La familia de los feroces tiranosaurios acaba de hacerse un poco más grande y algo menos terrorífica. Un equipo de paleontólogos y geólogos han encontrado una nueva especie de dinosaurio en el sur de Chile que, a pesar de ser pariente de los grandes carnívoros, presenta una inigualable mezcla de rasgos de otros dinosaurios. Lo más llamativo, dicen, es que el Chilesaurus diegosuarezi nunca comía carne.
La nueva especie se ha hallado en la patagonia chilena, al sur del país. Su nombre se debe a Diego Suárez, un niño de siete años que andaba buscando piedras llamativas por Aysén cuando se topó con un hueso del dinosaurio. Los padres del muchacho, los geólogos chilenos Manuel Suárez y Rita de la Cruz, describen ahora el hallazgo en la revista Nature junto a otros expertos de de Argentina, Chile y Reino Unido . En total se han recobrado más de una docena de especímenes, entre ellos cuatro esqueletos completos. La mayoría eran del tamaño de un pavo, pero algunos huesos indican que algunos llegaban a medir tres metros de largo.
Sus descubridores lo comparan con un ornitorrinco, ese mamífero con pico que pone huevos y que parece estar hecho con partes sueltas tomadas de otros animales. El chilesaurio también era una especie de rompecabezas evolutivo. Perteneció al grupo de los terópodos, en su inmensa mayoría formado por dinosaurios carnívoros con espectaculares denticiones y una fuerza brutal como el tiranosaurio o el carnotaurus. Pero el cráneo y los pies del chilesaurio son más parecidos a los de dinosaurios herbívoros. También sus mandíbulas y dientes son característicos de animales jurásicos que no cazaban ni comían carne.
Es uno de los casos más “extremos” de evolución en mosaico, dicen sus descubridores. Mientras sus parientes continuaban perfeccionando su fisonomía hecha para cazar y desgarrar a sus presas, el chilesaurio comenzó a adaptarse a una vida y una dieta de pacífico herbívoro y desarrolló por su cuenta partes de su cuerpo similares a las de dinosaurios con los que no estaba emparentado.
Hasta ahora se pensaba que la aparición de los primeros dinosaurios herbívoros dentro de los terópodos fue muy reciente, es decir, cercana a su extinción en masa hace unos 65 millones de años. Pero el chilesaurio tiene 145 millones de años, lo que demuestra que el modo de vida herbívoro surgió en la familia del tiranosaurio y el velociraptor mucho antes de lo que se pensaba.
“Chilesaurus muestra cúantos datos ignoramos aún sobre la diversificación temprana de los grandes grupos de dinosaurios”, explica Martín Ezcurra, investigador de la Universidad de Birmingham y coautor del estudio. Se trata del primer dinosaurio completo del Jurásico que se ha hallado en Chile y uno de los más completos de todo el hemisferio sur, enfatiza Fernando Novas, del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) y también autor del trabajo.
Luis Alcalá, paleontólogo de la Fundación Dinópolis, aporta una opinión independiente sobre el descubrimiento. “Este dinosaurio presenta un ejemplo muy interesante de evolución en mosaico, con rasgos tan diferentes unos de otros que al principio el equipo creyó haber hallado varios tipos de dinosaurios”, explica. “Lo que más sorprende es que sea tan antiguo”, resalta. De hecho, los investigadores piensan que el chilesaurio era el dinosaurio más abundante en esta parte de la Patagonia, donde posiblemente convivió con los feroces depredadores de los que era pariente.