El huracán Florence tocó tierra en Carolina del Norte el viernes con categoría 1, azotando al estado con una poderosa combinación de viento y lluvia. En lo que va de recorrido por las costas estadounidenses se reportan 5 muertos y un millón de usuarios sin electricidad.

Las autoridades detallaron que la principal preocupación no es el huracán, ya que ayer bajó a tormenta tropical, sino las grandes inundaciones que amenazan a: Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Maryland y Virginia, y la capital federal Washington DC.

La Casa Blanca, por su parte, anunció que el presidente Donald Trump aprobó ayer una declaración de desastre para Carolina del Norte. La orden abre el financiamiento federal, que incluye subsidios para la vivienda y su reparación.

El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, solicitó el jueves dicha declaración y escribió en su solicitud que los funcionarios de su estado “se han visto abrumados por la preparación y la gravedad del huracán”.

Entre las víctimas mortales constan una madre y su hijo, quienes perdieron la vida al caer un árbol sobre su casa. Después se sumó una mujer que falleció de un ataque al corazón y otras dos en el condado de Lenoir: la primera, murió al enchufar un generador bajo la lluvia; la segunda, fue arrastrada por el viento cuando salió al patio a ver a sus perros. Todas las víctimas fueron en Carolina del Norte.

Sin embargo, para las personas que viven en el interior de las Carolinas (Norte y Sur), el momento de máximo riesgo va a llegar en los próximos días por el desborde de los ríos ( que están en temporada alta) y el deslizamiento del lodo.

Los refugios

En Carolina del Norte hay 157 refugios abiertos y 20.000 personas están alojadas en ellos. La situación en Charlotte, una de las ciudades del interior que se han convertido en una guarida para los evacuados, es agitada.

Jack Raisanen, de la Cruz Roja Americana, afirmó que es “la peor tormenta” que ha visto. La orden de evacuación del gobierno fue para 1.7 millones de residentes de las zonas de emergencia.

No obstante, no todos acataron las órdenes. La guardia costera rescató el viernes a más de 200 personas atrapadas en las inundaciones. Actualmente hay helicópteros y barcos que atienden a las llamadas de emergencias. (I)