Los entierros en Guayaquil van de $ 1.700 a $ 30.000
La muerte llega de forma inesperada y acompañada de gastos. En Guayaquil, un sepelio puede ir de $ 1.700 a $ 30.000. Aquello depende de los servicios.
Flerida Mendieta, de 68 años, destinó $ 4.000 al entierro de su esposo. Cuando recibieron la noticia de su fallecimiento lloró desconsoladamente. Ya calmada, inició los trámites.
El costo del ataúd llegó a $ 700; los servicios funerarios, a $ 350; y $ 150 por la misa del padre y una oratoria. En 2001 pagó por adelantado una bóveda a $ 2.800. Así logró despedir a su ser querido.
En el puerto principal, tres grupos son los más conocidos por prestar estas atenciones.
En el Cementerio Patrimonial, administrado por la Junta de Beneficencia, hay 510.000 restos mortales. Una bóveda allí llega a los $ 1.800.
Los servicios funerarios cuestan entre $ 700 y $ 1.900. Abarcan cofres de madera, salas de velación, traslados (del cuerpo del lugar de defunción a la sala de velación y al sitio de inhumación), funeral, preparación del fallecido y arreglos. La cremación vale $600.
Hace 43 años se construyó el primer cementerio privado: Jardines de Esperanza, donde reposan los restos de 40.000 personas.
El primer lote familiar fue comercializado en 1976. Un cliente lo compró en 12.000 sucres.
Las bóvedas en edificios están entre los servicios más demandados. También se ofertan osarios y cenizarios para el traslado de cenizas. Foto: Karly Torres / El Telégrafo
Según Gisella Quizhpe, gerenta de Servicios y Operaciones, aumentó el interés de ciudadanos por adquirir espacios con antelación. “Antes, hablar de la muerte era un tabú”. Una bóveda va de $ 1.000 a $ 5.000; y un lote, de $ 5.000 a $ 10.000.
El cementerio implementó paquetes de servicios exequiales de $ 750 a $ 2.300. El primer valor contempla servicios a domicilio (trámites, preparación de cuerpo, traslado en carroza, capilla y ataúd sencillo). El segundo cambia según el tipo de sala.
La cremación está entre $ 550 y $ 900. Depende de los restos, si son de niños, adultos o adultos mayores. Los cenizarios (espacios para las cenizas), de $ 450 a $ 800; y los osarios (para osamentas) de $ 800 a $ 1.050. Otro de los servicios requeridos son los mausoleos para familias de ocho o más miembros. Oscilan entre $ 15.000 y $ 25.000.
El Parque de la Paz, que funciona desde 1993, tiene nueve sucursales. “Nos ajustamos al presupuesto del cliente”, asegura Juan Ramírez, jefe de Marketing. Al mes, 300 personas los contratan.
En este camposanto el precio de una bóveda varía de $ 2.900 a $ 7.000; y los lotes, de $ 8.000 a $ 18.000. El precio dependerá de la ubicación y número de miembros. Los panteones en tierra van de $ 20.000 a $ 50.000.
Los servicios funerarios, a nivel domiciliar, están entre $ 543 y $ 1.500 (incluye el ataúd, flores y el café para los invitados). Personal del parque recoge al familiar para llevarlo a la morgue para el proceso legal, al cuerpo lo regresan preparado y maquillado. El alquiler de la sala de velación va desde $ 1.800.
El crematorio vale $ 3.300; un nicho, $ 2.000; y un osario, hasta $ 1.500.
Los lotes para construir los mausoleos son exclusivos. Hay familias que han invertido hasta $ 500.000 en sus edificaciones en el Parque de la Paz.
Nuevas tendencias
El Parque de la Paz edificó en la parroquia La Aurora (cantón Daule-Guayas) dos bloques de bóvedas para hinchas de los clubes de fútbol Barcelona y Emelec.
El valor de cada bóveda es $ 4.900. Existe la opción de pagarla en cuotas de $ 38 mensuales por 48 meses. Los socios de los clubes tienen descuentos. Los primeros visitantes famosos fueron Julio Espinoza, conocido como el “Rey de la Campana”, y Eduardo “Che” Pérez.
Y a partir de 2016 Jardines de Esperanza incorporó la elaboración de esculturas con las cenizas del pariente cremado. El pago varía de $ 1.200 a $ 1.800. Pueden tener forma de bustos, animales u otra. Por ejemplo, la familia de una bióloga quiso un delfín.
Otros productos son los collares con forma de corazones, círculos y cruces. En su interior pueden guardarse las cenizas de su ser querido. Cuestan $ 20. (I)
Las esculturas elaboradas con cenizas de muerto y collares para colocar el material son dos de los servicios que ofrece Jardines de Esperanza. Foto: Karly Torres / El Telégrafo