Ha habido que revisar un total de 2.162 jugadas con ayuda de las nuevas cámaras, entre ellas 623 lanzamientos que los árbitros dieron como triples o canastas de dos y la validez de 482 tiros que entraron al borde del partido para comprobar si lo hicieron antes o después del bocinazo. Durante la temporada regular de la NBA que acaba de tocar a su fin, los árbitros de la liga de baloncesto de Estados Unidos han tenido la mejor ayuda posible para acertar en sus decisiones gracias al NBA Replay Center, el espectacular centro de revisión de jugadas que echó a andar en octubre.
Con el inicio de la liga regular, la NBA puso en marcha un gigantesco centro audiovisual para asistir a sus árbitros en las decisiones más difíciles. Más parecido a una sala de seguimiento espacial que a una instalación deportiva, el NBA Replay Center está dotado con 94 monitores de televisión y una red de fibra óptica de 10 gigas que lo conecta con los 29 estadios de la liga. Permite la repetición y el análisis casi inmediato de cualquier jugada de cualquiera de los 15 partidos que se celebran cada jornada. Y desde siete ángulos distintos a la vez. El coste de este prodigio tecnológico también es espectacular: 15 millones de dólares (13,95 millones de euros).
“En esta temporada revisamos 2.162 jugadas dudosas para los árbitros”, se jacta su máximo responsable, Joe Borgia, vicepresidente de Operaciones Arbitrales y Repeticiones de la NBA, en conversación telefónica desde la sede del Replay Center en Secaucus, Nueva Jersey. “Ahora basta con que un árbitro levante el dedo índice y lo gire en el aire para que todo nuestro sistema se ponga en marcha”, resume Borgia. Acto seguido, los técnicos analizan en una pantalla de 67 pulgadas las imágenes en alta definición y escogen el ángulo más esclarecedor para el árbitro.
Se trata, según el directivo, de mejorar la objetividad de las decisiones arbitrales: “Muchas veces resulta humanamente imposible saber si el jugador se ha salido por un milímetro del terreno de juego”. En su mayoría, las dudas se refieren a los lanzamientos desde la línea de tres puntos, seguidas de las canastas que entraron milésimas antes, o después, del minuto 48.
En resolver la jugada se emplean de media 42 segundos, la mitad que en la temporada anterior
Además de expertos en escudriñar imágenes, Borgia presume de que sus técnicos conocen al dedillo las reglas del baloncesto. “Muchas veces somos nosotros los que nos adelantamos al árbitro y arrancamos, sin que él lo indique, con el análisis de una jugada. Así, en el caso de que lo pida, tardamos mucho menos en darle las imágenes que busca”. Y es que, además de la precisión, la NBA busca la velocidad en la respuesta. “Hablamos de un deporte que, sobre todo, debe ser fluido”. De media, se emplean solo 42 segundos en resolver la jugada, la mitad que en la temporada anterior.
Las ligas de fútbol americano y béisbol se han interesado por el sistema. También alguna de fútbol europeo, que Borgia no precisa. “De muchas jugadas en el fútbol, como las que llevan a pitar penalti, depende el resultado de un partido. Un árbitro se puede permitir 42 segundos para juzgar una decisión tan importante”.
El Replay Center respalda la decisión inicial del árbitro cuatro de cada cinco veces. La decisión última recae en el árbitro jefe y Borgia no cree que el sistema pueda llegar a sustituirlo algún día. Eso sí, las televisiones que retransmiten los partidos también tienen acceso a las imágenes. La alta tecnología llega como insospechado apoyo a las discusiones deportivas de los bares.
El acelerador de partículas LHC se ha vuelto a poner en marcha hoy, después de que un cortocircuito obligara a detenerlo el pasado 21 de marzo. El problema se arregló el pasado viernes, tras diez días de trabajo, y esta mañana desde las 8.30, hora de Ginebra, los haces de partículas están ya circulando por el superacelerador. Es la primera vez que el mayor acelerador de partículas del mundo se pone a trabajar tras dos años de parón.
Ninguna máquina humana ha conseguido generar tal energía
Los operadores del LHC intentarán hacer circular los haces de protones en ambos sentidos a una energía de inyección de 450 gigaelectronvoltios (GeV). Las primeras colisiones estables entre protones se esperan para finales de mayo o principios de junio, a 13 teraelectronvoltios (TeV), el doble de lo alcanzado en la fase anterior de funcionamiento de esta gran máquina científica.
Rolf Heuer, director general del CERN -el organismo que opera el LHC-, ha dicho a los ingenieros e investigadores: «Muchas gracias a todos. Ahora comienza el trabajo duro», según cuenta la BBC.
Lo que se espera en esta segunda fase de trabajo del Gran Colisionador de Hadrones, en la frontera entre Francia y Suiza, nadie lo sabe. Tras dos años de reparación y acondicionamiento, el acelerador va a funcionar al doble de potencia y cruzará una frontera de la física nunca antes traspasada. Ninguna máquina humana ha conseguido generar tal energía, o lo que es igual, ninguna máquina había podido producir partículas con tanta masa. Entre esas partículas podrían encontrarse las que componen la materia oscura o la supersimetría, posibles claves para empezar a entender lo que los físicos llaman el universo oscuro, o desconocido, y que supone el 95% del cosmos. “Si la naturaleza es buena con nosotros podremos encontrar estas partículas pronto”, dijo Rolf Heuer en una rueda de prensa celebrada hace dos semanas.
El LHC se adentra en el universo desconocido
FOTOGALERÍA: Viaje al centro de la máquina
“Queremos crear un acelerador de partículas tan grande como Ginebra”
En la anterior tanda de experimentos había un objetivo claro, descubrir el bosón de Higgs. Esta vez, el LHC va a pisar tierra virgen y nadie sabe qué puede hallar. «Esta vez el higgs dejará de ser la estrella, pero aún nos queda mucho por medir, entre otras cosas su anchura exacta”, explicaba recientemente a EL PAÍS José Enrique García, físico de uno de los experimentos del LHC, el ATLAS.
El LHC funcionará de forma continuada, con parones en Navidad, hasta 2018. Existe la posibilidad de que para entonces no se haya descubierto nada nuevo, pero eso no es ningún drama, según Heuer. “Tenemos un plan para continuar usando el LHC hasta 2035”, destacó en la misma comparecencia.