Familias adoptivas comparten sus experiencias en encuentro

La adopción: Vidas que se encuentran y familias que se crean. La frase se repetía en cada uno de los carteles que colgaban de una soga. Los cuadros contenían fotos de niños junto a sus padres y una reseña de sus historias.

Monserrate, de 39 años, los contempló y leyó. Ella se sintió identificada con los casos.

Desde julio de este año tuvo entre sus brazos a un pequeño de dos años luego de pasar por el proceso de adopción y recibir la declaratoria de idoneidad para ser su madre.

Ayer, ella junto a su esposo viajaron desde Cuenca para compartir su experiencia en el primer encuentro de la Red Nacional de

Familias Adoptivas, donde participaron 120 padres junto a sus hijos.

La jornada que finaliza este 10 noviembre se desarrolla en el Centro de Alto Rendimiento, en Durán.

Patricia Salazar, subsecretaria de Protección Especial del Ministerio de Inclusión Económica y Social, explicó que con esta actividad se promoverá la constitución de la red para apoyar el cuidado y el crecimiento de niños y niñas que han sido adoptados. “Hay que reconocer el valor de las experiencias compartidas que tienen las familias”.

La funcionaria agregó que la red la integran personas que ya finalizaron el proceso de adopción. En 2019 en el país hubo 89 niños y adolescentes adoptados.

Durante el encuentro madres solteras y parejas de casados, de Guayaquil, Cuenca, Manta y otras ciudades del país, disfrutaron de una fogata. También recibieron charlas sobre el manejo conductual de los niños, elementos para la crianza y cómo contarles sobre su origen.

Esta etapa, aconsejó la experta Eda Aguilar, quien impartió una de las ponencias, no debe ser ocultada.

Ella aseguró que las familias adoptivas no solo deben revelar su origen, sino también transmitir la información con juegos y dinámicas para cerrar las interrogantes que los menores presentan.

Silvia ya habló de ello con Elvis, de 7 años. “Con mi esposo le hemos contado cómo llegó a nuestras vidas, pero también le hemos dejado claro que es nuestro hijo”. (I)