calibrar la imagen del televisor

Cómo calibrar la imagen del televisor y por qué es importante hacerlo

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Después de comprar una pantalla, monitor o proyector, puede ocurrir que la calidad de la imagen no cumpla con las expectativas de los usuarios, por lo que es importante calibrar algunos parámetros para obtener la máxima resolución. En general, se trata de un proceso que se puede realizar en unos sencillos pasos sin recurrir a terceros, con lo que la configuración se adapta de forma óptima a los estándares del usuario y en particular a la visualización concreta del usuario con ajustes como la iluminación, la posición del televisor en la habitación, el ángulo de visión, la distancia desde la que estamos sentados, etc.

Hay varias opciones para calibrar el televisor, aquellas que usan sondas y hardware, software para computadoras, teléfonos móviles, discos de calibración, sitios web con ajustes previos listos para usar y varias muestras y recursos en línea. Una de las tendencias que parece estar ganando fuerza es la introducción de este proceso de calibración en el propio televisor, especialmente en televisores de gama alta que incluyen un generador de patrones para facilitar la calibración, aunque es necesario adquirir otros elementos.

La calibración se realiza cambiando algunos de los parámetros estándar predefinidos como brillo, contraste o espacio de color, así como eligiendo los modos de visualización más adecuados del dispositivo para cada entorno y situación específicos.

Por qué es importante calibrar la imagen del televisor

Cualquiera puede calibrar un televisor siempre que siga los pasos correctos. Con la configuración indicada, puede tener una pantalla que funcione mejor para su hogar. Esto siempre será importante para obtener un nivel aceptable de visión.

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La creencia es que la mayoría de los usuarios domésticos pueden seguir algunas instrucciones simples a través de ciertos patrones y tablas de ajuste. Sin embargo, si quiere ajustar todo al milímetro, tiene que recurrir a un hardware especial o la ayuda de un especialista, lo cual no es barato.

A tener en cuenta antes de realizar la calibración

Podemos partir de los modos predeterminados del televisor. Suelen haber varios para ver películas, deportes, juegos, programación convencional, etc. lo cual puede servir de base para terminar de ajustar los diferentes parámetros a mano y por lo tanto no tenemos que empezar de nuevo.

Además, antes de empezar con la calibración de tu TV debes tomar en cuenta la posición en la que se encuentra. Por ejemplo, si esta cerca de una ventana, no será conveniente que se suban los niveles de brillo.

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Pasos para calibrar un televisor

 

1. Desactivar filtros predeterminados

Los televisores Led y OLED de la actualidad, y todos los televisores inteligentes, suelen tener toda una serie de efectos preestablecidos de fábrica para mejorar automáticamente la imagen con el software cuando no es posible conseguir un mejor nivel de calidad óptica física.

Existen desde el “modo telenovela”, como también el conocido “motionflow”, “overscan”, “modo HDR”, etc. Son un poco como los filtros de corrección de una cámara fotográfica. Lo importante en este punto es desactivar todos los filtros que estén activados.

 

2. Ajustar iluminación para día y noche

Primero debe realizar la configuración de día subiendo la retroiluminación hasta que podamos ver bien la imagen con la iluminación natural de la habitación.

Por la noche repita la operación pero bajando la retroiluminación hasta que le dé el tono deseado. De esta forma guardaremos cada una de estas calibraciones, si el televisor lo permite, en el correspondiente “modo noche” y “modo día”. Si no es así, tendremos que ajustarlo manualmente cada vez que haya un cambio de brillo.

 

3. Ajustar el brillo

Partirá de esta situación para ir subiendo progresivamente el brillo hasta encontrar el punto exacto que le agrade.

Como las imágenes en el televisor son cambiantes, deje pasar unos minutos en el calibre escogido para ver si se necesita un nuevo reajuste o ya se ve bien.

 

4. Ajustar el contraste

El contraste es lo contrario del brillo: con bajo contraste, las imágenes aparecen borrosas e indefinidas; con un contraste alto se observan demasiado marcados y oscurecidos en los puntos menos claros.

Desde el punto de máximo contraste reducirá el valor hasta encontrar la definición de contornos y formas que le parezca óptima.

 

5. Graduar la calidez de la imagen

La calidez de la imagen o la temperatura del color es un equilibrio entre los colores más cálidos, en el rango amarillo, y los colores más fríos en la escala azul.

Idealmente, partiendo de un extremo u otro, podrá eliminar de la imagen cualquier atisbo de azul o amarillo que realmente no se corresponda con los colores de la pantalla y le dejará fondos blancos con un tono neutro.

 

6. Desaturar los colores

La saturación de color es un parámetro que nos sirve para evitar que los colores sean en exceso vivos y muy fuertes o bien, por el contrario, apagados y mortecinos. Con el mando, desde el mínimo de saturación, que será la pantalla casi oscura, iremos subiendo de valor hasta encontrar un nivel aceptable, que tomaremos como referencia.

No obstante, seguirá subiendo de valor hasta el máximo, es decir con los colores fuertes y molestos. A partir de ahí volverá a bajar hasta alcanzar el nivel de referencia, para ver si lo tomó bien o le quedó excesivamente apagado.

 

7. Ajustar la textura o nitidez

La textura o nitidez, en inglés se llama “sharpen”, es otro valor a considerar y siempre deberá ser medido desde la distancia a la que suele sentarse o echarse para ver la imagen. Le dará el rango de definición y realce de las imágenes. Una nitidez demasiado baja hace la imagen muy borrosa; al contrario, una nitidez demasiado alta nos definirá todos los contornos y siluetas de pero de una manera demasiado fuerte, como si fueran afilados.

Lo ideal es que haya una armonía en la transición entre las diferentes siluetas y objetos de la imagen, con claridad de contornos pero sin brusquedades. Para encontrar el punto óptimo situaremos el valor al máximo de nitidez e iremos bajando hasta dar con el punto que nos haga sentir cómodos.