‘La pensión no me alcanza’, ¿hay claves para tener una vejez con dignidad económica en Ecuador y no perder nivel de vida cuando llega la jubilación?
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Claves para tener una vejez con dignidad económica en Ecuador y no perder nivel de vida cuando llega la jubilación?
Desde el momento de mayor productividad laboral se deben planificar los ingresos que se tendrán cuando se llegue a la etapa de la vejez.
Las pensiones jubilares en el Ecuador promedian $ 661,95. Son más altas que en países como Perú ($ 300) y Chile ($ 290). Más de 584.000 pensionistas, que incluyen jubilados y beneficiarios del montepío, recibieron estas rentas mensuales en 2021, según el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Sin embargo, solo tres de cada diez adultos mayores reciben una pensión jubilar en el país. El resto vive de los bonos sociales que otorga el Estado, de sus familiares, ahorros (si los tiene) o de emprendimientos.
La falta de recursos no permite que la mayoría de ecuatorianos tenga una vejez con dignidad económica. Flora Caguana, de 80 años, cuenta que “toda su vida” trabajó de manera informal y no goza de una pensión. Actualmente vive con una de sus hijas y siente que es “una carga” para su familia. Al preguntarle si de joven pensó en cómo sería su vida en la vejez, responde: “Siempre viví del día a día, del presente, de conseguir la comida del diario y no me preocupé de mi vejez”.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) afirma, en un estudio, que la mayoría de trabajadores de América Latina y el Caribe no ahorra para su retiro. El funcionamiento del mercado laboral, el diseño de los sistemas de pensiones, así como el pensamiento de las personas de que el sistema de seguridad social es la única fuente de ahorro para la vejez es lo que intensifica el problema, afirma el BID.
Aunque la falta de recursos también afecta a los pensionados. Sexagésimo Zúñiga, de 92 años, tiene como única fuente de ingresos una pensión del IESS de $ 800. El monto es mayor al promedio nacional, pero afirma que no le alcanza para cubrir sus gastos.
“Vivo con mi esposa de 80 años y ella no recibe pensión. No tenemos casa propia y alquilamos. Entre arriendo, comida y medicinas se nos va la pensión. No me alcanza ese dinero, quisiera tener las fuerzas para seguir trabajando y tener una mejor vida. Mis hijas tratan de ayudarnos”, asegura. Sexagésimo lamenta no haber previsto otra fuente de ingresos.
El cálculo de la jubilación está definido en función de los años de aportes y del monto que cotizaban los afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, lo que depende del ingreso que percibían. La referencia son los cinco mejores años de aportes.
Para el economista Héctor Delgado, el trabajador debe planificar su vida en la vejez y eso se debe hacer en el momento de mayor productividad. El experto afirma que la forma más sencilla de prepararse para esta etapa es el ahorro sin importar si se aporta al Seguro Social. Luego, ir invirtiendo ese dinero en figuras financieras que generen algún tipo de interés.
“Pueden ser certificados de depósitos pequeños en los bancos. Estos certificados irán creciendo poco a poco. También se debe invertir en el mercado de valores a través de las rentas fijas y variables. Además, invertir en activos productivos como locales, casas, departamentos, algo que se pueda alquilar, que genere flujo. Así se arma un portafolio de inversión con miras a que el futuro sea la principal fuente de ingresos en la vejez”, dice.
Daniel Adler, experto en educación financiera, coincide con Delgado en que para tener una vejez con dignidad económica hay que acordarse 20 años antes de jubilarse y entender que en el mundo de los negocios existen dos herramientas que se deben identificar muy bien: activos y pasivos.
“Una persona que quiere tener libertad financiera, independencia y poder tener autonomía sin necesidad de intercambiar horas de trabajo por dinero debe adquirir más cantidad de activos que de pasivos. Un pasivo es algo que nosotros adquirimos y nos saca plata del bolsillo, como por ejemplo un vehículo que lo usamos para pasear, una casa que usamos para vivir, cualquier cosa que no nos haga ganar dinero automáticamente es un pasivo”, afirma.
Por eso recomienda “llenarse de activos”, como acciones, bonos, marcas patentes, negocios, sociedades: “Una persona que está llegando a jubilarse debe de asegurarse antes que nada de que su ingreso de dinero sea mucho mayor que sus gastos, eso técnicamente lo convierte en una persona con libertad financiera. Es decir, debes de asegurar que tus gastos de jubilado sean menores a lo que recibes, pero lo ideal es que cuando llegues a ese punto de la vida hayas acumulado tantos activos que no necesites vivir de una pensión”.
En el tema del ahorro, Adler señala que el dinero hay que tenerlo listo para una acción o inversión, ya que no es recomendable tener “plata guardada sin tenerla produciendo”, ya que ese dinero guardado sin producir se convierte en un pasivo más.
“El aspecto del ahorro está muy sobrevalorado, no es recomendable ahorrar en dinero, el dinero es un trampolín para generar activos”, dice.
Carlos Segovia tiene 28 años y actualmente trabaja en una empresa exportadora. Señala que a raíz de que vio cómo sus abuelos pasaban angustias económicas empezó a ahorrar e invertir en ciertas figuras para su futuro.
“Actualmente tengo tres pólizas. Una con unbanco y dos con cooperativas. Siempre estoy viendo qué me puede dar más interés, pero decidí que todo lo generado se quedará para mi vejez. Quiero que ese capital aumente y así poder comprar activos. También he pensado en entrar a la bolsa de valores”, afirma.
Principales claves
- Planificar la vejez desde la etapa laboral más productiva. Tener claro el presupuesto mensual de gastos para saber el monto global que se necesitaría cubrir mensualmente al llegar a la vejez.
- Ubicarse metas específicas de ahorro, ya sean mensuales o anuales.
- Invertir en activos: acciones, bonos, marcas patentes, negocios, sociedades, inmuebles para alquiler.
- Reducir los pasivos.