principales tipos de ingresos

¿Conoces los principales tipos de ingresos que hay? Diferencias entre ellos y cómo hacerlos crecer de manera inteligente

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Un ingreso es cualquier entrada de dinero en nuestra economía personal.

Por ejemplo, para muchas personas su principal (o incluso la única) fuente de ingresos es su sueldo.

Pero ¿sabías que existen otros ingresos que no dependen de tu trabajo?

Me refiero a los famosos ingresos pasivos.

Es un concepto que debes conocer si tu objetivo es tomar el control de tus finanzas personales y no vivir encadenado a una nómina.

Y no solo debes saber qué son, sino también cómo generarlos.

De todo eso te voy a hablar aquí.

En este artículo te explicaré los principales tipos de ingresos que existen, las diferencias entre ellos y cuáles debes priorizar para que sea el dinero el que trabaje para ti (y no al revés).

Los principales tipos de ingresos económicos que existen

Es muy probable que hayas oído hablar de los ingresos activos y pasivos. Pero eso es solo la mitad del cuadro.

En realidad podemos distinguir dos grandes clases de ingresos:

  • Según su relación con el tiempo de trabajo (activos y pasivos).
  • Según la periodicidad con la que los recibimos (fijos y variables).

Y para alcanzar tus objetivos financieros, es fundamental que entiendas en qué se diferencian y cómo se relacionan entre sí.

Empiezo con los del primer grupo.

#1. Según su relación con el tiempo de trabajo

No todos los ingresos aumentan de manera lineal con respecto al tiempo que dedicamos a trabajar; algunos pueden hacerlo de manera exponencial.

De aquí surge la diferenciación entre ingresos activos y pasivos/semipasivos.

A. Ingresos activos

Los ingresos activos son aquellos que dependen de forma directa del tiempo de trabajo: a mayor número de horas trabajadas, mayores ingresos.

El ejemplo paradigmático es el sueldo.

Si estamos empleados en una empresa que nos paga 1.000 € al mes y queremos aumentar esa cantidad, las únicas opciones que tenemos son:

  • Trabajar horas extra.
  • Encontrar un segundo empleo.

Por supuesto, también podrías buscar otra empresa donde te paguen más o pedir un aumento; pero en ambos casos seguirías intercambiando tu tiempo por dinero.

Y cuando los únicos ingresos que percibes son activos, el riesgo es evidente:

Si por algún motivo te vieras obligado a dejar de trabajar (te despiden, sufres una enfermedad grave, etc.), estos ingresos se reducirían o incluso desaparecerían de golpe.

Además, al estar ligados a las horas de trabajo, el potencial de crecimiento de los ingresos activos es limitado (el día solo tiene 24 horas).

De ahí la importancia de complementarlos con ingresos pasivos.

B. Ingresos pasivos

La otra cara de la moneda.

Los ingresos pasivos son aquellos que no dependen directamente del tiempo que dediques a generarlos.

Por ejemplo, supongamos que ahora mismo estás ganando 500 € pasivos al mes a través de inversiones en bolsa (concretamente, en acciones de empresas que reparten dividendos).

Para generar el doble de ingresos al mes (1.000 €) no te haría falta dedicar el doble de tiempo (8 horas) a gestionar tus inversiones.

La vía más común para generar este tipo de ingresos es precisamente a través de la inversión (más adelante en este artículo te daré algunas ideas concretas).

Nota: si te interesa invertir en acciones para generar ingresos pasivos pero no posees unos conocimientos elevados sobre esta área, te recomiendo que le eches un ojo a mi membresía “El Club de Dividendos”, donde cada mes comparto las empresas en las que yo misma invierto para obtener ingresos pasivos de la bolsa.

C. Ingresos semipasivos o residuales

Aunque los trate por separado, en realidad los ingresos residuales podrían considerarse un subtipo de los pasivos.

La fuente de este tipo de ingresos es un trabajo que realizamos una única vez, y que a partir de ahí nos genera ganancias recurrentes de manera pasiva.

Piensa, por ejemplo, en la escritura de un libro.

Redactar y publicar el libro en sí es algo que lleva bastante tiempo. Pero una vez se está comercializando, recibirás ingresos (en concepto de derechos de autor o royalties) por cada venta de manera pasiva.

 #2. Según su periodicidad

Pasamos ahora a clasificar los ingresos según la regularidad con la que los recibimos.

