Kaiba, Ian y Garret nacieron con una enfermedad terminal e incurable, llamada traqueobroncomalacia, que provoca el colapso de las vías respiratorias e impide respirar. Sus esperanzas de sobrevivir eran escasas, pero gracias a una prótesis impresa en 3D pudieron salvar la vida. Ahora, dos años después, puede decirse que la intervención –la primera de este estilo– fue un éxito.
Así lo aseguran los investigadores que desarrollaron el dispositivo en un estudio publicado hoy en la revista Science Translational Medicine. El equipo de doctores ha llevado a cabo un seguimiento muy cercano de los tres niños para controlar su evolución y los resultados, aseguran, son muy prometedores.
“Esperamos que puedan llevar una vida normal sin ningún efecto secundario”, explica a Teknautas el investigador de la Universidad de Michigan y autor principal del estudio, Glenn Green. De momento los pacientes ya no necesitan respiración asistida ni sedación. Tampoco precisan de alimentación intravenosa. Además, el biomaterial se está absorbiendo, y los doctores confían en que, una vez disuelto del todo, la tráquea ya se habrá desarrollado lo suficiente.
‘El dispositivo rodea la tráquea y mantiene abierto el bronquio. Luego se abre conforme pasa el tiempo para permitir que la vía respiratoria crezca’
Todo esto ha sido posible gracias a una pieza de apenas 3 centímetros. El diseño de las prótesis debía ser personalizado para cada niño, para así ajustarlas al milímetro a la tráquea de cada paciente. Para lograrlo se utilizó un software que aprovechó las imágenes tomográficas tomadas para traducirlas en un dispositivo con la forma deseada. Se trata, además, de un sistema rápido: el diseño y la fabricación del prototipo llevó apenas 36 horas.
La férula (nombre que reciben las estructuras que se utilizan en medicina para sostener e inmovilizar una parte del cuerpo) consistía en un pequeño tubo poroso de unos 30 mm de longitud. Cada uno de ellos fue fabricado con policaprolactona, un poliéster biocompatible que se reabsorbe en dos o tres años, y que por ello es muy utilizado para implantes médicos.
“El dispositivo rodea la tráquea y mantiene abierto el bronquio. Luego se abre conforme pasa el tiempo para permitir que la vía respiratoria crezca, se refuerce y pueda asumir su configuración natural”, explica Green. Gracias a que el cilindro no era completamente cerrado pudo aumentar su diámetro hasta un 20%, en vez de asfixiar al paciente conforme este crecía.
¿Impresión 4D?
La dificultad que entrañaba una prótesis traqueal de este calibre era bastante alta, y sólo pudo convertirse en realidad gracias a las impresoras 3D. El problema de diseñar un dispositivo destinado a niños y bebés, es que este debe ser capaz de adaptarse al crecimiento del paciente. Aunque estas férulas ya se han empleado con éxito en implantes craneofaciales, se trataba de estructuras estáticas más sencillas de diseñar.
Aquí entra en juego la impresión 4D, una forma de impresión 3D que emplea materiales capaces de cambiar de forma con el tiempo. Esta característica los convierte en candidatos ideales para prótesis para niños, donde las estructuras rígidas fallarían, incapaces de adaptarse al crecimiento (el cual supone la cuarta dimensión).
El diseño de las prótesis debía ser personalizado para cada niño, para así ajustarlas al milímetro a la tráquea de cada paciente
Hasta ahora, este tipo de prótesis han sido utilizadas con enfermedades raras en las que no existía otra opción. Green y el resto de su equipo defienden en el estudio el enorme potencial de los dispositivos biomédicos impresos en 3D y su expansión a otras patologías donde puedan resultar útiles. Sin embargo, consideran el marco regulatorio como “desalentador” para desarrollar nuevas prótesis con materiales en 4D.
Y eso que el cambio que esta tecnología puede suponer para un paciente es de vida o muerte: «Hasta ahora, los bebés con traqueobroncomalacia severa tenían pocas oportunidades de sobrevivir», explica Green. El investigador asegura que en los tres casos, se ha mejorado la vida de los pacientes, hasta el punto de que ahora tienen un futuro por delante.
