“Nico” ejerce su libertad en un viaje por el mundo
De niña Nicole Bonilla Yong sentía que no encajaba, sus pies querían salir por delante y recorrer el mundo, no tanto por encontrar un sitio a donde pertenecer, sino porque, cual ave, deseaba ejercer su derecho a la libertad.
Estados Unidos, Filipinas, Indonesia, Singapur, Malasia, Sri Lanka, India, Nepal, Tailandia… son varios de los destinos sobrevolados; países que alguna vez solo vio como parte de un atlas.
Karla Álvarez (28 años), una de sus mejores amigas, la recuerda ojeando el mapa que tenía pegado en su habitación, aquel donde señalaba los sitios que deseaba visitar.
“Cuando me enteré de su proyecto hablamos mucho; creo que Nicole es una de las pocas mujeres que se arriesga a viajar sola. Ahora es una motivación para que otras personas lo hagan”, dice.
Viaja sola, sí, pero en cada lugar que aterriza deja afectos, algunos bastante fuertes como los lazos con las niñas Sanu y Ranu, de cinco y ocho años, con quienes se encariñó muchísimo durante un voluntariado que realizó en calidad de profesora de inglés en Sri Lanka. O Janice, su anfitriona en Filipinas, cuya madre falleció en plena Navidad.
Basada en esos apegos, la joven de 27 años afirma que su familia crece cada vez más y tiene sucursales de hogar en buena parte de Asia. “Es lindo tener donde llegar, me conmueve ver cómo la gente te trata tan bien sin conocerte”.
Entre las cosas feas, Nicole no olvida el robo del que fue objeto en un hostal de Melaka (Malasia), cuando otra chica le hurtó la billetera de un locker; dentro de la cartera tenía el pasaporte y $ 1.000.
Tras 20 horas de tenaz persecución recuperó los documentos, mas la ratera no le devolvió el dinero; esos recursos estaban destinados a un mes de subsistencia.
En esta misión confirmó cuán útil es trabajar en equipo, pues ante la inoperancia de la Policía local se alió con Azhan, conductor de un taxi con el que se lanzó a la “cacería” de la delincuente.
Esta revelación de Nicole hace que Karla recuerde los años que compartió con ella, aquellos donde se desempeñaban como estudiantes de relaciones públicas y comunicación organizacional de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE).
“Residí en su casa durante algún tiempo y un proyecto de la universidad nos trajo malas noches y jornadas extenuantes, tanto que mientras yo dormía ella trabajaba y mientras yo trabajaba, ella dormía. Eso sí, aprender a cocinar resultó una misión casi imposible”, detalla.
Y si de cocina hablamos, a la “Wambra Viajera”, como se hace llamar “Nico” en un blog, le agrada mucho probar la gastronomía de otras culturas y es que comer es otra forma de explorar el planeta.
Cada situación, paisaje o animal le inspiran para escribir. Con intervalos, este viaje lo culminaría en tres años. (foto)
Las recetas le hacen pasar de la alegría al enfado en cuestión de segundos. Sonríe al recordar el curry de coco con fideos de arroz de Sri Lanka o el lassi de la India (yogurt natural), pero frunce el ceño al rememorar el balut, un platillo que se hace con el embrión de pato, muy popular en Filipinas. Como buena turista es muy observadora. Le sorprendió por ejemplo lo limpia que luce la ciudad de Singapur y lo bien que funciona el transporte público. “A las personas no se les permite comer ni beber dentro, si lo haces la multa es de $ 450. Casi no vez policías porque los ciudadanos son tan educados que no necesitan mayor vigilancia”.
En medio de las comparaciones reparó en lo similares que son asiáticos y latinoamericanos, no únicamente en el color de piel y en los ojos, sino en el gusto por bailar y cantar.
Incluso a nivel de artesanías o vestuario típico reflexiona sobre las semejanzas; en Nepal vio unos gorros parecidos a otros que usan comunidades indígenas de Perú y Bolivia.
Pero, ¿cómo costea Nicole sus gastos? A lo largo de un año ahorró el 70% de su sueldo. No dice cuánto, pero su salario no era nada despreciable. Actualmente desea monetizar su experiencia.
“Estoy desarrollando un programa de coaching viajero de cuatro sesiones, estas ayudarán a las personas a planificar un año sabático”, precisa. La aventura continúa. En su mapa aparecen subrayados nuevos puntos. (I)