La Realme Pad es la primera tablet del fabricante asiático. Su objetivo es claro: conquistar el mercado de las tablets en el segmento de los 200 euros, territorio en el que la competencia es algo escasa y atacar con un potente arma puede suponer una victoria.

Si es o no la mejor tablet en su rango de precio es algo a lo que responderemos a lo largo de este análisis, pero ya te adelantamos que la Realme Pad nos ha convencido como producto. Da más de lo que promete su ficha técnica y se convierte en una de las grandes bazas de Realme para finales de 2021 y la entrada del próximo año.

Ficha técnica de la Realme Pad

Diseño: premium por todos sus costados

La Realme Pad, nada más sacarla de la caja, nos da ese feeling que tan solo suele sentirse con productos de gama alta: el frío del aluminio y la robustez de un producto de alta calidad. Tanto la parte trasera de esta tablet como sus laterales se alejan del plástico (material habitual tanto en móviles como en tablets de este precio), para abrazar un sólido aluminio.

El módulo de cámara sobresale ligeramente y encontramos un corte vertical a láser para evitar que el diseño trasero sea totalmente plano. La botonera es bastante sólida, no baila y la pulsación es dura. La calidad final de los laterales y parte trasera es digna de una tablet de gama alta.

Si le damos la vuelta, siguen las buenas noticias. El aprovechamiento frontal no es sobresaliente, pero es más que suficiente teniendo en cuenta el rango de precio en el que se enmarca el producto. La cámara selfie se esconde dentro del marco superior, siendo bastante discreta.

Dimensiones

A nivel de dimensiones, la Realme Pad convence. Si bien tiene un peso de 440 gramos, su grosor de menos de 7 mm hace que no se sienta un producto tosco y pesado, siendo muy cómoda para usar con las dos manos tanto en vertical como en horizontal.

En resumidas cuentas, la Realme Pad se siente como un producto premium, pese a ser una tablet orientada a conquistar el segmento medio. Nos ha gustado su acabado, dimensiones y diseño, dignos de un producto de mayor categoría.

Pantalla y audio: una sorpresa multiplicada por cuatro

Respecto a la pantalla, encontramos un panel IPS LCD de 10,4 pulgadas con resolución de 2.000 x 1.200 píxeles. La calidad del panel ha sido una grata sorpresa, sobre todo por la interpretación del color, más precisa de lo habitual en una tablet económica. La resolución también se disfruta, no habiendo echado en falta más para reproducir contenidos multimedia.

Echamos en falta algunas opciones extra de personalización en el panel, ya que tan solo podemos activar el modo de lectura, modo noche y brillo automático, sin poder calibrar la pantalla del dispositivo a nuestro gusto.

No obstante, cumple de sobra con su cometido: es una gozada ver series y películas en esta tablet, sobre todo si tenemos en cuenta que el apartado sonoro está por encima de cualquier expectativa.

Si bien a nivel multimedia la Realme Pad es sobresaliente, a nivel de potencia clava la rodilla. Su procesador es el MediaTek Helio G80, acompañado en nuestro caso de 6 GB de RAM (la configuración máxima). El procesador es insuficiente incluso para lo más básico, por lo que encontramos lag abriendo aplicaciones, en menús del sistema y, prácticamente, en cada tarea. Al ser una tablet económica enfocada al consumo multimedia, no llega a ser algo grave, pero un procesador más potente le hubiese dado una vida completamente distinta.

A nivel de benchmarks estos son los datos que ofrece la Realme Pad, en la línea de lo que nos encontraríamos en un Android de gama de entrada.

• Geekbench: Single Core 324 / Multi-Core 1.174
• 3D Mark (Sling Shot): 1.758
• PC Mark: 7.725

Software

Lo que sí nos ha gustado es la disipación de calor, ya que no se calienta ni siquiera cuando estamos llevando la tablet al límite. El aluminio ayuda, sobre todo en épocas como la actual, a que el dispositivo esté más fresco de lo habitual.

La autonomía de esta Realme Pad es más que correcta, sobrepasando las 6 horas de pantalla sin mucho problema. Su único pecado es el consumo en reposo, algo elevado para este tipo de dispositivo.

La carga demora más de dos horas, al contar con 18W y 7.100mAh. Realme UI analiza en segundo plano las aplicaciones para hibernarlas si consumen demasiado aunque, a efectos prácticos, no hemos notado demasiado esta función.

Cámara: sin grandes pretensiones

Respecto al apartado fotográfico, contamos con dos cámaras y una app más sencilla respecto a la versión móvil. Podemos hacer fotografía, vídeo e incluso tenemos modo manual, para controlar ISO, velocidad de obturación, balance de blancos y poco más. Nada de modo retrato, noche ni funciones adicionales.

La cámara trasera es testimonial, con una calidad baja, aunque suficiente para alguna fotografía en caso de emergencia. El sensor es de tan solo 8 megapíxeles y ni siquiera viene acompañada por un flash LED, así que mejor no utilizarla cuando cae la luz.

Respecto a la cámara frontal, también tiene una calidad justa, pero nos ha gustado que es bastante angular. Esto permite que haya bastante contenido en la imagen, ideal si estamos haciendo una videollamada y somos más de uno en casa.

Realme Pad, la opinión de Xataka

La Realme Pad es una sólida propuesta a recomendar si queremos una tablet por poco dinero. Su propósito es el contenido multimedia, y aquí brilla con luz propia. Tanto el panel como el apartado del sonido hacen que la experiencia reproduciendo contenidos sea sobresaliente, logrando paliar en cierta medida los problemas derivados de su falta de potencia.

El contar con un acabado premium en aluminio también ayuda, siendo la prueba de que podemos tener un producto económico que se aleje del plástico. En resumidas cuentas, sólida candidata a mejor tablet por 200 euros, aunque las versiones con mayor almacenamiento y conectividad 5G se disparan por encima de los 300 euros. Si no necesitamos redes móviles, el modelo básico es más que goloso.