Por ese motivo animan a desarrollar nuevos biomateriales técnicas de imagen para poder incrementar notablemente las aplicaciones de esta tecnología. Kaiba, Ian, Garret y sus familias ya respiran tranquilos gracias a un pequeño tubo de 3 centímetros, y muchos otros enfermos podrían beneficiarse de las prótesis en 4D en el futuro.
Fecha30.04.2015 – 16:57 H.
TagsApple Watch
Un componente defectuoso, fabricado en China, del nuevo reloj digital de la firma Apple está dando problemas a la compañía y está limitando el lanzamiento del producto, informó hoy el diario The Wall Street Journal.
Se trata de una pieza que transmite un pulso mecánico en la muñeca para alertar al usuario, fabricada por una firma de la ciudad china de Shenzhen y que forma parte del Apple Watch, que comenzó a distribuirse con restricciones el 24 de abril.
La función de esta pieza es que el usuario sienta un ligero pulso en la muñeca cada vez que reciba una notificación, con la idea de que un toque es menos intrusivo que un sonido o una vibración. Para ello, cuenta con un pequeño motor que mueve hacia delante y hacia atrás una pequeña barra. Este sistema sirve también para enviar a otra persona información sobre el pulso cardiaco del usuario.
No han llegado unidades defectuosas al mercado
Fuentes conocedoras del problema dijeron al Journal que los defectos se descubrieron en algunas de las piezas que fueron sometidas a las pruebas técnicas tras comenzar la fabricación masiva del producto en febrero pasado. Esa misma pieza la está fabricando también una empresa japonesa, pero en este caso no se han encontrado defectos, según el diario.
Apple no va a retirar los relojes que ya han comenzado a distribuirse porque no hay indicios de que hayan llegado a los consumidores unidades defectuosa
Las fuentes dijeron que Apple no va a retirar del mercado los relojes digitales de pulsera que ya han comenzado a distribuirse en boutiques o por internet porque no hay indicios de que hayan llegado a los consumidores unidades con esa pieza defectuosa. A raíz de estos problemas, según las fuentes consultadas por el periódico, Apple ha decidido trasladar a la firma japonesa casi toda la fabricación de la citada pieza, aunque le llevará tiempo conseguir el ritmo para incrementar su producción.
La semana pasada, agrega el diario, Apple pidió a los fabricantes del reloj digital que reduzcan el ritmo de producción hasta junio, sin dar detalles, a pesar de que los inventarios son reducidos.
El panorama de la seguridad en los ordenadores cambia continuamente. Actualmente, las puertas de entrada más habituales utilizadas por el malware son las infecciones a través de USB, tarjetas de memoria, discos duros móviles, descargas de archivos o ataques a través de emails de phishing.
Lo más recomendable para proteger el ordenador es seguir unas normas básicas de seguridad y comprarse un programa antivirus, pero no todos los usuarios se lo pueden permitir. Por suerte existen alternativas más económicas.
Una de ellas es Panda Cloud Cleaner. Una herramienta gratuita capaz de eliminar malware. Para hacerlo sólo es necesario descargarla y guardar el archivo PandaCloudCleaner.exe en el disco duro. Una vez instalado hay que marcar la casilla de verificación Launch Panda Cloud Cleaner y hacer click en Finalizar.
Tras realizar un análisis, la plataforma muestra un resumen de los virus encontrados. Se recomienda revisar la lista de detecciones con atención para evitar eliminar software legítimo. Una vez hecho esto tan sólo es necesaio pulsar en la opción Limpiar.
Eset también cuenta con una solución gratuita que detecta y elimina virus, spyware, adware, gusanos o troyanos en cualquier ordenador utilizando sólo un navegador web y sin necesidad de instalar un antivirus. Además, dispone de una herramienta muy útil llamada SysRescue, que permite crear un CD o USB de arranque para desinfectar un sistema de haya sido contagiado por un malware que no nos deje iniciarlo correctamente.
Avira por su parte dispone de su servicio Avira Free que asegura detectar el 99,9% del software malicioso gracias a su análisis basado en la nube. También cuenta con su servicio Avira SearchFree Toolbar, una barra que filtra las webs visitadas antes de que el usuario pueda ser infectado.
Por último, Kaspersky dispone de distintas soluciones que se pueden descargar de forma gratuita pero que sólo tienen una validez de un mes.
