Paro deja $ 2.500 millones de pérdidas en Brasil

Un paisaje desolador exhiben las ciudades brasileñas, desabastecidas, con pérdidas de hasta $ 2.500 millones en una semana, a causa de la paralización de camioneros autónomos y empresas de transporte que protestan contra el aumento diario del diésel o gasoil.

El presidente Michel Temer anunció en cadena nacional, el domingo por la noche, que cedió a todas las demandas del movimiento donde no hay líderes pero al que pertenecen más de un millón de transportistas que lograron una baja de 15 centavos de dólar en el litro del gasoil.

El anuncio estuvo acompañado por cacerolazos de repudio en Río de Janeiro, Sao Paulo, Belo Horizonte y Porto Alegre.

El país quedó en situación precaria: 11 aeropuertos debieron cancelar vuelos a raíz de la falta de combustible, las ciudades están con cara fantasmagórica, sin tránsito, y las góndolas de supermercados apenas tienen enlatados o congelados: no hay verduras ni frutas en manos de la población en el país tropical más grande del mundo.

Sindicatos de policías federales anunciaron que se negaron a reprimir los bloqueos cuando el viernes pasado el presidente Temer firmó un decreto para que agentes y militares intervengan contra los camiones estacionados en más de 1.000 caminos del país.

La cuestión de fondo está enfocada en el presidente de la petrolera estatal Petrobras, Pedro Parente, quien desde julio de 2017 aplicó una serie de medidas para atraer inversores, entre ellas liberar el precio de los combustibles al precio internacional de mercado. El gasoil aumentó en tres meses 58%.

Varios miembros del gobierno pidieron la renuncia de Parente para descomprimir la crisis y evitar una mayor caída de los papeles de Petrobras en la Bolsa de Valores de Sao Paulo.

Temer, el presidente más impopular de la historia de Brasil, fue a la cadena nacional a anunciar un acuerdo para intentar reducir las protestas. “Vamos a pagar la diferencia sin causarle perjuicios a Petrobras”, dijo Temer, en medio de anuncios de suspensión de clases por el desabastecimiento de gasolina en los estados de Minas Gerais, Río de Janeiro, Brasilia y Curitiba.

Sao Paulo declaró el estado de emergencia para poder comprar sin licitación gasolina para su flota de autobuses. El costo de los beneficios otorgados a los camioneros que protestaban -en su mayoría autónomos o empresarios- será de $ 3.000 millones en renuncias fiscales, según el ministro de Gobierno, Carlos Marún.

Las ciudades brasileñas exhibían este lunes 28 de mayo un paisaje desierto de automóviles por el desabastecimientode combustible, que comenzó a ser regulado apenas por camiones “leales” al gobierno escoltados por vehículos de las policías locales y de las tres Fuerzas Armadas.

El acuerdo anunciado por Temer se produjo luego de una reunión con representantes de los camioneros autónomos, que se comunicaban por WhatsApp. En su discurso, el Presidente acusó a los huelguistas de poner en riesgo el sistema de salud.

Además del gasto fiscal que va a generar la compensación a las arcas públicas, el agujero económico se agranda con la protesta y la paralización de las ciudades: 167 fábricas productoras de alimentos cerraron, sin poder realizar exportaciones por $ 350 millones, informó la Asociación Brasileña de Proteína Animal.

Petroleros se unen

La situación puede empeorar -si bien ayer comenzaron a divulgarse los contenidos del anuncio del gobierno para intentar romper la paralización- este miércoles, ya que los petroleros anunciaron un paro de tres díasenreclamo de la renuncia del presidente de Petrobras.

En el frente electoral de cara a las elecciones de octubre, el candidato presidencial ultraderechista excapitán Jair Bolsonaro, segundo en las encuestas detrás del detenido expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, anunció que si es electo revocará todas las multas y sanciones al movimiento de camioneros.

Los transportistas que participaron de la protesta llevaban la inscripción a favor de una intervención militar. En ese marco, un clima enrarecido rodeaba al gobierno y a la lealtad de las fuerzas de seguridad hacia Temer. Es que entidades de agentes de la Policía Federal de Brasil se negaron a cumplir las órdenes del gobierno para obligar a los camioneros a desbloquear las rutas y pasaron a reivindicar la lucha de los transportistas contra el ajuste de precios del gasoil.

“Las entidades representativas de los policías federales manifiestan su apoyo al movimiento de los camioneros, ocasión en la que reafirman su compromiso de defender al pueblo brasileño y de jamás funcionar como policía de gobierno o un brazo armado contra los manifestantes”, dice un comunicado de la Federación Nacional de Policías Federales (Fenapef).

La Fenapef le agradeció a los camionerosel apoyo a las manifestaciones a favor de la lucha contra la corrupción y la Operación Lava Jato en junio de 2017. (I)

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El acuerdo

Concesiones

El Gobierno de Michel Temer decidió reducir el precio del litro de diésel en 0,46 reales (unos 0,13 dólares) y congelarlo por 60 días, ante la negativa de los camioneros a la congelación de los precios del diésel por 30 días.

20 de 27 estados del país aún reportaban bloqueos durante la mañana de este lunes 28 de mayo.

Sin alimentos

Once aeropuertos estaban sin gasolina y los supermercados prácticamente sin alimentos frescos; algunas universidades suspendieron clases por la huelga, como la Universidad de Sao Paulo (USP). (I)