Tenemos dos tipos:

A. Ingresos fijos

Aquellas entradas de dinero que se repiten de manera periódica.

De nuevo el ejemplo más claro es el sueldo mensual.

Pero en este grupo también podríamos incluir la renta de un piso que tenemos en alquiler, o los dividendos que nos paga periódicamente una empresa de la que poseemos acciones, etc.

B. Ingresos variables

Este tipo de ingresos son los que se perciben de manera puntual.

En este grupo entrarían:

  • Las comisiones por venta que se cobran en ciertos puestos de trabajo.
  • Los incentivos o pagas extra que algunas empresas abonan a todos sus empleados por alcanzar determinados objetivos de facturación.
  • Plusvalías (vendes un activo financiero por un precio superior al que lo adquiriste).

Incluso podríamos incluir algunos ingresos totalmente inesperados y anecdóticos, como podría ser el cobro de una herencia.

 #3. ¿Cómo se combinan estos diferentes tipos de ingresos?

Si unimos todo lo que hemos visto hasta ahora nos salen cuatro categorías:

  1. Fijos activos: la nómina mensual.
  2. Fijos pasivos: dividendos, intereses por compra de bonos, rentas inmobiliarias, etc. (todos ellos se cobran de manera periódica).
  3. Variables activos: las comisiones por venta o incentivos salariales.
  4. Variables pasivos: plusvalías.

Y de entre todos ellos, los dos tipos de ingresos pasivos son los que te van a permitir depender menos de tu nómina y ganar estabilidad financiera.

Veamos cómo generarlos.

Cómo empezar a generar ingresos pasivos y hacerlos crecer

Antes de continuar debes tener esto presente.

Sin un adecuado control de tus entradas y salidas de dinero, conseguir más ingresos no te servirá de nada.

De hecho, entre las personas con una baja educación financiera es muy común que, a medida que sus ingresos aumentan, sus gastos lo hagan al mismo nivel.

Ganas más, gastas más.

Un fenómeno que Robert Kiyosaki, en su famoso libro Padre Rico, Padre Pobre , denomina “la carrera de la rata”.

Por eso, antes de plantearte ganar más dinero, primero debes tener los deberes hechos.

 #1. El primer paso: crea tu presupuesto mensual

Un presupuesto es un documento que te ayuda a llevar el control de tus gastos e ingresos.

Es decir, te permitirá:

  • Saber cuánto ingresas al mes y cuánto dinero necesitas realmente para costear tu nivel de vida (y así evitar que los gastos aumenten según lo hacen los ingresos).
  • Determinar qué porcentaje de tu dinero puedes invertir para hacer crecer tus ingresos pasivos (o, si aún no lo has hecho, ahorrar para crear tu fondo de emergencia).
  • Detectar y eliminar gastos superfluos que puedes suprimir, y así dedicar ese dinero a tus inversiones.

Eso por no hablar de que, sin un presupuesto mensual, es imposible conocer el estado de salud de tus finanzas ni hacer previsiones de futuro.

Si aún no has creado el tuyo, puedes utilizar esta plantilla de presupuesto mensual que he diseñado para los seguidores de El Club de Inversión.

Y si quieres aprender a utilizar tu presupuesto de forma óptima para alcanzar tus objetivos financieros, eso te lo explico en el módulo 3 de mi curso sobre Educación Financiera.

 #2. Invierte en activos que te generen ingresos pasivos

Una vez tengas tus gastos e ingresos bajo control, y siempre y cuando hayas creado tu fondo de emergencia, será el momento de dar el siguiente paso:

Invertir en activos productivos que te generen ingresos pasivos.

Al principio, lo más probable es que tengas que destinar una parte de tus ingresos activos (una parte de tu sueldo o de tu facturación, si tienes un negocio propio) a esas inversiones.

Sin embargo, a medida que tus ingresos pasivos empiecen a crecer, podrás reinvertirlos para adquirir nuevos activos y, así, hacer crecer tus ganancias.

Sé que esto puede sonar un poco confuso, pero en este diagrama lo verás con más claridad:

Aclarado esto, veamos cómo generar ingresos pasivos, tanto fijos como variables (y en qué casos deberías priorizar unos u otros).

