Tidal: Madonna, Rihanna, Beyoncé y Jay-Z lanzan su clon de Spotify

El rapero Jay-Z, marido de la popular cantante Beyoncé, amplía su cartera de negocios con Tidal, una ‘app’ de música en ‘streaming’ que pretende competir directamente con Spotify. Tidal inicia su andadura con dos ventajas: primero la que le da la fama de su creador y segundo el apoyo que ya han mostrado por esta iniciativa artistas de la talla de Madonna, Rihanna, Beyoncé, Alicia Keys, Kanye West o Taylor Swift.

Un vínculo para ganarse a los vecinos

El 6 de noviembre de 2013 Federico Bastiani festejó su cumpleaños en el bar de la esquina de su casa con 50 desconocidos. Dos meses antes, este italiano graduado en Economía que vive en Bolonia había creado un grupo cerrado de Facebook a través del cual convocaba a sus vecinos: quería conocerlos, conversar con ellos, descubrir qué tenían en común, cómo se podían ayudar si fuera necesario. “Vivía desde hacía tres años en una calle histórica de Bolonia, via Fondazza, donde residió el pintor Giorgio Morandi, y no conocía a nadie”, cuenta Federico, 37 años, casado con una sudafricana y padre de Matteo, de tres. “Crecí en un pueblo pequeño de la provincia de Lucca y en mi manzana conocía a todo el mundo. Si faltaba la sal no era un problema bajar las escaleras y tocarle el timbre al vecino. Hace 10 años, me mudé a Bolonia y me di cuenta de que el mecanismo de relaciones humanas era diferente. Había mucha desconfianza, a veces hasta indiferencia”.

más información

“Tu app debe ser rápida, sencilla y que despierte confianza”
Facebook Messenger se abre al comercio electrónico
¿Qué esperar de la conferencia de Facebook?

La primera semana de septiembre de 2013 Federico creó el grupo cerrado Residentes de via Fondazza, estampó carteles y los pegó en su manzana. En dos semanas los inscritos eran ya 93. Nació así lo que Bastiani bautizó como Social Street (calle social), un modo simple y económico de reconstruir el sentido de comunidad en la ciudad, socializando con los propios vecinos. Aperitivos, intercambio de consejos y favores, salidas deportivas, encuentros culturales en la biblioteca, conciertos en la iglesia de la esquina y veladas con los vecinos más antiguos de la calle para que cuenten cómo era el barrio hace años. “El objetivo de la Social Street es instaurar relaciones de vecindad, recrear un sentido de comunidad en una calle, trabajar sobre los vínculos, crear confianza entre las personas, sentirse parte del lugar donde se vive”, enumera Bastiani. “La fuerza de la Social Street está justamente en la informalidad de este movimiento donde no circula dinero y donde los mecanismos de funcionamiento se basan en la economía del donar. La potencia está en volver a saludarse, a hablarse, a mirarse a los ojos. Así es como se crea el capital social”.

El movimiento arrancó en Bolonia, donde el grupo sumó en 15 días a 93 personas

La Social Street de via Fondazza se multiplicó en toda Italia y es un modelo que ha germinado, por ahora, también en Francia, Portugal, Nueva Zelanda, Croacia y Brasil. “Para pasar del virtual de Facebook al real de la calle bastó poco, apenas bajar las escaleras”, dice Bastiani. “Tuve la simple idea de usar una red social para reconstruir un sentido de comunidad, y se convirtió en viral”. Hoy hay unas 365 Social Street en todo el mundo que involucran a unas 20.000 personas que apuestan por la sociabilidad con sus vecinos sin nada a cambio. “Lo que me conmueve es el entusiasmo de las personas en el intento por mejorar el ambiente donde viven partiendo de pequeños proyectos que tienen como fin último reconstruir el capital social de una ciudad”, sostiene.

Mientras los sociólogos debatían sobre si estábamos ante un nuevo movimiento social o era solo un fenómeno emergente y pasajero, Bastiani elaboró un manifiesto al que ya se han adherido voces prestigiosas como el sociólogo Anthony Giddens, el antropólogo Marc Augé y Rob Hopkins, el fundador de la Transition Town, entre otros intelectuales. “No sé qué futuro tendrá Social Street. Hay quienes piensan que todo terminará. Pero aun en este caso muchas personas podrán decir que han conocido a sus vecinos, que han vivido una bella aventura y que les han quedado lindos recuerdos. O bien Social Street podrá continuar y tener vida propia, aunque sea solo a nivel virtual”.

