Tráfico de especies se muestra en fotografías
Son muchos los casos que le han impactado. Recuerda el de un monito tití que estaba en cautiverio en una casa, pero logró salirse y fue atacado por perros que lo dejaron gravemente herido.
Las personas que lo habían comprado lo llevaron a un veterinario, quien lo retuvo pese a la oposición y agresividad de los ciudadanos ya que su tenencia como mascota está prohibida. Los médicos intentaron salvarlo, pero el monito falleció debido a su malogrado estado.
“Tenía muchas mordidas, estaba todo inflamado. Es doloroso saber que estuvo libre, fue capturado por traficantes para venderlo y terminó muerto. Él no tenía por qué estar en esa casa”.
En su voz se siente el dolor por aquella vida perdida. Para Mónica Cabrera, cada animalito es un caso especial y todos protagonizan una historia que merece ser contada. Ella lo hace de la mejor forma que sabe: con fotos.
Hace dos años se especializó en las imágenes de la fauna silvestre rescatada. Y espera, con su trabajo, llevar un mensaje ambiental y contra el tráfico de especies.
Creó un emprendimiento de fotografía: Lente Verde, con el cual es reconocida gracias a las gráficas que ha logrado, fotos que reflejan una realidad que muchos desconocen, o prefieren ignorar: el sufrimiento de los animales que son arrebatados de su hábitat.
“Yo comencé a tomar fotos de animales en veterinarias, muchos estaban heridos, con miradas duras, de miedo y comencé a tratar de capturar y transmitir las emociones de esos seres”, comenta esta guayaquileña.
Ella, junto con Proyecto Sacha, una iniciativa privada en la que un grupo de médicos y voluntarios salvan y curan animales silvestres rescatados en la ciudad, difunden la campaña “Si los compras los matas”, para luchar contra el tráfico de especies.
“Este es uno de los negocios ilícitos más poderosos del mundo, después del narcotráfico, la trata de personas y la venta de armas. Es uno de los más lucrativos”.
Las estadísticas de la Policía Nacional señalan que en 2018, al mes fueron rescatadas entre 37 y 59 especies silvestres. El CódigoOrgánico Integral Penal (COIP) sanciona el tráfico de especies con cárcel de uno a tres años.
Con susfotografías, Mónica pretende educar a la gente para que deje de comprar. “El camino es que no haya quién compre. Si no hay un cliente, no hay negocio”.
Afirma que un animal que es extraído de su hábitat y no puede volver, es un animal muerto para la naturaleza. “Porque queda como parte de una colección, en un zoológico en el mejor de los casos, eso cuando no hay que aplicarle eutanasia debido a las heridas”.
Por ejemplo, las tortugas son de las más afectadas por el tráfico ilegal. Según la activista, las traen en sacos desde el Oriente, pueden ser hasta 300 animalitos en cada saco “y los traficantes ya tienen el cálculo de que el 30% van a llegar muertas. Es parte de su estadística. Mueren aplastadas o sofocadas y a ellos no les importa”.
El resto las entregan en sectores como laBahía, en Guayaquil, pues hay la costumbre de regalarlas como sorpresa en fiestas infantiles. “Las personas no son conscientes de la tortura que viven estos reptiles pues las tortugas no son animales expresivos, uno no las ve que se mueven, pero su realidad es durísima”.
Mónica es animalistay colabora como fotógrafa para la Fundación Rescate Animal Ecuador (FRAE). Hace las gráficas durante las ferias de adopción de perros y gatos rescatados que la organización realiza con frecuencia. “Son las imágenes de los perros y gatos que están en adopción, procuró que queden bonitas para que las vean las personas que buscan adoptar un animalito”.
Luego se vinculó a otro proyecto de la Fundación: COLA, un centro de atención de liberación animal. “Tenemos nuestra veterinaria. Ahí empecé a hacer fotos de animales que llegaban heridos, lastimados, asustados”.
Eso le ayudó a darse cuenta de otra faceta. Ya no era lo lindo, lo bonito de los animales alegres, sino verlos asustados, temerosos, vulnerables, que es lo que la gente no conoce ni fotografía.
En este proceso conoció a la veterinaria Eliana Molineros y se involucró en el Proyecto Sacha, cuyo nombre surgió por un tigrillorescatado en una finca de Balzar cuando era bebé y cuya reinserción a su hábitat es imposible pues no desarrolló los instintos para vivir libre.
Mónica comenzó a registrar los animales silvestres que eran rescatados y descubrió en ellos lo mismo que en los perros y gatos. “Comencé a ver ese miedo, dolor, angustia, la mirada dura”.
Y en este caso es peor, porque al menos los perros y gatos están acostumbrados a la ciudad y al humano. “Los silvestres son sacados de su hábitat, enjaulados. Fue un reto acercarme a animales que incluso yo jamás había visto, como la marmosa, que es una zarigüeya miniatura, o los hurones y los mapaches”.
Fue una labor dura pues con ellos no pude usar flash ni luces. “Tienes que estar en el momento exacto y capturar sus emociones”.
Actualmente apoya la labor del Proyecto Sacha y tiene a la venta las fotos que ha tomado, las cuales están en las redes sociales de Lente Verde. El dinero recaudado se destina a los gastos de alimentación y medicina de las especies rescatadas.
Recientemente hizo una exposición de su trabajo en Guayarte, donde el público conoció las historias de los animales fotografiados. “Así pudimos difundir más nuestra campaña”.
Los interesados pueden contactarla en las redes sociales de Lente Verde o al teléfono 0980390686. (I)
Luchadora por el medio ambiente. Mónica está involucrada en varias actividades en defensa de la naturaleza. Foto: José Morán / El Telégrafo
Las cifras de la fauna hallada en la provincia de Guayas
560 especímenes de vida silvestre fueron rescatados en Guayaquil, Durán y Samborondón en 2018.
307 especies de animales no domésticos han sido recuperadas durante el primer semestre del presente año.
La clasificación de los principales ejemplares rescatados en 2018
Serpientes 156
Zarigüeyas 39
Búhos 36
Tortugas 35
Loros 22