Un grupo de policías bolivianos, del cordón de seguridad en la Casa Grande del Pueblo, la nueva sede de la Presidencia del país, se amotinaron y abandonaron sus posiciones este 9 de noviembre.

En Cochabamba ya se había sublevado la policía del Centro de Práctica de Operaciones. Los uniformados pidieron la renuncia del comandante departamental, Raúl Grandy, quien fue relevado por Jaime Edwin Zurita.

En un primer momento, el Comando General de la Policía boliviana dijo que la situación en Cochabamba era un tema ”aislado”. Sin embargo, lo mismo ha hecho, según un reporte de Infobae, la policía de Sucre, la capital constitucional del país; Santa Cruz, la mayor ciudad boliviana y la mayoría de las regiones, desde la zona andina a la amazónica. Al momento ocho de nueve departamentos del país tendrían motines.

El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, dijo: “Espero que el comandante de la policía haga reflexionar a la tropa, que por alguna razón se ha amotinado, y estamos seguros de que la policía va a continuar cumpliendo su labor institucional que es el resguardo a la ciudadanía”.

Las circunstancias surgen tras los comicios presidenciales del país, el 20 de octubre. Luego de que Evo Morales ganara en primera vuelta, la oposición salió a las calles a denunciar fraude. (I)