Comentarios que salen caros

El futuro del que hablaba Andy Warhol cuando dijo: “En el futuro todo el mundo tendrá sus quince minutos de fama”, ya ha llegado. Lleva instalado en este tiempo desde hace unos años. Cada vez es más fácil acceder y compartir información de cualquier tipo, no siempre veraz, ni fiable, ni siquiera de interés general. Cuando Warhol habló de fama no especificó si era buena o mala, y así ha sido. Lo que empezó con programas televisivos que sacaban y sacan a la palestra a personas anónimas, que pueden ser encumbradas o denostadas, lo han multiplicado las redes sociales. La cantidad de datos e imágenes que pueden compartir los 890 millones de usuarios diarios de Facebook o los 284 millones de Twitter y los 300 millones de Instagram puede hacer que un tuit, un comentario o una foto caiga en el vacío o se reproduzca miles de veces y recorra el mundo en cuestión de segundos, esto es lo que le pasó a Justine Sacco.

Sacco iba a pasar sus vacaciones en diciembre de 2013 a Sudáfrica. Antes de coger el avión en Nueva York y durante su escala en Londres escribió algunos tuits relacionados con el país que iba a visitar. Uno de ellos: “Voy a África. Espero no coger el SIDA. Es broma. Soy blanca”, hizo que la chispa estallara. Ella lo lanzó para sus 170 seguidores, cuando llegó a su destino y encendió el móvil se había convertido en trending topic mundial, incluso se publicó una imagen suya llegando al aeropuerto. Era una desconocida que dio la vuelta al mundo de manera física y virtual. Este error le costó, incluso, su puesto de trabajo.

Tuit en el que aparece la imagen de Justine Sacco llegando a Suráfrica.

Anita Sarkeesian recibió insultos en su cuenta de Twitter, pero por motivos muy distintos a los de Sacco. Sarkeesian lanzó una campaña de crowdfunding en la plataforma Kickstarted para financiar una serie que trataba del papel de la mujer en el mundo de los videojuegos. A partir de ese momento la han acosado en distintas redes sociales. Ella ha recopilado en su Tumblr las amenazas recibidas en Twitter durante una semana. Este desagradable episodio la ha hecho más conocida, por tanto más fuerte y con la idea de seguir luchando por la igualdad y contra el acoso en Internet.

Las reacciones a los tuits se multiplican cuando el que los publica es un personaje conocido sea del ámbito que sea. Así, el verano pasado el actor Juan Echanove cometió un error, según él mismo ha reconocido. Tradujo un enfado real con una camarera a un tuit en el que la criticó y donde colgó una foto de la misma. Las respuestas en contra fueron inmediatas, tantas que pidió disculpas y cerró su cuenta. Ahora tiene otro perfil vinculado a su blog gastronómico.

Como el caso de Echanove, en el que algo que se podía haber quedado en petit comité tomó una dimensión inesperada, le ocurrió a Alicia Ann Lynch. Esta estadounidense se disfrazó en Halloween de 2013 de herida en el atentado de la maratón de Boston. Subió una foto a Twitter para compartirla entre sus seguidores. Esto tocó la sensibilidad de multitud de tuiteros que reaccionaron insultándola gravemente. Una broma de gusto cuestionable, que no hubiera tenido consecuencias si esa foto no se hubiera hecho pública, acabó obligándola a cancelar su perfil y pidiendo que no siguieran acosando a sus padres, que también sufrieron las consecuencias.

Tuits de Alicia Ann Lynch pidiendo que pare el acoso.

No solo se pagan los tuits controvertidos. La estadounidense Lindsey Stone tuvo la mala idea de subir una foto a su muro de Facebook en la que aparecía haciendo una peineta junto a un cartel que pedía silencio y respeto en el cementerio Nacional de Arlington, un símbolo nacional. Las reacciones fueron de tal calibre –se creó un grupo en la red social con el nombre «Despidan a Lindsey»– que su jefe la echó alegando que no era buena imagen para la empresa, trabajaba en una ONG.

