El desarrollo urbano sostenible busca crear ciudades más amigables con los recursos naturales, económicos y humanos.

Así lo explican Alonso Ayala y Saskia Ruijsink, del Instituto de la Vivienda del Desarrollo Urbano de la Universidad de Erasmus en Róterdam.

Ambos llegaron a Ecuador para dar el tercer módulo de capacitación “Formación de Formadores”.

Este se realizó del 14 al 17 de mayo en Quito, gracias a la Cooperación Técnica Alemana (GIZ) y la Asociación de Municipalidades Ecuatorianas(AME).

El objetivo fue dar a conocer programas de capacitación en el campo de desarrollo urbano sostenible con enfoque en cambio climático y gestión de riesgos.

Al taller asistieron representantes de AME, de los Ministerios de Desarrollo Urbano y Vivienda, de Ambiente y de Transporte y Obras Públicas, del Banco del Estado de Ecuador y del Instituto de Investigación Geológico y Energético.

Para Ruijsink, una ciudad no es sostenible si usa más recursos de los que tiene.

Y a criterio de Eduardo Noboa, coordinador deFortalecimiento de Capacidades e Investigación Aplicada del programa de Ciudades Sostenibles, ese es el caso de la capital.

Según Noboa, Quito crece de forma desordenada, con mucho concreto. Sus fuentes de agua, los glaciares del Papallacta e Intisana, están siendo afectados por el calentamiento global.

A criterio de los expertos este no es un caso aislado. En el mundo las ciudades se están construyendo en cualquier lado, con mucho concreto y con poco contacto con la naturaleza.

En la sostenibilidad -dice Ayala- lo social, el ambiente y lo económico tienen que estar alineados. Ese el desafío que deben enfrentar todas las ciudades.

Los expertos aseguran que las ciudades sostenibles ayudarán a disminuir el calentamiento global. De ahí su importancia.

Para esta transformación es necesaria la producción de conocimiento, políticas públicas, cambio cultural, entre otras estrategias. (I)