El director del Banco de Argentina renuncia en medio del paro nacional

Argentina cambió este martes 25 de septiembre a su presidente del Banco Central, en un movimiento sorpresivo justo cuando el país negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI) una ampliación del acuerdo alcanzado en junio por 50.000 millones de dólares y en medio de una huelga general.

Luis Caputo, quien ocupó el cargo desde junio, anunció su renuncia mientras el presidente Mauricio Macri se encuentra en Nueva York, donde acude a la Asamblea General de Naciones Unidas.

Enseguida fue reemplazado por el hasta ahora viceministro de Economía, Guido Sandleris, un economista que ha trabajado para el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, y cuenta con una amplia trayectoria académica con un paso por el FMI.

«El objetivo principal del Banco Central es reducir la inflación. Trabajaremos para recuperar la estabilidad y previsibilidad de precios que la economía argentina tanto necesita», declaró Sandleris al asumir este mismo martes.

Hasta agosto, la inflación en Argentina acumula 24,3%, una de las más altas del mundo.

El nuevo presidente del Banco Central es considerado un cercano al ministro de Economía Nicolás Dujovne, quien desde Nueva York lo elogió como una «persona brillante, preparada para ejercer este cargo con una enorme solvencia».

«Argentina va a mantener su esquema de tipo de cambio flotante, las tasas de interés positivas para ganarle a la inflación e incentivar el ahorro en pesos”, aseguró Dujovne.

Gabriel Torres, de la calificadora de riesgo Moody’s, consideró que la «abrupta» renuncia de Caputo «aumentará la volatilidad cambiaria en el corto plazo» y que Argentina necesita «la confirmación de los detalles finales del nuevo acuerdo con el FMI» para calmar las aguas.

A la vez, el Fondo expresó su deseo de continuar la «estrecha y constructiva relación» con el Banco Central argentino y aseguró que se trabaja «intensamente con el objetivo de concluir las conversaciones a nivel técnico en muy poco tiempo».

Macri, quien está desde el fin de semana en Nueva York, se reunió el lunes con inversionistas y cenó con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.

El cambio en la presidencia del banco llevó a una depreciación de 2,15% de la moneda, que cotizó a 38,98 pesos por dólar, en un día de poco movimiento, con los empleados de la banca privada adheridos a la huelga general.

En el centro financiero de Buenos Aires solo una casa de cambio está abierta, aunque con escasa clientela. «El día está muerto, no pasa nada», dijo a la AFP una empleada del establecimiento.

Desde enero, la moneda argentina se ha depreciado alrededor de 50%.

Las grandes centrales sindicales argentinas realizan este martes una huelga general de 24 horas contra las medidas de austeridad y el acuerdo con el FMI, la segunda desde que se pactó el respaldo financiero en junio y la cuarta desde que asumió Macri en diciembre de 2015. (I)