Linchamientos virtuales: un error puede hundir tu vida social y laboral

Alicia Ann Lynch, una joven estadounidense de 22 años, colgó en Twitter una fotografía en donde aparecía disfrazada para una fiesta de Halloween. El disfraz era una simpleza que tendría insondables consecuencias; aparecía en chándal, con la cara y los miembros embadurnados de pintura roja, como si hubiera sangrado profusamente, y un título que muy pronto le granjearía un linchamiento en las redes sociales: “Víctima del maratón de Boston”. El referente de aquel gracejo era la bomba que, en abril de 2013, interrumpió violentamente aquella famosa carrera, causando tres muertos, 282 personas heridas y la huella indeleble de un atentado terrorista en la ciudad. La inconsciencia y el mal gusto de Lynch y la torpeza que entrañaba publicar esa fotografía dispararon el morbo de sus escasos seguidores en Twitter y los retuits de estos consiguieron que en unas horas la joven recibiera miles de insultos y mensajes de una dureza que no admitía ninguna réplica, como este que le envío una víctima del trágico maratón: “Deberías estar avergonzada. Mi madre perdió las dos piernas y yo casi muero”.

El linchamiento virtual pronto ganó consistencia real y la joven tuvo que recluirse en su casa, y unos días más tarde el jefe de la oficina en la que trabajaba, abrumado por la presión de las redes sociales, la despidió. Disfrazarse así no tiene ninguna gracia y publicar la fotografía constituye un gesto deleznable, pero ¿qué hubiera pasado con Alicia Ann Lynch si hubiera hecho la misma broma, con la misma foto, en 1970, antes de la Red? La foto la habrían visto solo sus amigos y su jefe difícilmente la hubiera despedido por esa broma de mal gusto pero de alcance exclusivamente doméstico. El caso es interesante porque evidencia cómo las redes sociales magnifican episodios que, sin esa difusión masiva, hubieran sido mucho menos importantes.

En la fotografía que colgó Alicia Ann Lynch en Twitter, habría que separar el hecho de su difusión masiva

En 1932 fue secuestrado el bebé de Charles Lindbergh, el célebre piloto que cruzó por primera vez en avión, en 1927, el océano Atlántico. Lindbergh era un héroe nacional y el secuestro de su hijo tuvo en vilo, durante dos meses, a la sociedad estadounidense; hasta que un día trágico fue descubierto el cadáver del niño. Unos meses más tarde, cuando el bebé Lindbergh seguía siendo un tema recurrente, el pintor Salvador Dalí, que había inaugurado con mucho éxito una exposición en Nueva York, fue invitado a una fiesta de disfraces a la que acudió la crema y nata de Manhattan. Dalí y Gala, su mujer, asistieron disfrazados, para escándalo de los invitados, del bebé Lindbergh y de su secuestrador. Aquella broma violenta no pasó de alterar a los invitados y a algunos lectores de los periódicos que consignaron la última excentricidad del pintor. En la biografía de Dalí el incidente de la fiesta de disfraces es un episodio menor, una broma de mal gusto que se parece a la ocurrencia de la joven que se disfrazó de víctima del maratón de Boston, salvo porque en la época de Dalí no había ni redes sociales ni televisión para magnificar su imprudencia y su broma quedó en eso, en una boutade; pero si esto hubiera ocurrido en este siglo, Dalí probablemente se hubiera quedado sin galeristas, hubiera sufrido un gravoso boicoteo y habría tenido que maniobrar para que no se hundiera su carrera.

ampliar foto

Lynch, disfrazada de víctima del maratón de Boston.

En la fotografía que colgó Alicia Ann Lynch en Twitter, habría que separar el hecho de su difusión masiva, de su multiplicación exponencial en la Red. Pero esto, de momento, es complicado, porque a los internautas les encanta el linchamiento y, sobre esta penosa pulsión tan propia del siglo XXI, nadie ha tenido tiempo de legislar.

Recientemente han aparecido en inglés dos ensayos sobre este inquietante tema, que es otra de esas zonas oscuras que tiene ese invento luminoso que es Internet: So you’ve been publicly shamed (Has sido avergonzado públicamente), de Jon Ronson, e Is shame necessary? New uses for an old tool (¿Es necesaria la vergüenza?, los nuevos usos de una vieja herramienta), de Jennifer Jacquet. Los dos ensayos tratan de la dimensión contemporánea de la vergüenza, del desprestigio y del escarnio, que se salen de proporción cuando se amplifican en las redes sociales; cualquier descuido, desliz o tontería, que hace cuarenta años hubiera producido un rato de incomodidad o un momento de rubor, hoy, esa misma tontería magnificada por Twitter o por Facebook puede generar un linchamiento que le arruine la vida al tonto.