Importante: no confundas “ingresos activos” con “activos productivos”. Los primeros son entradas de dinero que dependen de tu tiempo. Los activos productivos, por su parte, son bienes o derechos que tienen un valor económico determinado. De los diferentes tipos de activos te hablo más a fondo aquí.

A. Ingresos pasivos fijos

Los ingresos pasivos fijos son aquellos beneficios que recibes de manera regular.

Por ejemplo:

  • Los intereses que percibes por adquirir bonos (estatales o de empresas).
  • Los dividendos que te paga (trimestralmente, semestralmente, etc.) una empresa cuyas acciones posees.
  • El alquiler que le cobras a tu inquilino.

Este tipo de ingresos son muy útiles para complementar tu sueldo mensual.

Incluso, si los gestionas adecuadamente, llegará un momento en que tus ingresos pasivos mensuales superen a tus gastos, por lo que no estarás obligado a trabajar para vivir.

Es decir, habrás alcanzado la libertad financiera.

Si quieres saber más sobre la libertad financiera y cómo alcanzarla, te recomiendo que le eches un vistazo a mi libro “Inversión. Claves para alcanzar la libertad financiera”, donde profundizo en todos los conceptos que necesitas conocer para iniciar este camino.

B. Ingresos pasivos variables

La manera más común de generar ingresos pasivos variables es, como te decía más arriba, a través de plusvalías.

Inviertes en un determinado activo financiero y esperas a que se revalorice para venderlo en el futuro (al cabo de meses o años) por un precio superior al que pagaste para comprarlo.

Esta estrategia se puede seguir con prácticamente cualquier tipo de activo, incluyendo:

  • Inmuebles (una práctica común es adquirir un inmueble para reformarlo y revenderlo).
  • Acciones de empresas.
  • Participaciones en fondos de inversión y ETFs.
  • Etc.

Se trata de una fórmula muy interesante para aumentar tu patrimonio a largo plazo, y de hecho es la base de mi curso Alto Rendimiento en Bolsa (ARALP).

Pero incluso si tu objetivo principal es alcanzar la libertad financiera, mi consejo es que al menos una parte de tus inversiones las destines a generar ingresos pasivos variables.

El motivo es que, en ciertos casos, es posible obtener un retorno muy elevado por la revalorización de un activo.

#3. Aprovecha la magia de los intereses compuestos

Una vez empieces a generar ingresos pasivos, tu primer impulso será gastártelos enseguida.

Pero mi consejo, si ya tienes cubiertos tus gastos mensuales (de ahí la importancia de contar con un presupuesto mensual), es que reinviertas esas ganancias para beneficiarte de los intereses compuestos.

Este es un concepto fundamental del que ya te he hablado en un post anterior, pero te recuerdo brevemente en qué consiste.

Supongamos que inviertes 10.000 € durante 10 años con un interés del 5% anual. Ante estas mismas condiciones:

  • Si gastas los beneficios: el primer año cobrarás 500 € de intereses, el segundo 500 €, el tercero 500 € (interés simple)… Así, al final de la inversión tu capital será de 15.000 €.
  • Si reinviertes los beneficios: el primer año obtendrás 500 €, el segundo 525 €, el tercero 551,25 €… así hasta que, al cabo de 10 años, tendrás 16.288,95 €.

Y esta diferencia aumenta cuanto mayor es el horizonte de inversión, el interés anual que recibimos y el capital invertido.

Pon a tu dinero a trabajar para ti (y no al revés)

Lo mejor de generar ingresos pasivos es que su crecimiento es exponencial.

Un pequeño paso ahora puede acabar proporcionándote ganancias muy interesantes en el futuro.

De hecho, si gestionas tus inversiones de manera inteligente, es perfectamente posible alcanzar la libertad financiera; yo misma puedo dar fe de ello.

Además, a corto y medio plazo podrás depender menos del sueldo, ganar seguridad financiera y tener más libertad de elección. Algo que considero esencial en los tiempos que vivimos.

Si quieres saber más sobre cómo iniciarte en el mundo de la inversión, te animo a suscribirte a la newsletter para no perderte ninguno de los artículos que publico en este blog (además, al hacerlo te enviaré una guía con las 4 mejores formas de generar ingresos pasivos).

Por otro lado, si tienes cualquier duda sobre los tipos de ingresos que hemos visto en este artículo, no dudes en dejármela en los comentarios. Estaré encantada de ayudarte.