Plan de Trump prioriza a inmigrantes calificados

El nuevo plan migratorio del presidente Donald Trump no resuelve la situación de los 11 millones de indocumentados que ya están en Estados Unidos, incluidos los “dreamers” (soñadores).

El mandatario estadounidense presentó ayer, desde la Casa Blanca, su propuesta basada en un sistema mérito que prioriza a los trabajadores altamente calificados sobre aquellos que tienen familiares en el país.

No obstante, el proyecto de ley tiene pocas posibilidades de avanzar en el Congreso, donde los legisladores de ambos partidos (republicano y demócrata) lo recibieron con escepticismo, destacó The Washington Post.

Para Trump, los centroamericanos que llegan a Estados Unidos pidiendo asilo con “declaraciones frívolas” restan oportunidades a quienes tienen casos sólidos. “Si tú tienes un reclamo apropiado, serás admitido rápidamente. Si no, serás retornado a casa lo más pronto posible”, aseveró.

El republicano enfatizó que las bases de su propuesta son detener la inmigración “ilegal”, resguardar la frontera y realizar reformas legales que corrijan las fallas de la legislación actual.

Para Trump, el sistema de inmigración estadounidense alienta a más inmigrantes a cruzar el país de manera irregular.

Los más brillantes entrarán

La propuesta del presidente además busca atraer a “los mejores y más brillantes (inmigrantes) del mundo”.

En cifras, el mandatario aseguró que el 66% de los inmigrantes legales que son admitidos tienen greencard (tarjeta de residencia permanente en Estados Unidos) y un familiar en el país. Aseguró que quiere revertir esta tendencia para que quienes ingresen al país en mayor número sean los más calificados y no aquellos con lazos familiares.

“Queremos que los trabajadores y estudiantes excepcionales se queden, crezcan y prosperen en Estados Unidos”, señaló al explicar que su plan prioriza el nivel educativo y las habilidades especiales de los solicitantes de beneficios migratorios.

Sin embargo, el programa de Trump no incluye ninguna medida sobre la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), la política creada por el exgobernante Barack Obama que protege a los inmigrantes que llegaron al país de forma ilegal cuando eran niños y que el actual presidente busca eliminar. “Es un tema que divide mucho”, justificó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, esta semana.

El proyecto, ideado por el yerno y asesor de Trump, Jared Kushner, contempla un sistema de selección por puntos. Los inmigrantes jóvenes tendrán más puntos porque contribuirán más. También sumarán puntos los que tengan una habilidad valiosa, una oferta de trabajo, educación avanzada o un plan para generar empleos.

“Si se adopta, nuestro plan transformará el sistema de inmigración de Estados Unidos en el orgullo de nuestra nación y la envidia del mundo moderno”, añadió.

Aunque es poco probable que los demócratas, bajo presión de su base para legalizar a los “dreamers”, aprueben el plan.

El líder de la minoría demócrata del Senado, Charles E. Schumer, en declaraciones a Telemundo criticó el plan de Trump antes de su liberación formal.

“La verdad sea dicha, el plan informado de la Casa Blanca no es un intento serio de reforma migratoria”, manifestó durante las declaraciones en el Senado.

“Es un documento político que es una reforma contra la inmigración. Reemplaza las mismas políticas partidistas, radicales y antiinmigrantes que la administración ha impulsado en los últimos dos años”, enfatizó.

En una conferencia de prensa, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (demócrata por California), dijo que está a favor de una reforma “integral” bipartidista y que su cámara planea actuar en varios frentes, incluida la protección para los soñadores.

Pelosi se mostró en desacuerdo con el uso del término “mérito”. “Es realmente una palabra condescendiente”, indicó. “¿Están diciendo que la familia no tiene mérito?”.

En junio del año pasado, el Congreso rechazó rotundamente otro plan de Trump para reformar el sistema migratorio, incluso con buena parte de votos republicanos.

Ese plan incluía más de $ 23.000 millones para la construcción de un muro y para reforzar la vigilancia fronteriza y permitía la legalización de los “dreamers”.

Pero suscitó críticas de demócratas y grupos afines, que acusaron a Trump de querer canjear los “dreamers” por su prometido muro fronterizo con México. (I)