La mejor defensa, una buena prevención
Todos los expertos en seguridad coinciden en que estas herramientas tecnológicas son efectivas siempre que se cumplan unas normas básicas de conducta en la red. Una de las más destacadas es mantener nuestros sistemas operativos y aplicaciones actualizados para evitar que los delincuentes aprovechen posibles agujeros de seguridad.
Además, el director de Comunicación y Laboratorio de Eset España, Josep Albors, ha explicado a Teknautas que «también es importante realizar una copia de seguridad periódica de nuestra información personal, por si algún malware la eliminase o cifrase. Además de utilizar contraseñas seguras y diferentes para cada sitio al que accedamos de forma que no puedan ser fácilmente adivinadas ni usadas para acceder a varios sitios a la vez.
Por último, se recomienda vigilar los enlaces y ficheros adjuntos que recibimos por correo electrónico, y descartar aquellos que no hayamos solicitado para evitar ser víctimas de estafas y amenazas.
Este jueves Tesla Motors por fin anunciará sus esperadas baterías, capaces de proteger a un hogar de los apagones y las facturas de la luz. A pesar de toda la expectación generada Elon Musk ha soltado la información con cuentagotas, pero gracias a los modelos que ya están probando algunos clientes es posible adelantar algunos datos, como que el dispositivo se alquilará para hacerlo más asequible.
Así lo ha asegurado el analista de Global Equities Trip Chowdhry, que ha tenido la oportunidad de hablar con alguno de estos usuarios, a The Guardian. Desde Teknautas nos hemos puesto en contacto con él para averiguar más detalles sobre las baterías de Tesla a pocos días de su presentación oficial. Según el experto el precio de la tecnología oscilará entre los 10.000 y los 15.000 dólares (entre 10.000 y 14.000 euros) y existirían dos modelos: uno de 10 kWh y otro de 15 kWh.
Para poder afrontar este coste, Tesla ofrecerá un plan alternativo más atractivo. Los usuarios podrán pagar 1.500 dólares (menos de 1.400 euros) para hacerse con una, y luego desembolsar 15 dólares al mes (unos 14 euros) durante 20 años. Gracias a este alquiler, el precio final para el cliente sería de prácticamente la mitad: 6.600 dólares (6.000 euros). Además, Chowdhry asegura que Pacific Gas and Electric (proveedor de gas y electricidad californiano) devolverá el 30%.
Batería instalada en uno de los hogares piloto (Fotografía: Trip Chowdhry)
Esta subvención por parte de la eléctrica parece lógica si se tiene en cuenta que, si los clientes almacenan energía durante horas de bajo consumo para luego utilizarla durante los picos, podrían evitarse los apagones y las bajadas de tensión. En España, sin embargo, las baterías de Tesla podrían no contar con este apoyo (si llegan), debido a la situación del autoconsumo en nuestro país. Según la propuesta del Real Decreto de Autoconsumo, los usuarios tendrán que pagar una tasa por utilizar este tipo de sistemas.
Los clientes podrán pagar 1.500 dólares para hacerse con una, y luego pagar una cuota de 15 dólares al mes
Toda esta información ha sido extraída por el analista a partir de los clientes que ya están probando la tecnología. Según la web de SolarCity, empresa de paneles solares que también pertenece a Musk, ya hay 300 instaladas en los hogares de algunos de sus clientes, y pretenden aumentar el número a 430 en pocos meses. De hecho la cadena de supermercados Wall-Mart también las está probando en once de sus establecimientos.
Del modelo de negocio anunciado por Chowdhry se extrae que los usuarios no serán propietarios de la batería, porque tendrán que devolverlas al finalizar el período. Aunque no está claro si se podrá ser dueño de una pagando más.
En cuanto al uso de la misma, la batería de Tesla será suficiente para mantener los servicios básicos durante un apagón: luz, nevera e internet, entre otros. Y probablemente este sea su uso principal, más que el de dar energía a toda la casa de forma continuada.
