Las bandas de pueblo, más allá de una tradición
Son únicos y hábiles con los instrumentos, pese a que muchos de ellos no fueron a un conservatorio de música. No importa cuántas horas toquen, ni el lugar a donde deban ir, lo importante es cumplir con el cliente. Así se define una banda de pueblo en la provincia del Azuay.
No necesitan que les levanten un gran escenario, tampoco que la amplificación sea la mejor, ellos se acomodan en un terreno irregular, en un patio empedrado o lleno de tierra, pero con su música ponen una alegría sin igual.
“Nuestra música es alegre. Los sanjuanitos, los pasacalles, los albazos hacen bailar al más triste”, dice Basilio Loja, exdirector de la banda San Fernando, perteneciente al cantón del mismo nombre y que a sus 86 años este músico sigue poniendo alegría en cada fiesta.
Detrás de cada integrante existe una anécdota, pero detrás de una banda hay una historia en particular.
La Banda Centenaria del cantón Girón, en Azuay cumplió 113 años de existencia, según Joaquín Pauta, actual director. La misma fue fundada por su abuelo Nicanor Pauta, quien junto con varios músicos de la localidad comenzaron a ir de “fiesta en fiesta” y la banda aún sigue sonando y con más fuerza.
Las bandas de pueblo están conformadas por músicos que tocan instrumentos de viento y percusión, jamás actúan con elementos electrónicos.
“Luego tomó mi padre, Luis Pauta y seguro que no morirá porque va de generación en generación”, anticipó el músico.
Actualmente, la banda Centenaria está conformada por 22 personas. “En las fiestas del Señor de Girón, casi no llegamos a la casa”, revela entre risas Pauta, agregando que muchas de las veces deben dormir en la casa de los priostes o “pidiendo posada en las comunidades, porque los contratos comienzan en la madrugada y terminan a altas horas de la noche”, manifiesta.
El cansancio es inevitable, las largas jornadas de trabajo les lleva a quedar como “adobes” en la cama, como ellos mismos indican, pero jamás se quejan por falta de comida.
“Siempre nos atienden con lo mejor en las fiestas y es para darnos fuerza”, indica José Pauta, director de la banda “Luis Pauta Encalada”, también originaria del cantón Girón.
El músico recuerda que muchas de las veces han tenido que caminar por estrechos senderos, caminos de piedra e incluso a lomo de caballo por varias horas.
La agrupación denominada Pioneras del Austro está conformada solo por mujeres, las chicas son de toda edad y de diferentes sectores de Cuenca.
A este comentario se une Joaquín Pauta quien recuerda que un día tuvieron que salir desde la parroquia Guadalupe, en Zamora Chinchipe, hasta Yacuambi a lomo de mula, “nos tardamos más de 10 horas en llegar”, dijo, agregando que pese al cansancio tocaron y la gente bailó “hasta no poder”.
Édison Velázquez, músico de la banda de San Fernando con más de 100 años de existencia, entre sonrisas recuerda que lo único malo dentro de esta profesión es el “regreso del músico”.
Velázquez señala que a las fiestas son llevados, “si es posible en helicóptero, pero cuando se termina el festejo, el regreso es como puedan” y lanza una sonrisa porque cree que así es nuestra cultura y mucho más en las parroquias o comunidades del Azuay.
En Cuenca hay dos sectores claramente identificados y donde las bandas de pueblo han sobresalido. El primero está ubicado en la parroquia Baños, donde la familia Ramón se ha convertido en pionera de estas agrupaciones. El segundo, la parroquia Paccha, sureste de Cuenca. (I)