Los casos de linchamiento virtual, de vergüenza pública masiva abundan; todo el tiempo los internautas linchan a políticos, cantantes, futbolistas y banqueros, personajes que están expuestos permanentemente al ojo público y que, por tanto, están habituados a lidiar con el odio y el desprecio de la masa tuitera; pero el asunto cambia cuando el linchamiento va dirigido a una persona normal, que se vuelve súbitamente famosa como la joven que se disfrazó de víctima del maratón de Boston, o como el caso de Justine Sacco, un episodio emblemático que Jon Ronson desmenuza en su libro. Sacco se fue de viaje a Sudáfrica a visitar a unos familiares y, mientras abordaba el avión en Nueva York, dio rienda suelta a su locuacidad tuitera y comenzó a lanzar mensajes, algunos muy ofensivos, para su modesta parroquia de 170 seguidores. En su escala en Londres lanzó un mensaje desgraciado que iba a cambiarle la vida: “Voy a África. Espero no coger el sida. Es broma. Soy blanca”.

ampliar foto

El tuit racista de Justine Sacco que provocó la polémica: “Voy a África. Espero no coger el sida. Es broma. Soy blanca”.

Sacco pasó las siguientes once horas volando hacia su destino y, cuando aterrizó en Ciudad del Cabo y conectó su móvil, se encontró con un diluvio de mensajes, de insultos y también de condolencias que le escribían sus conocidos; mientras trataba de asimilar lo que sucedía, recibió una llamada de su mejor amiga que le decía que su mensaje sobre el sida era trending topic mundial, es decir, el mensaje más reproducido en Twitter en las últimas horas. Inmediatamente después llamó su jefe que, presionado por el escándalo que había en las redes sociales, sobre esa mujer ejecutiva que acababa de demostrar su ignorancia y su racismo al mundo, no tenía más remedio que despedirla de la dirección que ocupaba en una importante firma de comunicación de Nueva York. Mientras Sacco volaba hacia Cape Town, una etiqueta, un hashtag, sobrevolaba Twitter: #yaaterrizójustine? Decenas de miles de personas esperaban el momento en que Justine, que tenía solo 170 seguidores cuando despegó de Londres, aterrizara en Sudáfrica y viera el lío en que se había metido. Un espontáneo fue al aeropuerto, fotografió a Sacco, con unas aparatosas gafas, pasmada, mirando la pantalla de su teléfono y la tuiteó con el siguiente mensaje: “Sí, de hecho Justine ha aterrizado en el aeropuerto de Ciudad del Cabo. Ha decidido disfrazarse con unas gafas oscuras”.

La vida de Justine Sacco quedó hecha trizas. Jon Ronson cuenta en su libro, a partir de una serie de conversaciones que tuvo con ella a su regreso a Nueva York, los detalles de su descenso a los infiernos. Sacco publicó un comentario racista e idiota, pero la penalización que se le impuso desde las redes sociales parece excesiva. Quizá, para empezar a establecer un marco civilizado de convivencia en Internet, habría que desterrar la idea de que eso que sucede en el ciberespacio es realidad virtual, y que, a pesar de su naturaleza intangible, debe ser considerada, tratada y legislada de la misma forma en que se hace con la dura, y muy tangible, realidad.

Doctor Who celebra los 10 años de su regreso

Doctor Who, la popular y longeva serie británica de ciencia ficción, cumple este jueves diez años desde su regreso de la mano del noveno doctor, que tenía el rostro de Christopher Eccleston, con Billie Piper, como su nueva compañera.

Un juzgado de Madrid autoriza el bloqueo del acceso a The Pirate Bay en España

El Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo nº 5 de Madrid ha pedido a los proveedores de servicios de acceso a Internet la suspensión y bloqueo en España en el plazo de 72 horas de dichos servicios a todos los dominios identificados del grupo The Pirate Bay, las páginas web ‘www.thepiratebay.se’, ‘www.thepiratebay.org’, ‘www.thepiratebay.net’, y ‘www.thepiratebay.com’, según ha informado la Asociación de Gestión de Derechos Intelectuales (AGEDI) en un comunicado.

Orange lanza Softphone, una app que convierte tu móvil en un teléfono fijo inalámbrico

El operador de telefonía Orange ha lanzado Softphone, una aplicación gratuita que permite a sus cliente con ‘smartphone’ transformar el teléfono móvil en un uno fijo.

PayPal paga una multa de 7,7 millones de dólares por permitir transacciones ilegales

PayPal ha aceptado pagar una multa de 7,7 millones de dólares después de llegar a un acuerdo civil con la Oficina de Control de Activos en el Extranjero (OFAC), dependiente de la Oficina del Tesoro de Estados Unidos, por violar el embargo impuesto a Cuba, Irán y Sudán.

