Cuando Dietrich Mateschitz levanta la voz, algo acaba moviéndose en la Fórmula 1
«¿Qué más tiene que ocurrir para perdamos nuestra motivación completamente?». Justo unos días antes de que se celebrara el Gran Premio de Austria en el Red Bull Ring, Dietrich Mateschitz se descolgaba con un sorprendente gancho al hígado de Renault que, sin duda, llevaba marejada de fondo: “No sólo nos sacan dinero y tiempo, también ganas y motivación”. Cabe imaginar a Carlos Ghosn, presidente de Renault, en la mesa de su despacho desayunando con tales declaraciones… Pero Mateschitz también apuntaba más lejos.
En semejante posición, tales ataques no parecen fruto de un ‘calentón’. Como en el ajedrez, anticipan jugadas y estrategias cuyo alcance comprobaremos en el tiempo. Con el propio Mateschitz como anfitrión en el Red Bull Ring, Sergio Marchionne, por segunda vez consecutiva en un gran premio, y Takahiro Hachigo (presidente de Honda), por primera vez junto sus tropas, cabe pensar en aquello de ‘reunión de pastores, oveja muerta’. ¿La oveja? El actual ‘statu quo’ de la Fórmula 1 que los fabricantes rivales de Mercedes quieren modificar.
«Cuando Dietrich habla así, hay que escuchar»
En el frente austriaco se ventila en estos momentos la incierta relación futura de Red Bull con el fabricante francés. Por segunda vez en plazo de un par de meses, Mateschitz amenazaba con la retirada de Red Bull de la Fórmula 1: “No puedes forzar a nadie a que se quede si no quiere, ¿no?”. ¿Hasta cuándo durará la relación de Red Bull con Renault en semejante estado pocos días después de que Cyril Abiteboul (responsable de Renault en la Fórmula 1) pidiera que la pugna quedara en el vestuario? Este asunto ya es un culebrón particular con numerosas derivadas: las posibles alternativas de Red Bull, la propia estrategia de Renault… Por este lado, Mateschitz volvió a meter leña en la caldera.
Red bull formula one driver kvyat of russia drives during the qualifying session session of the austrian f1 grand prix at the red bull ring circuit in spielberg
Christian Horner se encargó de ampliar la letra pequeña implícita en la andanada del boss. “Dietrich está realmente frustrado en este momento”, explicaba este fin de semana el máximo responsable del equipo: “No son palabras que no haya oído en privado, y cuando habla así, hay que escuchar”. Como sus ataques a los neumáticos Pirelli en el Gran Premio de España de 2013, demasiado blandos para el rendimiento aerodinámico del RB9. Aunque los pilotos también pidieron finalmente el cambio, al cabo de unos meses, el fabricante italiano modificó los compuestos.
Ferrari se ofrece como pareja de Red Bull
Hay más madera. “Creo que está frustrado con el deporte, no cree que la Fórmula 1 es lo que debería ser”, explicaba Horner para ampliar la postura de Mateschitz: “Como aficionado, también como promotor (del Gran Premio de Austria), como propietario de equipos y encima está la situación de Red Bull y Toro Rosso. Su frustración está a punto de alcanzar el punto de ebullición”. Incluso el propio Mateschitz se había referido en su diatriba a «un reglamento tan estricto en la aerodinámica» que impide a su diseñador, Adrian Newey, usar todo su talento”.
Para calentar el ambiente, Sergio Marchione saltó al ruedo para ofrecerse como un posible suministrador de motores en caso de que Red Bull rompiera sus relaciones con Renault. Al máximo responsable del Grupo Fiat Chrysler se le hacía la boca agua con la posibilidad de que su rival durante tantos años necesitara sus ‘servicios’: “Está en nuestro ADN, lo hemos hecho antes. Podemos suministrar motores a cualquier equipo que quiera correr, hablo con todo el mundo,y tengo un gran respeto por Red Bull”. “Mejor un motor B de Ferrari que un A de Renault”, insinuaba Helmut Marko días atrás.
Un ovillo que ha terminado de enredar a todos
La presencia del ejecutivo italiano en el Red Bull Ring confirmaba que en estos momentos se están tratando temas estructurales de fondo en la Fórmula 1 con los máximos responsables al mando. Red Bull acusa a Renault, Ferrari entra al quite, el fabricante francés estudia su futuro en la disciplina, Honda está a años luz del resto… Y todos coinciden en la delicada situación de la Fórmula 1 como espectáculo.
En este enrevesado contexto, los fabricantes se encuentran atrapados en un reglamento que impide recortar distancias con Mercedes. Entonces, cae por su peso que el bálsamo para todos pasa por la modificación de ese sistema técnico de extrema complejidad tecnológica con un restrictivo embudo para poder evolucionar. Y entonces todos los ojos miran hacia Ecclestone y la FIA para que alguien rompa este círculo vicioso en el que vive la Fórmula 1.
Un árbitro independiente
La F1 se ha convertido en un ovillo de múltiples intereses que ha inmovilizado a sus protagonistas. El sistema político actual ha materializado situaciones de dominio político y económico que impiden cualquier avance. Por ello, Christian Horner ponía en la mesa el nombre de Ross Brawn para que, como árbitro independiente, propusiera un nuevo reglamento que no estuviera condicionado por los diferentes intereses particulares.
¿Qué supondría para la imagen y posición de la Fórmula 1 el adiós de uno de sus actores cruciales, propietario de dos equipos que son, a su vez, la plataforma para uno de sus fabricantes? Consciente de su potencia de fuego, el propietario de Red Bull sacó nuevamente la maza de una posible retirada. En pocas palabras: “Arreglen esto”. Ese fue su mensaje implícito. Muchos podrán cuestionar la postura cuando son ahora los suyos los que no optan a la victoria. Pero, pataleta o no, ya sabemos que algo acaba moviéndose cuando Dietrich Mateschitz salta a la palestra. Al tiempo.
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