De la URSS a Rusia

Rusia es la heredera oficial de las estadísticas de la Unión Soviética en la Copa del Mundo, de acuerdo a la disposición FIFA. De tal forma, podemos decir que en este torneo del 2018 el cuadro euroasiático estuvo a la altura de sus mejores participaciones, pese a haber llegado en medio de la desconfianza general.

Del Mundial de México 1986 tengo un par de recuerdos breves, uno de ellos es el festejo de Diego Maradona tras el segundo gol sobre Bélgica, en semifinales. El otro es el buzo celeste marcado con las letras CCCP que usaba un golero circunspecto, cejón y que no sonreía jamás: Rinat Dassaev.

Dassaev fue pionero a la hora de romper la Cortina de Hierro. En 1988, dejó el Spartak de Moscú para enrolarse en el Sevilla español, en una época en la cual los jugadores de países comunistas no podían salir. Ese mismo año, tengo en la memoria el triunfo de la Unión Soviética sobre Brasil, en la final de los Juegos Olímpicos. Se me hacía imposible que el principal equipo sudamericano pueda perder con aquellos curiosos rivales, tan fríos y tan rudos en sus expresividad.

La CCCP en la camiseta era un motivo más para prestarles atención. En aquella era de diseños sobrios, que alguien ponga letras en la divisa de una selección era hasta audaz. Luego, pude saber que esas eran las siglas en cirílico de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y que las usaron siempre.

Y su historia es capaz de enamorar. Sea en primera línea, con cracks como Yashin, Netto, Blokhin, Savarov y otros, o en las etapas de pobreza como aquellos dos mundiales consecutivos a los cuales no pudieron llegar (Alemania 1974 y Argentina 1982).

Luego, tras el colapso y la aparición breve de la Comunidad de Estados Independientes, cada una de las repúblicas armó su respectivo equipo. De ellas, la única que ha podido destacar junto a la organizadora de este Mundial es Ucrania, que tuvo su era dorada con Andry Shevchenko.

Rusia tuvo pocos momentos de brillo y algunos hechos puntuales son los que destacan, como la gran actuación de Oleg Salenko en Estados Unidos 1994. Aparte del arponero, sobresalieron unos pocos como Víctor Onopko o Andry Arshavin. Roman Abramovic no hizo gol alguno o finta memorable, pero protagonizó en el fútbol mundial cuando se hizo con el Chelsea inglés.

A Rusia 2018 el equipo sin mayores expectativas. De hecho, el ranking FIFA decía que eran el equipo peor ubicado de todos los que llegaron al Mundial. Stanislav Cherchesov, el técnico, no podía con un equipo que estuvo sin ganar siete partidos y no motivaba a nadie. Como golpe de magia, en el debut con Arabia Saudí aprovecharon toda ocasión posible para sellar una goleada 5-0 que marcó su ruta.

Rusia en el Mundial 2018 igualó las expectativas con las que su antecesora, la URSS, llegaba a todos los Mundiales, pues solamente en una participación (1990) quedaron fuera en fase de grupos. Al menos en resultados, en el 2018 algo renació de ese equipo. Su fútbol especulativo, cicatero y sin mayores variables contrastó con el orden expuesto en el campo de juego. (O)