren por fin puntuó, lo hizo a través de Jenson Button porque Fernando Alonso tuvo que volver al box andando, como lo hizo el día anterior. Los problemas de fiabilidad suelen ser normales durante la pretemporada… y los de Woking permanecerán en este periodo durante gran parte de 2015. Aunque ya están llegando. Ya les queda menos de un camino que parecía imposible en Australia.

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