Los peinados afrocolombianos, como símbolo de resistencia

Jaime Salas empezó su carrera como barbero trabajando debajo de un árbol a orillas del río Atrato, en Quibdó (Colombia). Eran un grupo de 8 o 10 personas que ponían sillas en el malecón de la capital chocoana y allí cortaban cabello, echaban chistes y contaban historias.

El hombre de cabello prieto y mirada amable recuerda que alguna vez escuchó las historias de cómo sus ancestros usaron los peinados como herramienta de resistencia ante la esclavitud.

Hombres y mujeres esclavizados escondían en su cabello parte del oro o el cobre que encontraban en las minas para luego poder comprar su libertad. Entre sus peinados llevaban semillas para asegurar su alimentación.

Salas cuenta que al principio le llamó la atención la barbería por el simple hecho de que daba plata. “Los barberos vivían chévere, se vacilaban, se ponían los mejores tenis”, cuenta Salas, sentado en Barber Shop Ghetto, una barbería que montó junto con un socio cerca del centro de Bogotá.

Con el tiempo se dio cuenta de que la barbería tenía una importante carga cultural y era para él un acto de resistencia, como lo fue para sus antepasados.

Ahora el desafío es contra la idea occidental de la belleza. Esa que ve el pelo lacio y rubio como el epítome de la elegancia. “Sabemos que nos imponen una cultura y un estándar de belleza. Nosotros utilizamos la barbería para hacer resistencia. Para mostrar nuestra cultura y nuestro arte”, explica Salas.

Las trenzas, las tropas, los gusanillos y los guineos. Las cangas, las crinejas, los motiaos y los dreadlocks. Los afros, los moños Bantu y las figuras rasuradas en la cabeza. Todos son peinados que demuestran una pacífica pero indoblegable resistencia.

En 1960 la cultura afro latinoamericana se empezó a nutrir del movimiento de los derechos civiles de EE.UU.

Así la cultura afro de EE.UU. se mezcló con las tradiciones de Latinoamérica y produjo una estética singular que hoy se ve en videos de música urbana, en los estilos de las estrellas de fútbol y, cada vez más, en las altas esferas de la moda. (I)