Un negocio de 200.000 millones
Los clientes potenciales de la tecnología serán, según Chowdhry, aquellos que desean estar conectados constantemente, para quienes las baterías serán “un sueño hecho realidad”. Se refiere a esas casas con gran cantidad de dispositivos, que gastan más de 100 euros al mes en tarifas de datos, y donde perder las conexión supone no sólo estrés, sino pérdidas económicas relacionadas con el trabajo. El experto calcula en 10 millones los hogares estadounidenses que cumplen estos requisitos, y “probablemente” existan otros 10 millones en el resto del mundo.
La compañía de electricidad de California devolverá el 30% del importe total
Por ello, Chowdhry cifra la oportunidad de negocio para Tesla con estas baterías en unos 200.000 millones de dólares (180.000 millones de euros). Y añade que las demanda será “extraordinariamente alta”. Para saber si esta predicción se cumple habrá que esperar a su lanzamiento, previsto para finales de verano. En todo ello jugará un papel crucial la gigafábrica que abrirá sus puertas en 2017 para poder cubrir la demanda de baterías.
El uso más atractivo del futuro producto de Tesla pasa por almacenar la energía obtenida de fuentes alternativas pero intermitentes, para luego utilizarla cuando se desee. Por ejemplo, si ya se cuenta con placas solares de SolarCity (o de cualquier otra empresa). No obstante, es probable que también puedan utilizarse las baterías de forma independiente, recargándolas en los puntos habilitados para ello.
Por supuesto, ningún dispositivo tecnológico del siglo XXI puede darle la espalda al estilo, y según Chowdhry es “silenciosa y queda bien en el garaje”. Las únicas imágenes que se han desvelado al respecto confirman el look minimalista del aparato, que además estará disponible en blanco o negro. Para conocer el resto de datos, así como para una posible fecha de lanzamiento en Europa, habrá que esperar todavía unos días.
Cuando un asteroide amenaza con impactar contra la Tierra, las películas de ciencia ficción suelen optar por destruirlo con una bomba. La solución real, sin embargo, sería mucho más elegante: desviar su órbita mediante un impacto bien calculado, como si fuera una carambola de billar o un niño jugando a las canicas. La misión espacial AIDA, coordinada por la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), busca averiguar si esto es posible y llevará a cabo una prueba en 2022.
AIDA contará con un nombre español entre sus filas. Se trata de Adriano Campo, investigador de la Universidad de Alicante seleccionado para la misión. El físico compara la probabilidad de que un meteorito de gran tamaño impactara contra nuestro planeta con un accidente de avión: “Es un evento de muy baja probabilidad pero con enormes consecuencias”, explica a Teknautas. Eso sí, deja claro que en estos momentos no se conoce ningún objeto que suponga un riesgo.
Los meteoritos más pequeños no suponen un riesgo porque la atmósfera hace gran parte del trabajo a la hora de deshacerlos. Es lo que sucedió en Cheliábinsk (Rusia) en 2013 y que, tal y como asegura Campo, “causó daño pero no es excesivamente catastrófico”. Los más grandes, a partir de 600 metros, están controlados: se conocen más del 90% y ninguno es peligroso.
Se conocen menos del 15% de los meteoritos de entre 100 y 500 metros
El proyecto AIDA se centra en los asteroides más problemáticos, aquellos de entre 100 y 500 metros. El investigador asegura que de estos “puede haber decenas de miles y sólo se conoce entre un 10% y un 15%”. Por ese motivo, y aunque entre ese porcentaje controlado no existan riesgos, “igual mañana se descubre uno que pueda colisionar en un par de décadas”.
Didymos es uno de estos asteroides, y se pretende interceptarlo cuando se aproxime al máximo a la Tierra, en 2022. Este cuerpo no impactará contra nuestro planeta en ningún caso, pero se pretende desviarlo para demostrar que este plan de acción sería factible en caso de riesgo real.
La misma semana que me escoge la NASA, el Gobierno me niega la financiación
Se trata de un asteroide binario, compuesto por un cuerpo principal de unos 800 metros y un satélite de 150 metros, que tiene el tamaño deseado por los investigadores. Así que en 2020 una sonda europea alcanzará a Didymos para estudiar su órbita y su estructura. Tras ella, la sonda estadounidense colisionaría en 2022 para desviar el satélite.
Campo asegura que una vez se haya producido el impacto, la sonda europea regresará para calcular la nueva órbita: “Así sabremos el impulso que le hemos dado al satélite”. Unos datos “clave” para entender cómo reaccionan a las colisiones estos objetos, y poder aprovecharlo en nuestro beneficio si fuera necesario.
