Ecuatoriana Lilia Salazar, varada en Estados Unidos con su familia: ‘Nos sentimos desatendidos’

Lilia Salazar Chiriboga, de 62 años, es una abogada asesora de empresas, que se vio afectada por el cierre de fronteras internacionales a causa del coronavirus, durante un viaje familiar a Florida, Estados Unidos,

Nos cuenta mediante correo electrónico que había viajado el 8 de marzo a Tampa, por una emergencia familiar. «Vine a visitar a un primo que padece de cáncer grado 4. Otras dos hermanas y un sobrino llegaron una semana antes. Debía regresar el 17 de marzo en un vuelo de American Airlines, en la vía Orlando-Miami-Guayaquil».

Salíamos a las tres de la tarde de Miami, (cuando) una prima de Nueva York nos llama para indicarnos que cerraban los vuelos a las 23:00 en Guayaquil.

Hemos llenado varios formularios en el Consulado de Ecuador en Miami. Llamé (nuevamente) el miércoles (de la semana pasada) después de varios intentos y al preguntarle qué medidas tenían para los ecuatorianos una señorita me contestó que no había ninguna medida y que se había ordenado el cierre del aeropuerto hasta el 5 de abril.

Perdimos el seguro que teníamos de viaje. Por último compré pasajes para regresarme el 7 de abril en Copa con otras dos hermanas y mi sobrino de 13 años. Pregunto quién va a pagar todos los gastos que estamos (enfrentando), a quién por una decisión apresurada.

Nos sentimos desatendidos. Igual estoy con la incertidumbre de si abrirán o no el aeropuerto.

Ahora estoy en Boca Ratón, en Miami, en un departamento de mi hermana, es pequeño de dos ambientes. Dormimos en colchones inflables y diariamente tenemos gastos entre 80 y 100 dólares en comida, agua y otros.

Tengo (dinero) hasta esta semana, no sé como voy a hacer porque sufro de diabetes. La decisión del gobierno fue muy rápida, debió darnos más tiempo como lo hicieron otros gobiernos que otorgaron una semana más para que sus ciudadanos regresen al país.

Soy abogada, trabajo de manera independiente, doy asesoría en empresas, (pero) si no trabajo no gano, entonces estoy en incertidumbre, todo escasea, todo está caro.

Un viaje se planifica, se ahorra, se difiere el pago de los pasajes, hay que pagar las tarjetas de crédito yo las tengo elevadas (…), estoy tratando de manejar el poco efectivo que tengo (…) ya les pedí préstamos a mi clientes, los honorarios para poder subsistir.

En la Florida también ha aumentado el coronavirus, nos están exponiendo. Aquí hay restricciones. Estoy en el condado de Broward, no hay pollo, no hay carne, no hay pan, no hay agua, no hay papel higiénico, no hay toallas húmedas, lamenta.

Nos estamos cuidando. Queremos regresar. Nos someteremos a la cuarentena en la casa, como lo piden las autoridades.

En Ecuador me preocupa mi madre de 88 años. Está con una hermana, pero yo soy la que la mantengo, porque le compro sus medicinas y todo.

Estoy afectada psicológicamente. Ya no duermo, tengo insomnio, el azúcar se me ha subido.

Sé que igual que nosotros hay muchos ecuatorianos en la misma situación en Estados Unidos y otros países del mundo, lamenta sin aún tener una idea clara de cuándo podrán retornar. (I)