Las alternativas al programa se multiplican en su 25 aniversario
Cuando observamos la copia de una foto de Henri Cartier-Bresson podemos apreciar una línea negra que rodea a la imagen. Se trata del borde del carrete que utilizó al captarla. Al mostrar ese detalle, el fotógrafo francés, que delegaba en otros el revelado y el positivado de sus imágenes, quería demostrar que daba por terminada una foto en el momento de pulsar el botón de disparo de la cámara. Para él ni tan siquiera hacía falta recortar algún área de la imagen en el laboratorio.
En el lado opuesto está Ansel Adams, el fotógrafo que transformó por completo la técnica fotográfica en el cuarto oscuro de revelado gracias a sus investigaciones. Muchas de ellas han inspirado algunas de las funciones del programa de edición de imágenes más popular del mundo: Photoshop, que acaba de cumplir 25 años.
“El mundo se está cayendo a trozos y todo lo que Adams y Weston fotografían son piedras y árboles», decía Cartier-Bresson a propósito del trabajo de estos dos fotógrafos, que durante la Segunda Guerra Mundial se dedicaban a cocinar a conciencia sus fotos en el laboratorio. Hoy son legión los que siguen sus pasos frente a la pantalla del ordenador, la tableta o el móvil.
En la última edición del premio World Press Photo, el 20% de las fotos presentadas no cumplían las rigurosas normas recogidas en el documento The integrity of the image, un texto en el que se detallan los procedimientos técnicos que pueden dar pie a una manipulación fotográfica o, al menos, a una alteración drástica.
De esta forma, los organizadores del certamen fotográfico han querido frenar las sospechas por exceso de retoque que han pesado otros años sobre las imágenes ganadoras. Pero, con frecuencia, la línea que separa a una imagen fidedigna de una imagen manipulada es bastante borrosa.
En la última edición del premio World Press Photo, el 20% de las fotos presentadas no cumplían las rigurosas normas
Probablemente el principal cambio que trajo consigo Photoshop desde su primera versión es la facilidad para quitar o poner elementos de una foto, algo que es la base de la manipulación fotográfica. La efectividad de la herramienta del tampón de clonar, que ya se incorporaba en la primera versión de Photoshop, ha disparado las suspicacias sobre si lo que vemos en una foto es o no luz captada por una cámara.
No es ningún secreto que la fotografía de moda y la fotografía publicitaria son las áreas en las que más se ha abusado del retoque digital de imágenes. Aunque han existido intentos en Francia y Gran Bretaña por regular esa práctica, estos de momento han quedado en nada. El fenómeno de la manipulación está creciendo hoy también por las imágenes supuestamente espontáneas que publican muchos famosos en redes sociales.
Esto explica el éxito que han cosechado los clones de Photoshop que existen para dispositivos móviles. Estas aplicaciones permiten que cualquiera pueda publicar fácilmente selfis retocados en internet. La práctica está tan asumida por algunos que recientemente fans de Beyonce criticaron la difusión de unas imágenes de la cantante sin pasar por la sala de maquillaje digital. En el lado opuesto encontramos casos como el de la revista chilena Verily, que ha renunciado a usar Photoshop en las imágenes que publica.
Aumentan las alternativas
Aunque no hay ningún programa de retoque fotográfico cuya popularidad pueda compararse a la de Photoshop, existen otras opciones para los que desean editar digitalmente sus imágenes. Una de las que más se está hablando es Affinity Photo, un programa presentado hace pocos días que aún se encuentra en fase beta.
Por 50 euros promete ofrecer muchas de las características del programa de Adobe, que actualmente sólo se puede alquilar mensualmente. Affinity Photo solo estará disponible para Mac, pero se espera que en algún momento se realice una versión para Windows. Algo indispensable para que pueda crecer.
Existen incluso alternativas comerciales aún más económicas al programa de Adobe. Una de las más populares es Pixelmator, que cuesta 30 euros. El número de usuarios que usan este programa ha ido creciendo desde que fue lanzado en 2007. Aunque cuenta con menos características que Affinity Photo, juega con la baza de que existe una versión para iPad bastante completa.
Pero desde hace años la principal alternativa a Photoshop es Gimp. Este programa de software libre dispone de herramientas muy similares al de Adobe. De hecho, algunas de las características de Photoshop se han inspirado en él. Como sucedió por ejemplo con la función de borrar zonas de una imagen en función del contenido. Un método que cuando apareció en Photoshop CS6 ya estaba disponible en Gimp.
Varias cosas han frenado hasta la fecha la difusión de Gimp. La primera es que no se actualiza a la velocidad con la que lo hace el programa de Adobe, por lo que en ocasiones puede ser difícil hacer cosas como trabajar con negativos digitales de las cámaras fotográficas más modernas.
No existen tantos recursos para aprender a manejarlo como los que existen para Photoshop, pues Adobe ha impulsado bastante el aprendizaje de su programa estrella. Finalmente, el diseño de Gimp lo hace más complejo de manejar que Photoshop. Aunque existen versiones especialmente pensadas para que su interfaz se parezca a la de Photoshop.
Adobe también dispone de sus propias alternativas a su programa estrella. Photoshop Elements ofrece por 82 euros un buen número de las prestaciones del programa principal: Photoshop CC. Para los fotógrafos Adobe también vende y alquila Photoshop Lightroom. Su éxito ha sido tal que incluso ha desbancado a su principal competidor: el programa Aperture de Apple, retirado ya del mercado.
Este programa, junto con iPhoto, ha sido sustituidos por la nueva aplicación Fotos, que en breve se incluirá por defecto en el sistema operativo Mac OSX. Aunque quizá esta victoria no sea tan grande para Adobe como pueda parecer. Aperture ha muerto matando, ya que Fotos recoge algunas de sus principales funciones.
Entre ellas está una herramienta capaz de borrar los elementos de una imagen, algo que probablemente sea suficiente para que muchos de los que usan un Mac no echen en falta ningún otro programa de cara a realizar manipulaciones sencillas. En cualquier caso, aún no hay nada en el horizonte que nos haga dudar de que Photoshop probablemente siga existiendo dentro de 25 años.
@BrenpCom
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