Gases de los explosivos afectan más a los pacientes asmáticos

Los fuegos artificiales son, para muchos, un espectáculo visual, pero su impacto en la salud de las personas con afecciones respiratorias es complejo, en especial para determinadas festividades.

Estos materiales pirotécnicos son una mezcla de pólvora con diferentes metales: entre sulfato, magnesio y zinc que, al estallar, generan micro partículas que se convierten en humo tóxico y su efecto suscita malestar en las mucosas al momento de ser inhalado. La neumóloga Maribel Freites dice que estos gases son tan intensos que producen una fuerte irritación de las mucosas.

“Afecta las vías respiratorias y los ojos. El cuadro del asmático se agrava al respirar aire contaminado con pólvora porque los pacientes poseen inflamación crónica en sus vías respiratorias”.

Según el estudio Isaac, un análisis internacional de asma y alergias en la infancia, realizado en 2017, los casos de asma en nuestro país son más frecuentes en Guayaquil.

La especialista indica que las vías respiratorias intentan defenderse de factores nocivos, en este caso el humo. Por ello genera una hiperproducción de moco, luego viene la tos seca. “Esta última es una reacción causada por la irritación que finalmente deviene en un broncoespasmo, que significa la contracción de las vías respiratorias”.

El alergólogo Iván Chérrez explica que los síntomas de un paciente con este problema respiratorio son opresión en el pecho, tos e incluso sibilancias que son signo de obstrucción de las vías respiratorias, detectadas al inhalar y exhalar. “Se escuchan silbidos en el pecho que empeoran en las madrugadas”.

La mejor forma de prevenir complicaciones en los pacientes asmáticos es tratándolos. El primer paso es realizar una espirometría que mide la capacidad funcional de los pulmones mediante inspiración y espiración.

Otro estudio importante es la medición de la fracción exhalada de óxido nítrico, conocida como Feno. “Con los resultados de esta prueba se determina si el paciente deberá usar permanentemente el inhalador o suspender su uso”, explica Chérrez. (I)