Didymos junto a su satélite
Más vale prevenir que curar
Calcular la probabilidad de que un asteroide impacte la Tierra no es sencillo. “Es complicado hacer una previsión, aunque se estima que hay un evento cada 1.000 o 10.000 años”, explica Campo. Sin embargo el investigador advierte que “esto no es como cuando pasa el metro clavado cada 5 minutos, sino más bien como el paso del autobús en una ciudad con tráfico, en el que a veces llega 10 minutos tarde y otras pasan dos casi seguidos”.
Tampoco sabemos cuándo cayó el último de estos cuerpos. “Hay un cráter en Arizona de 1km de tamaño que probablemente fue provocado por un objeto metálico de menos de 100 metros”, explica el físico. Esto sucedió hace 50.000 años, pero puede que otros hayan caído en el mar o simplemente nadie se haya enterado.
La misión AIDA desviará un asteroide de su trayectoria en el año 2022
Por este motivo, el investigador asegura que estos evendos van a volver a suceder, aunque no se sepa cuándo. También señala que, gracias al avance de la tecnología, cada vez habrá más alertas de pequeños objetos que se acercan, puesto que cada semana un meteorito de 50 metros pasa a una distancia similar a la que hay entre la Tierra y la Luna. Por este motivo insiste en que no hay que causar el pánico con casos de muy baja probabilidad, para que no ocurra “como en Pedro y el lobo”.
En cuanto a los daños que un hipotético impacto podría provocar, Campo asegura que un objeto de 200 metros provocaría daños a un nivel regional. “Depende de dónde cayera, en el Mediterráneo podría causar un tsunami devastador, y en una selva tropical un incendio de enormes proporciones”.
Un proyecto pendiente de un hilo
La misión de Campo es la de coordinar el equipo de trabajo de AIDA que se ocupa de analizar las características físicas del asteroide y su satélite, para así conocerlo a fondo antes de la colisión. Y es que el investigador se dedica con su grupo a estudiar la estructura interna de este tipo de cuerpos desde hace tiempo, por lo que su aportación será fundamental para comprender a Didymos y su satélite.
Sin embargo, su participación en el proyecto de la NASA y la ESA podría pender de un hilo, ya que hasta 2016 el dinero necesario para la investigación corre a cuenta de los órganos locales. “Es curioso porque la misma semana en la que se hizo oficial la elección por parte de la NASA hemos recibido la noticia de que la convocatoria del ministerio que habíamos solicitado para seguir con el estudio nos ha sido denegada, aunque la resolución es preliminar. Nos dan una tarea que no sabemos cómo vamos a llevar a cabo porque sin financiación va a ser un problema”, se lamenta el investigador. De momento confía en poder continuar su investigación, porque el Armageddon no espera.
AutorTeknautas
Fecha16.04.2015 – 18:18 H.
TagsJapón
Tecnología
Un tren nipón de levitación magnética ha alcanzado este jueves los 590 kilómetros por hora en un recorrido de pruebas, lo que marca un nuevo récord mundial de velocidad para este tipo de vehículos, anunció la compañía ferroviaria JR Central. La empresa japonesa batió así la hasta ahora velocidad máxima registrada por un tren con conductor, de 581 kilómetros por hora, lograda por otro de sus trenes Maglev (magnetic levitation) en diciembre de 2003.
JR Central estableció este récord con un nuevo modelo Maglev en su línea de pruebas situada en Yamanashi (centro), según explicó en un comunicado. Su último modelo de Maglev ha recorrido más de un millón de kilómetros en su actual fase de pruebas, según detalló la compañía, que prevé abrir en 2027 la primera línea operada por un tren de levitación magnética en este país.
Esta línea de súper alta velocidad unirá las ciudades de Tokio y Nagoya, contará con seis estaciones y se comenzó a construir a finales del pasado octubre tras recibir el visto bueno del Ejecutivo nipón. El Maglev será capaz de recorrer este trayecto de 286 kilómetros en unos 40 minutos, en lugar de los 88 actuales que tarda el servicio de alta velocidad Shinkansen (tren bala).
