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Varios países de América Latina adquirieron dosis de la vacuna rusa anticovid Sputnik V, pero hoy en día se encuentran a la deriva, debido a que no han recibido el lote correspondiente a las segundas dosis.

La vacuna rusa fue la primera en ser registrada en el mundo, el 11 de agosto de 2020, pero la falta de datos sobre su composición generó escepticismo en un comienzo.

Sin embargo, cuando en febrero pasado la revista científica The Lancet publicó los resultados de la tercera fase de ensayos, que mostraban que la Sputnik V era una de las vacunas más eficaces del mundo.

La farmacéutica firmó contratos de más de 130 millones de dosis en más de 69 países y la demanda ha sido mucho más alta que la oferta.

Rusia retrasó sus entregas porque priorizó su mercado local debido al repunte de casos de coronavirus, situación que afecta a más de 40 países, entre los que se encuentran México, Argentina, Bolivia, Guatemala, Venezuela, India, Pakistán, Irán, Kenia y Argelia.

A diferencia de las otras vacunas de dos dosis, que usan el mismo componente en ambas vacunas, la Sputnik V utiliza componentes diferentes, lo que ha propiciado minuciosos estudios científicos para determinar una compatibilidad segura al mezclarla con otros antígenos.

Pese a que ya gran parte de las naciones retomaron el ingreso de la Sputnik V, en Venezuela no hay ni rastros de la segunda dosis.

Frente a esta situación, miles de ciudadanos improvisan, mientras que otros se preguntan qué hacer.

¿Combinar?

La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda la aplicación de la misma marca de vacuna anticovid en ambas dosis, además hace énfasis en que solo se deben combinar antígenos cuya evidencia de apoyo esté abalada por el Grupo de Expertos de Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización, actualizado el 10 de agosto.

Argentina inició estudios a principios de julio para evaluar posibles combinaciones con la Sputnik V y después de un mes de ensayos, anunció que los resultados preliminares eran «satisfactorios» y «alentadores».

El país autorizó la mezcla de la primera dosis del antígeno ruso con una segunda dosis de AstraZeneca, cuyo principio activo se fabrica en Buenos Aires, o con Moderna, tras la donación por parte de EE.UU. de 3,5 millones de dosis.

En cuanto a la combinación con el antígeno chino, Sinopharm, determinó que los resultados no fueron «concluyentes» y que por ahora se descarta esa opción.

¿Esperar?

Autoridades sanitarias de Rusia en principio señalaron que la segunda dosis de Sputnik V debía colocarse transcurridos 21 días de la primera inoculación, posteriormente aclararon que se podía extender hasta 90 días y finalmente, el pasado mes de julio señalaron que se podía prorrogar hasta 180 días.

La recomendación de las autoridades rusas es tener paciencia.

“El equipo de Sputnik V confirma que en el mes de agosto se resolverán por completo todos los retrasos temporales en la entrega del segundo componente de la vacuna”, afirmaron en una nota de prensa publicada el 4 de agosto en la página oficial de la vacuna rusa.

Además, resaltan que su antígeno, tiene la virtud de poseer una alta tasa de protección con solo la primera dosis, a diferencia de otras marcas comerciales.

“Con una tasa de eficacia de aproximadamente el 80% supera la de muchas vacunas que requieren dos inyecciones”.

¿Reiniciar la vacunación?

En caso de superar los 180 sin recibir la segunda dosis de la Sputnik V, los expertos recomiendan reiniciar el esquema completo de vacunación con una marca disponible.

El inmunólogo clínico, Alexis García, investigador principal del ensayo de la Sputnik V en Venezuela, recomienda este proceso solo en casos extremos.

“El peor de los escenarios, que no llegara la vacuna en seis meses, la persona tendría que colocarse un esquema completo de la vacuna que esté disponible en Venezuela”.

Hizo énfasis en llamar a la calma y solo combinar vacunas en caso de que el plazo de 6 meses haya vencido.

“Si comenzaron con Sputnik V, que terminen con Sputnik V”.