El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, congeló el miércoles el diálogo que mantiene con la oposición para resolver la grave crisis de Venezuela, en rechazo al bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.

El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, informó que Maduro canceló el viaje de su delegación a Barbados, donde ayer y hoy tenía pautada la cuarta ronda de conversaciones con la mediación de Noruega.

El lunes, el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que congela todos los activos del Gobierno de Venezuela en territorio estadounidense, algo que en Caracas tachan de “terrorismo económico”.

La medida se aplica sobre “todos los bienes e intereses de propiedad del Gobierno de Venezuela que se encuentran en EE.UU., o que están bajo el poder o control de cualquier persona de EE.UU.”.

Aunque el gobierno de Trump señala que la medida no perjudica a los venezolanos. Ayer, Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos dijo que, aunque las causas de la crisis económica en Venezuela son anteriores a las nuevas sanciones, estas exacerban sus efectos y afectan a los más vulnerables.

“Estas sanciones son extremadamente amplias y no contienen las medidas suficientes para mitigar el impacto en los sectores de la población más vulnerables. Temo que tengan implicaciones mayores en los derechos a la salud y a la alimentación, en particular en un país donde ya existe una seria situación de escasez de bienes esenciales”, apuntó la exmandataria chilena.

Con respecto a la decisión de Maduro de no acudir a las conversaciones, Stephan Dujarric, portavoz del Secretario General de la ONU, dejó clara la posición del organismo mundial. “António Guterres está convencido de que la única solución posible a la situación en Venezuela es un acuerdo negociado”.

La delegación de la oposición, por su parte, exige elecciones anticipadas. (I)