Carlos Sainz: "La vida en la Fórmula 1 es un sin parar, un sinvivir constante"

Carlos Sainz está comenzando su andadura en la Fórmula 1 por encima de las expectativas. Acompañado en Toro Rosso por uno de los pilotos más prometedores de los últimos años, está cambiando la percepción que se tenía de él antes de su debut. Tanto que, tras el pasado Gran Premio de España, Helmut Marko decía del español y de Max Verstappen que son “algo extraordinario” y los ponía como espejo ante los dos pilotos de Red Bull. El Confidencial habló con Sainz en Montmeló antes de comenzar el fin de semana del gran premio.

PREGUNTA: Imagine que se va a una isla desierta, coge perspectiva… ¿Qué es lo que aprecia desde la distancia de estos primeros meses en la Fórmula 1?

RESPUESTA: Me quedan sensaciones y un balance positivo, un comienzo mejor del que todos pensaban y, probablemente, del que yo mismo podía esperar. Gracias a esto, como que me he confirmado un poco, he llegado a la Fórmula 1 y quiero quedarme. Las primeras dos carreras en especial tuvieron momentos muy buenos. China fue un claro ejemplo de que cuando no haces algo bien, a la mínima que falla un detalle estás fuera de tu posición. Y en Baréin me pude resarcir. He aprendido mucho, han sido cuatro carreras muy distintas entre ellas y llego a Europa con muchos momentos buenos.

P: Hay pilotos que se dan cuenta de que pueden tener el nivel para la Fórmula 1. Schumacher confesó que en su segunda carrera en Monza vio que podía hacer algo grande. ¿Siente que puede hacer algo bueno en este mundo o es demasiado complejo?

R: Ojalá. Sobre todo, la Q3 de Australia y la Q1 de Malasia son mensajes que te hacen sentir que, por lo menos, la velocidad la tienes. Otra cosa es que lo sepas hacer constantemente; esto lo logras con la experiencia, como Fernando, que siempre saca el cien por cien del coche. Ha habido momentos esta temporada en que sientes que tienes ese ritmo, que debido a la preparación y a tantas categorías en las que has corrido, eso que llevas dentro lo puedes llevar a la pista cuando vienes aquí.

P: Elija con qué momento se queda de este año en la pista.

R: Hay bastantes, es difícil escoger uno: la Q3 de Australia me encantó, la Q1 de Malasia, la salida de Australia y verme quinto en mi primera carrera sin que pasara nada raro… La Q3 de Baréin fue la primera vez que saqué realmente el máximo rendimiento al coche.

P: La historia de Verstappen y su llegada a la Fórmula 1 es única. ¿Ha tenido la impresión de que él era el mirlo blanco y usted la víctima propiciatoria? Al principio de temporada, la percepción general, en la prensa internacional, así lo parecía.

R: Sí. La sensación era que yo tenía que demostrar más que él cuando en realidad yo llegaba de ganar las World Series, que no se ganan todos los días, con récord de victorias, el más joven de la historia, del Red Bull Junior Team… Sí, me quedaba esa sensación, como si mereciera menos la Fórmula 1. Pero bueno, al final los jefes de equipos que son los que a mí me importan, saben que yo llegué con la misma presión y me exigían los mismos resultados que él. En realidad, a mí lo único que me importa es lo que piense Franz Tost y en este sentido no cambio nada mi enfoque.

P: En las últimas décadas, pocos pilotos dominantes en la Formula 1, los números unos del momento, se han prodigado en elogios con otros de la parrilla como Fernando Alonso lo hace con usted. No se ve mucho en este mundo una relación como la que tienen.

R: Es totalmente verdad. Me siento un afortunado y lo aprecio muchísimo por parte de Fernando porque podría no haber dicho nunca nada de mí por mucho que le gustase o pensase que iba a llegar. Siempre ha tenido esos detalles conmigo, esos momentos en los que ha decidido echarme una mano y yo no puedo más que estarle agradecido toda mi vida.

P: El año pasado decía Hamilton que el cerebro de un piloto ya estaba al límite. Con este nuevo reglamento y la nueva tecnología comentó que les lleva a extremos increíbles de necesidad de asimilar y gestionar información. ¿Es cierto o no?

R: Sin duda. La Fórmula 1 ha llegado a un punto en el que con diecinueve carreras al año, el volante que llevamos lleno de botones, la cantidad de ruedas de prensa, entrevistas y viajes… lo que más hay que entrenar y manejar con cuidado es tu mente. Tienes que ir oxigenándola poco a poco, reflexionando y la tienes que gestionar porque a final de año tienes que llegar a la última carrera con las mismas ganas y la misma energía que en la primera. Y no es fácil.

P: A mucha gente le chocará: en los vídeos se le ve simular una vuelta volante en mano, con los ojos cerrados y en la pantalla se reproduce la pista. Normalmente cuando va a llegar a la meta, levanta la mano para señalarlo y lo clava.

R: Es también un poco para que la gente vea el nivel mental que podemos llegar a tener, lo llevamos todo en el disco duro. Yo me puedo acordar de muchas cosas cuando conduzco. Lo hacemos tanto y tantas veces que se te queda grabado. Es una capacidad como la de Mayweather, que da tantos golpes seguidos sin cansarse. Hay siempre un segundo arriba o abajo de diferencia cuando se supone que mentalmente llegas a la meta porque es difícil calcular la velocidad a la que vas por la recta; es más fácil hacerlo en las curvas y con las marchas que usas. Pero sí, estoy un par de segundos arriba o abajo. No sé por qué, pero es algo que a la gente siempre le impresiona mucho.

P: ¿Qué ha sido lo más difícil para adaptarse al llegar a la Fórmula 1? ¿La carga de trabajo fuera del coche, la compresión de la agenda al minuto, los viajes constantes?

R: La agenda, sin ninguna duda. Es un sin parar, un sinvivir que se dice, de eventos, prensa, entrevista, viajes…

P: ¿Y le quita oxígeno en su día a día, en su vida personal?

R: Al final, como pasas tanto tiempo en los aeropuertos tienes mucho tiempo para estar solo y reflexionar. Tiempo para ello hay de sobra también en los hoteles. Pero sí que te deja muy poco para tus amigos y familia. No es un problema, ¿eh? Yo estoy encantado de estar en la Fórmula 1 y perderme estas cosas. Simplemente es diferente.

P: Cuando uno entra en la Fórmula 1 empieza a viajar, a conocer distintos ambientes, mucha y muy diferente gente, pero a la vez el foco se tiene que cerrar para concentrarse en lo básico para rendir. Parece una contradicción, ¿se hace uno un poco más cosmopolita o al contrario?

R: Conoces más mundo, más países y ciudades pero, sinceramente, es cierto que la mente se cierra un poco. Tú tienes una energía mental que has de gastar en tu trabajo porque, si no, al final la desgastas sin razón. Te tienes que centrar en lo mejor de ti y eso pasa por envolverte y meterte un poco dentro de tu burbuja. Durante un gran premio todo el mundo que me viene a ver, mi familia y mis amigos, me lo dicen. Se nota que estoy como en otro sitio, metido en mi mundo, e intento que nada ni nadie me afecte.

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