El «mundo» artesanal de Ecuador se reúne en el mercado de Guayaquil

El Ecuador de las artesanías está representado en el Mercado Artesanal de las calles Machala entre Ayacucho y Pedro Pablo Gómez, en el sur de Guayaquil.

Este sitio, que funciona desde 2003, tiene dos plantas y un parqueadero subterráneo. En este funcionan 486 puestos comerciales.

En la planta alta, que alberga locales de varias dimensiones, se vende comida (especialmente platillos de la Costa), ropa, libros, cuadernos, correas, helados. Además, se expenden algunas antigüedades.

En esta área hay espacios desocupados y esto es por la falta de clientela, dijo Gloria Sánchez, quien expende artesanías hace 18 años.

La guayaquileña, quien es jubilada del Ministerio de Salud Pública (MSP), alberga trabajos de obreros cuencanos, riobambeños, otavaleños e ibarreños.

Sánchez indicó que el trabajo es de 10:00 a 18:00, los siete días a la semana y en especial los feriados, cuando vende incluso morteros de mármol o madera, tortugas de varios tamaños y diferentes materiales, así como las “chivas” o las muñecas de mazapán, que son tradicionales de la parroquia Calderón, ubicada a 15 km al norte de Quito.

A pocos pasos un local se destaca por la venta de productos elaborados con paja toquilla, tagua, madera y cuero (suelen ser de Manabí). También hay otros artículos elaborados en acero, algodón, y otros materiales que son armados por guayaquileños.

En esta gama de productos están los de las artes plásticas, comentó la comerciante Sandi Andino, quien habita en la “Perla del Pacífico”.

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Los pintores trabajan en lienzo, telas o trípticos y esas reproducciones o pinturas propias es lo que ofrece Andino hace 14 años.

En el local se venden copias de Guayasamín y de otros exponentes internacionales del lienzo.

La porteña indicó que los cuadros de 60 por 80 cm pueden costar hasta $ 50 y otros más pequeños alcanzan los $ 30.

Sandi reveló que también se enmarcan cuadros y el valor depende del tamaño del pedido de la clientela, que en su mayoría suele ser de coterráneos y una minoría visitantes europeos (España, Francia e Italia) o de Estados Unidos.

La cantidad y variedad de productos es impresionante, indicó Matilde Parrales, quien llegó desde el cantón Jipijapa, provincia de Manabí, hace 15 años a vivir en Guayaquil. Ella necesita una hamaca para el patio de su vivienda, ubicada en una de las ciudadelas del norte de la urbe.

Matilde dijo que con su esposo acordaron adquirir el artículo, luego de que conocieron sobre el costo de las mecedoras que venden en el lugar.

La mujer indicó que los sombreros de paja toquilla que se comercializan en el sitio son tan buenos como los de su “tierra”, pues de allá los traen.

El sitio acoge los sábados de 10:00 a 18:00 a los maquiladores del cantón Pelileo, provincia de Tungurahua. El precio de los pantalones, licras, pantalonetas, camisetas, etc., para hombres, mujeres, niños y niñas van desde $ 10.

En otros locales se comercializan bolsos pequeños, pantalones de lana y chompas.

Eduardo Andrade lleva 40 años de los 83 que tiene en el negocio de la producción de anillos, cadenas, pulseras de oro y plata.

El hombre de origen orense -por sus padres- aprendió el arte de la orfebrería de su tío cuando tenía 30 años. Desde entonces vio los cambios en productos y la diversificación de las destrezas de los ecuatorianos en el Mercado Artesanal del sur de Guayaquil. (I)