La nave rusa descontrolada caerá a la Tierra probablemente el viernes

La nave rusa Progress 59, descontrolada en el espacio desde su lanzamiento fallido el pasado 28 de abril, caerá a la Tierra el viernes 8 de mayo, aunque los expertos definen aún una horquilla amplia en cuanto a la hora. Según el cálculo más reciente de la web especialista en seguimiento de objetos espaciales Satflare.com, el artefacto no tripulado caerá a las 8.10 (hora peninsular española), con un margen de seis horas más y seis horas menos. La agencia espacial rusa Roscosmos había estimado el miércoles pasado una ventana temporal de 21 horas en torno a las 10.39 (hora peninsular). En cualquier caso, sobre el momento de la caída –y, por tanto, el lugar exacto-, influyen las condiciones atmosféricas y solares. La Progress 59 se encuentra ahora a unos 160 kilómetros de altura.

El carguero espacial lleva casi tres toneladas de suministros que iban dirigidos a la Estación Espacial Internacional (ISS). El fallo en la operación de lanzamiento, probablemente debido a un problema en la separación de la tercera etapa del cohete Soyuz que lo puso en órbita, pero aún sin confirmar por los expertos, impidió el despliegue correcto de varias antenas de la nave, lo que imposibilitó tanto la aproximación automática a la ISS para engancharse allí como la debida comunicación con el centro de control en Tierra.

Horas después del percance la nave, estaba indebidamente en rotación sobre sí misma (cumpliendo un giro completo cada cinco segundos) y, tras múltiples intentos de los expertos rusos para recobrar el control de la nave, se dio por perdida. Los expertos en seguimiento de artefactos y fragmentos espaciales han identificado hasta 40 trozos de material (de la propia nave y de la última etapa del cohete) alrededor del carguero.

En el lugar exacto influyen las condiciones atmosféricas y solares

En la reentrada en la atmósfera terrestre, la Progress-59 se quemará, pero no se descarta que no se destruyan algunas piezas, como el sistema de enganche a la ISS. La franja terrestre de caída está comprendida entre los 52 grados de latitud Norte y los 52 Sur. De cualquier forma, los expertos afirman que el riesgo que puede suponer para personas es muy bajo ya que lo más probable es que si algún trozo de la Progress-59 llega a la superficie terrestre sea sobre el mar o en algún territorio deshabitado.

La probabilidad estándar de que una persona resulte herida por uno de estos fragmentos es de una en 10.000, ha explicado el experto en basura espacial Don Kessler a Space.com. “Yo recordaría a todo el mundo que hay 7.000 millones de personas en la Tierra, así que esa probabilidad de uno en 10.000 de que un individuo resulte herido significa que solo hay una probabilidad en 70 billones de que esa individuo sea usted”, añade Kessler.

Rusia pierde el control de una nave espacial automática

El carguero espacial ruso Progress 59, que fue lanzado el pasado martes desde la base de Baikonur (Kazajstán) con casi tres toneladas de suministros para la Estación Espacial Internacional (ISS), está descontrolado en órbita terrestre tras un fallo sufrido en sus antenas. Todos los intentos de recuperar el control de la nave no tripulada habían fracasado ayer. Los seis astronautas (tres rusos, dos estadounidenses y una italiana) de la ISS no corren peligro alguno y han sido informados del percance, según declaró la NASA. La tripulación de la ISS, a 420 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre, tiene suministros suficientes para más de cuatro meses. La Progress 59lleva combustible, agua, alimentos y repuestos para la base orbital.

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La nave descontrolada acabará destruyéndose al reentrar en la atmósfera terrestre en los próximos días, aunque pueden llegar a caer trozos al suelo. Ya ayer estaba perdiendo altura, según informó Efe citando una fuente de la industria aeroespacial rusa. “Pronosticar con exactitud la fecha y lugar donde caerán los fragmentos que no se desintegren en las capas densas de la atmósfera solo será posible unas horas antes de que ocurra”, señaló dicha fuente a la agencia Ria Novosti. Aún así, el centro de control de la misión, en Rusia, seguía ayer intentado recuperar la comunicación con la nave.

Los problemas de la Progress 59 surgieron ya en órbita, después de separarse del cohete Soyuz, cuando se dirigía hacia la base orbital para atracar automáticamente allí el mismo martes. Se desplegaron los paneles solares y alguna antena, pero parece ser que no todas, y el centro de control no logró establecer la comunicación estable con la nave para enviar comandos y recibir datos. En un principio, confiando en lograr recuperar el carguero, se aplazó el atraque en la ISS, pero ayer se dio prácticamente por imposible. Las imágenes recibidas de una cámara de la nave mostraron que estaba indebidamente en rápida rotación, con la superficie terrestre y el Sol apareciendo y desapareciendo del encuadre.

En 2011, la Progress 44, también con carga para la ISS, se destruyó debido a un fallo del cohete poco después del lanzamiento.