Un tren japonés bate el récord del mundo de velocidad rozando los 600 km/h
Los trenes Maglev funcionan a través de un sistema de levitación magnética que usa motores lineales instalados cerca de los raíles. El campo magnético permite que el tren se eleve hasta 10 centímetros por encima de los raíles, lo que elimina el contacto y deja al aire como único elemento de rozamiento, favoreciendo así la velocidad.
El proyecto tendrá un coste estimado de 9 billones de yenes (unos 66.600 millones de euros), según la compañía.
Películas como Armageddon y Deep Impact muestran el miedo existente a que un meteorito de gran tamaño pueda chocar contra la Tierra. Exageraciones cinematográficas aparte, no es un temor irracional: en 2013 la ciudad rusa de Chelyabinsk sufrió uno de estos impactos, con 1.500 heridos y más de 7.000 edificios dañados. Ahora, un grupo de investigadores de la NASA planea desplegar una constelación de pequeños satélites de bajo coste que sirvan para detectar las posibles amenazas.
Todo comenzó en 2005, cuando el Congreso de los EEUU ordenó a la NASA que detectara y catalogara el 90% de aquellos objetos próximos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) que superaran los 140 metros. La meta era tener controlados a aquellos cometas y asteroides que pudieran penetrar en la atmósfera terrestre, y debía alcanzarse en una fecha tan lejana entonces como 2020.
Pero en 2010 la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos (NRC por sus siglas en inglés) puso ese objetivo en entredicho. Sería necesaria una gran cantidad de fondos, de trabajo y de tiempo para lograrlo. Los expertos calcularon que harían falta 500 millones de dólares y 10 años de colaboración entre diversas instalaciones, tanto espaciales como terrestres, para cumplir la meta… en 2030.
Interior de un CubeSat
Dicho esto, la solución propuesta por el equipo de la NASA parece casi milagrosa: “Nuestros análisis muestran que llevará menos de 3 años encontrar todos los NEO con este sistema”, asegura a Teknautas el investigador de la NASA y autor del estudio publicado en arXiv, Slava Turyshev. No sólo eso, sino que el coste estimado apenas un 10% de los 500 millones de dólares augurados por la NRC. La hazaña será posible gracias a dos tecnologías emergentes: una técnica conocida como seguimiento sintético y los CubeSats, ambas de apenas 10 cm.
Tecnologías de 10 centímetros
Los CubeSats son unos pequeños satélites cúbicos de 10 cm de arista, con un peso de 1,33 kg y un coste inferior a 2 millones de dólares. Su manejo sencillo y bajo coste los hacen idóneos en diversos campos, desde investigación a telecomunicaciones.
Para la solución propuesta por Turyshev serán necesarios cinco de estos satélites, no de 10 x 10 x 10 cm (1U) sino de 90 x 10 x 10 cm (9U). “Colocándolos en una órbita similar a la de Venus podrán ver 360⁰ en un mes y medio”, explica el investigador. Gracias a esto es posible situar los CubeSats en esa posición, y esperar a que los NEO se acerquen para ir cazándolos.
El proyecto costará un 10% de los 500 millones de dólares previstos inicialmente, y se llevará a cabo en tres años
En cuanto a las ventajas del seguimiento sintético, el físico ruso explica que esta técnica hace fotos muy rápidas y con poco ruido. “Se pueden tomar imágenes de décimas de milisegundos de duración, para así encontrar objetos que se moverían durante una exposición normal de 30 segundos”, asegura el investigador. De esta forma también es posible llevar a cabo un seguimiento y establecer su órbita de forma “muy precisa”. Además, la tecnología necesaria para tomar estas fotografías mediría tan sólo 10 cm.
Este rastreo no sólo es necesario por motivos de seguridad, sino también para facilitar la investigación científica y posibilitar la exploración espacial. Pero es el miedo ante un evento como el provocó la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años o el de Tunguska el que ha obligado a la NASA a tomar cartas en el asunto.
“¡Por supuesto!”, exclama Turyshev, optimista, cuando se le pregunta si los CubeSats permitirán alcanzar la fecha límite de 2020. Las probabilidades de que un gran NEO impacte la Tierra son realmente bajas, pero gracias a esta constelación de vigilantes cualquier posible amenaza estará controlada.