Pero la evolución de la plataforma se queda coja si no hablamos del dispositivo al que dedicamos este artículo: los Chromebook. Iguales por fuera al resto de portátiles del mercado — obviamente con las variaciones que existen entre los diferentes modelos —, la diferencia se encuentra en el interior, con Chrome OS como sistema operativo. Mucho ha llovido desde el primer prototipo oficial y el primer modelo en comercializarse, fabricado por Samsung en 2011. Aunque Google ha lanzado sus propuestas en forma de modelos propios como su Chromebook Pixel, ha optado por abrir su sistema operativo a otros fabricantes, de modo que la oferta y el ecosistema crezcan. Así, desde su nacimiento hemos asistido a Chromebooks de marcas como HP, Samsung, Acer, Asus, Sony, Dell, Lenovo o Toshiba, entre otras. Su premisa inicial era el ámbito educativo, ofreciendo equipos sencillos a precios reducidos — 200 ó 300 euros — orientados esencialmente a tareas básicas como navegar por internet o la ofimática sin grandes alardes.
De portátiles «de batalla» para estudiantes a luchar de tú a tú con ordenadores con Windows y macOS
Sin embargo, con el paso del tiempo han ido ganando en pretensiones y prestaciones, lanzando portátiles de gama alta con especificaciones a la altura de los portátiles tradicionales con Windows y macOS. Sirva como ejemplo el Google Pixelbook o más recientemente, el Pixelbook Go. Otra marca ambiciosa en este ecosistema en los últimos tiempos ha sido Acer y su Acer Chromebook 714. Aunque gozan de una cuota de usuarios pequeña pero asentada en Estados Unidos frente a otros sistemas operativos, fuera de sus fronteras su futuro es más incierto. No obstante, Google Google reimpulsó los Chromebooks en Europa y España con una oferta renovada.