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Municipio de Quito cobra más de 20 impuestos y tasas, pero poco se refleja en obras y servicios

Se pagan desde prediales hasta permisos y alcabalas, pero la gran cantidad de recursos no se ven reflejados en obras durables y de calidad para la ciudad.

Solo en el 2021, el Municipio de Quito obtuvo más de $308,22 millones a través de 28 impuestos, tasas y contribuciones, que le cobra a los ciudadanos y sus empresas. En otras palabras, cada día, los quiteños aportaron con más de $856.000 para financiar las operaciones del cabildo.

Dentro de los principales impuestos están los prediales urbanos y rurales, los cuales el año pasado generaron ingresos por $73,72 millones.

Así también se recaudaron más de $46,46 millones por patentes comerciales, industriales y financieras; $37,93 millones en tributos sobre activos totales; y, $26,19 millones por alcabalas.

Por el lado de las tasas y contribuciones, se consiguieron, por ejemplo, más de $13,19 millones por el cobro en la prestación de servicios; y otros $37,51 millones por los cuestionados aportes por mejoras.

Esos aportes o contribuciones por mejoras, en un gran porcentaje se siguen destinando a pagar obras cuestionadas, e incluso con glosas confirmadas por la Contraloría, como la Ruta Viva.

¿A dónde van los recursos que aportan los ciudadanos?

El año pasado, la municipalidad registró $690,49 millones en ingresos totales. Alrededor del 44% (más de $308 millones) vino de los impuestos, tasas y contribuciones recaudados de los ciudadanos. Otro 35% ($244,06 millones) fue resultado de transferencias del Gobierno Central a través del Presupuesto General del Estado (PGE).

Sin embargo, solo $82,06 millones se gastaron efectivamente en obra pública. Es decir, menos de $0,12 de cada $1 que se recibió se destinó a mejorar la calidad cada vez más venida a menos de las vías de la ciudad, mejorar la infraestructura de tratamiento de desechos o de seguridad.

En los dos años previos, en teoría, se gastó más en obra pública, sobre todo en las vías de la ciudad ($211 millones en 2019 y $111,06 millones en 2020); sin embargo, ya a inicios de 2021 se podía constatar que alrededor del 80% de las calles tenía baches.

Además, incluso en esos años de aparente mejor inversión, en promedio, sólo $0,27 de cada $1 recibido se destinó a mejorar la infraestructura de la ciudad.

Malas inversiones

Andrea Burbano, economista y emprendedora, comentó que el manejo de los recursos municipales no solo tiene que ver con los montos asignados a una u otra cosa, sino sobre todo a los resultados.

“El malgasto se puede ver en que la gran mayoría de las obras duraron muy poco tiempo, se hicieron mal y con sobreprecios. Además, existen contratos observados por la administración corrupta de los recursos. En los dos primeros años se gastó a manos llenas, pero muy mal; y en el tercer año el presupuesto cayó por esa mala gestión”, acotó

En los últimos dos años, el gasto en personal ha promediado más de $141 millones. Eso representa más del 45% de lo que se recauda anualmente mediante impuestos, tasas y contribuciones.

Desde enero de 2019 hasta enero de 2022, la nómina de funcionarios en el Municipio de Quito ha pasado de 9.330 a 10.106.

Norman Velásquez, economista y emprendedor quiteño, puntualizó que debería hacerse un análisis integral de todos los procesos y funciones dentro del cabildo.

“Cada ciudad y administración tiene necesidades y urgencias particulares, pero si se compara con Guayaquil, la burocracia en Quito es mayor en un 40%. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la tramitología en la capital es una de las más perjudiciales para la creación de nuevas empresas dentro del país”, acotó.

Otro gasto importante, dentro del presupuesto municipal, son los más de $164 millones que se van en mantenimiento de propiedades, instalaciones y equipos (incluidos vehículos de todo tipo).

Empresas municipales emblemáticas están a la deriva

A pesar de que se destinan más de $100 millones anuales para las operaciones de las empresas municipales, actualmente dos de las más emblemáticas están con problemas de liquidez, contratos cuestionados y baja calidad en la ejecución de obras.

La deriva, con casos de corrupción de por medio, se profundizó en los dos últimos años y medio. Por ejemplo, la Empresa de Agua Potable de Quito (Emaps) está involucrada hasta en seis procesos penales; y en la de Obras Públicas, a su vez, se dan casos como vehículos y maquinaria parada por falta de repuestos.

En diciembre de 2021, el mismo alcalde, Santiago Guarderas, reconoció el estado lamentable de esas instituciones, y alertó que buena parte del trabajo hasta el cambio de administración en 2023 estará encaminada en tratar de solucionar los problemas y destrabar los contratos observados o que no se han cumplido.