Siete detalles en los que La Casa del Dragón
Siete detalles en los que La Casa del Dragón. Resulta evidente que, tras el estreno ya de tres episodios de ‘Juego de Tronos: La Casa del dragón’, podemos empezar a ver ciertas constantes. De momento (y habiendo en el tercer episodio, por ejemplo, un salto en el tiempo con cambio de actores incluidos, lo que parece querer decirnos que no demos nada sentado en términos argumentales), la serie demuestra cierta capacidad para la sorpresa. Y existe el consenso más o menos generalizado de que, pese a su calidad, no deja de ser un producto derivado de la serie madre. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
Es decir, de momento nadie va a arrebatarle el trono a la producción original. Pero, siendo justos, hay muchos detalles en los que ‘La Casa del dragón’ ha aprendido de los errores de ‘Juego de Tronos’, tanto a nivel de ambientación como en términos puramente técnicos. Hemos listado algunos de los que más nos han llamado la atención. La polémica está servida.
1 – Mejor calidad de reproducción.
El reciente reestreno de ‘Juego de Tronos’ en 4K fue el pistoletazo de salida para un cambio en la calidad de los contenidos en HBO Max que por desgracia no está tan extendido en las nuevas series y películas como nos gustaría. Pero ‘La Casa del Dragón’ ha hecho pleno: desde el primer día está en UHD, Dolby Vision y Dolby Atmos. Como contábamos en nuestro análisis de esta nueva calidad de reproducción, adiós al banding y a los macrobloques de compresión en escenas oscuras como las de la cripta de Invernalia o aquellas que fastidiaron episodios como ‘La larga noche’.
2 – Más acción y dinamismo.
Una cosa ha estado clara desde el primer episodio: la acción forma parte de las bazas de ‘La Casa del dragón’ desde el primer momento. Un sangriento torneo, una demostración de poder de Daemon Targaryen, y dragones. Las criaturas que se hicieron de rogar hasta aparecer en ‘Juego de tronos’ aquí están presentes casi como declaración de intenciones desde el arranque del episodio inicial. La serie tiene sus buenas raciones de intrigas palaciegas, por supuesto, pero los viajes, la aventura, los conflictos resueltos por la vía física están mucho más presentes que en ‘Juego de tronos’.
3 – El entorno se reduce, pero a la vez cambia.
Los Targaryen son una familia próspera, la Casa más importante de Poniente. Tienen un nivel de riqueza y lujo que no vimos en ninguna Casa de Juego de Tronos, muchas de ellas estragadas en el bolsillo tras décadas de conflictos. Ese lujo se refleja en trajes, escenarios e incluso comportamiento de los personajes, poniendo sobre la mesa unas guerras políticas y de poder muy distintas de las que contaba ‘Juego de Tronos’, donde la supervivencia más inmediata era una prioridad mayor que en los planes a medio plazo que traman los Targaryen.
Es decir, esta reducción en la amplitud del foco (hablamos de una sola Casa, y a menudo de un solo escenario, o entornos muy cercanos entre sí) beneficia a la concisión y agilidad de la serie, que en muchos casos es más frenética y atractiva (y moderna) que ‘Juego de Tronos’. Pero a la vez se permite un enfoque distinto y contar otro tipo de conflictos para evitar caer en lo repetitivo.
4 – Todo está mejor explicado.
Más allá de que haya menos personajes y menos tramas secundarias, ‘La Casa del Dragón’ hace un esfuerzo especial por no dejar a nadie fuera. El complejo árbol de personajes de ‘Juego de Tronos’ se ve reducido aquí en gran medida, pero eso no impide que los guionistas plaguen los diálogos de pistas para entender el mundo que se nos está describiendo: por ejemplo, es fácil rastrear los orígenes de la dinastía Targaryen en el trono solo con los diálogos. Aquí las relaciones entre los Targaryen y los Velaryon están muy bien detalladas, lo que sin duda será importante para futuros eventos que tendrán lugar.
5 – La serie se mete en harina desde el principio.
Independientemente de la mayor agilidad a la hora de narrar los eventos, la sensación con los primeros capítulos de que no se nos está «introduciendo» a nada, sino que ya estamos en un mundo que conocemos es fuerte y ayuda a que la inmersión sea inmediata. Por supuesto, eso sería imposible sin la profunda labor de world building que hizo una ‘Juego de Tronos’ que, con toda la razón, se tomó sus primeros episodios (prácticamente toda su primera temporada) con mucha más calma. La deuda con su precedente está clara, pero lo cierto es que es un alivio ver el esfuerzo que hace ‘La Casa del dragón’ a favor del impacto inmediato.
6 – El arma de la nostalgia.
Hay un detalle muy interesante en ‘La Casa del dragón’, y es su uso de la nostalgia para fijar un tono que no estaba presente en ‘Juego de Tronos’, más descarnada y violenta. Aquí se están haciendo referencias continuas a un pasado glorioso y próspero, algo que estaba fuera del alcance del estilo más negro y desesperado de la serie madre. Eso aporta una explicación para el optimismo y el lujo que viven personajes como el del rey Viserys, las continuas referencias al pasado de la estirpe… y también dan un tono fatídico a todo lo que sucede, porque sabemos los malos tiempos que están por venir.
7 – La firma de George R.R. Martin.
Paradójicamente, o quizás precisamente gracias a eso -y pese a lo que le gusta a Martin complicarse la vida en los libros-, su participación abierta y directa en esta serie no está dando como fruto una producción áspera y poco accesible (como el libro que la inspira, sin ir más lejos), sino todo lo contrario. Bien narrada, sin pretender que nadie se sienta excluido y, de momento, no improvisando según se avanza, sino con una perspectiva a medio plazo de lo que va a suceder (o eso parece). Y ese es el mejor cumplido que se le puede hacer a ‘La Casa del dragón’: ha aprendido de los errores de ‘Juego de Tronos’.