Olio: el smartwatch de 600 dólares con algo de Apple, la NASA y Pixar

Antiguos empleados de Apple, la NASA y Pixar; se juntaron en 2013 para formar Olio device. Ahora, un par de años después, han presentado su primer smartwatch. Llamado Olio, su reloj pretende ser versátil pero exclusivo, ya que saldrá a la venta por un precio de 600 dólares.

Pebble Time se alza como el proyecto que más ha recaudado en la historia de Kickstarter

El reloj inteligente Pebble Time se ha convertido hoy oficialmente en el proyecto que más apoyo ha recibido en la plataforma de crowdfunding Kickstarter. Su ronda de financiación, finalizada hace unas horas, ha conseguido recaudar 20.338.986 dólares, unos 18.675.900 euros.

Un vídeo repasa los estándares de belleza masculina en todo el mundo

Se trata de un vídeo elaborado por Buzzfeed en el que a través de 12 hombres muestra los gustos sobre la belleza masculina en todo el planeta. El estudio está basado en tres pilares: la publicidad, las redes sociales y las publicaciones de moda y belleza. En la pieza se pueden apreciar las diferentes tendencias según la zona geográfica y la instrumentalización de los cánones de belleza que, según el estudio, hace que cada vez aumente el número de casos de anorexia y vigorexia.

"No juzgues a una mujer por su ropa", campaña viral contra el machismo

Vivimos en una sociedad machista. Cada vez menos, cierto. Pero los ejemplos que podemos ver en la calle y en los medios de comunicación son diarios. Una campaña para evitar que las mujeres sean juzgadas por el aspecto que decidan llevar se ha convertido en viral en los últimos días. Ha sido llevada a cabo por la organización feminista Terres des Femmes. Su lema: «No midas el valor de una mujer por su ropa».

Una orquesta sinfónica celebrará el 30 aniversario de ‘Regreso al Futuro’ en Madrid

Gran noticia para los aficionados de la saga de películas ‘Regreso al futuro’, que se cuentan por miles. Este año 2015 es el 30º aniversario del estreno de la primera de las tres películas de Robert Zemeckis. Uno de los eventos para celebrarlo con mayor repercusión es el organizado por la Film Symphony Orchestra. Una orquesta sinfónica sin parangón en el planeta que se dedica a ofrecer giras que se centran en música de cine.

Microsoft y Adobe trabajan juntos en Project Spartan

Microsoft ha anunciado en su blog que no se enfrentará solo al desafío de desarrollar un nuevo navegador web que sustituya a Internet Explorer: contará con la ayuda de Adobe. Los de Redmond demuestran así su intención de permitir a otras empresas colaboradoras contribuir en el crecimiento del que, hasta ahora, se conoce como Project Spartan.

Usar tu smartphone puede volverte más ‘inteligente’

A pesar de que muchos piensan (y algunos estudios lo han corroborado) que utilizar constantemente el smartphone reduce nuestra capacidad cognitiva, una nueva investigación desdice estas evidencias y proclama que estar pegados a estos teléfonos tiene, al menos, un efecto positivo para nuestro cerebro.

Apple convierte a los genius en gurús de moda para vender su Apple Watch

Apple está dejando cada vez más claro que su Apple Watch no es un ‘wearable’ cualquiera, sino una pieza llena de estilo. Si ya lo sospechábamos con las tiendas especiales que están preparando , ahora la tecnológica lo confirma con la formación especial en temas de moda que están recibiendo sus empleados de la Apple Store.

Nintendo Wii U es cara incluso para el presidente de la compañía

El presidente de Nintendo, Satoru Iwata, ha reconocido en una entrevista que concedió la pasada semana a la revista TIME que el precio de su actual consola de sobremesa (Wii U) es superior a lo deseado. En esta entrevista también habló acerca de los planes de la compañía.

La tecnología de impresión HP PageWide desmonta los mitos sobre la inyección de tinta en la oficina

HP ha lanzado sus nuevas impresoras de inyección de tinta multifunción HP Officejet Pro X y HP Officejet Enterprise, especialmente diseñadas para el entorno empresarial gracias a su tecnología de impresión Page Wide, que iguala en calidad a impresorás láser equivalentes e incorpora una serie de ventajas, como la reducción del impacto medioambiental o de los costes.