En Indonesia contabilizan 832 muertos por terremoto y tsunami

Las autoridades de Indonesia elevaron este domingo 30 de septiembre a 832 el número de víctimas mortales por los terremotos y el posterior tsunami que sacudieron la isla de Célebes, el viernes pasado.

El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, informó en una rueda de prensa en Yakarta que 821 personas murieron en Palu y las restantes 11 en el distrito de Donggala.

Sutopo explicó que continúan cortadas las comunicaciones con Donggala, pero igual recibieron informes sobre estas muertes.

Palu, capital de la provincia de Célebes Central, con una población de 350.000 habitantes, es la zona más castigada por el tsunami, después de Donggala, distrito con unos 277.000 habitantes situado a 30 kilómetros al noroeste del primero.

La catástrofe comenzó con un terremoto de 6,1 grados que causó un muerto y 20 heridos y unas tres horas después ocurrió el sismo de 7,5 grados y posteriormente el tsunami.

Los sismos no han dejado de registrarse desde entonces en la región y mantienen en tensión a los habitantes.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, inició este domingo 30 de septiembre una visita a las zonas más afectadas, para ver la tragedia y garantizar que la ayuda llegue a todos.

“Quiero ver yo mismo y asegurarme de que la respuesta al impacto del terremoto y el tsunami en Célebes Central llega a todos nuestros hermanos allí. Pido a todo el país que rece por ellos”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter antes de partir desde la isla de Java.

Los problemas más acuciantes son rescatara las personas atrapadas en los edificios derruidos, como ocurre con el Hotel Roa Roa de Palu; encontrar a los desaparecidos, asistir a los damnificados y restablecer los servicios básicos y las comunicaciones.

Sutopo indicó en la rueda de prensa que se habían reabierto varias carreteras, como la que conecta a Palu y Poso, ciudad principal ubicada a 112 kilómetros al sureste de la anterior.

Para contener los casos de robos y saqueos denunciados en Palu, las autoridades autorizaron a las víctimas de la catástrofe a conseguir provisiones en determinados comercios a cargo del Estado.

“Hemos acordado con (las cadenas) Alfamart e Indonmaret los productos que pueden obtener”, dijo en Palu el ministro de Asuntos Internos, Tjahjo Kumolo, según los medios locales.

Otro problema es la fuga de más de 560 reclusos que estaban en la cárcel de Donggala y que escaparon aprovechando los daños causados por los terremotos.

Indonesia se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 seísmos, la mayoría moderados.

El vicepresidente de la nación afirmó que aún hay varias carreteras cerradas y por ello el número de víctimas puede variar. (I)