El Niño Viajero recorre mercados y parroquias invitando a su fiesta
Aunque todavía faltan muchos días para la Navidad, la música característica de esa época del año sonó fuerte en el mercado 10 de Agosto de Cuenca. La presencia del Niño Viajero paralizó por unos momentos las ventas y a todos sus comerciantes.
Desde la Iglesiadel Carmen de la Asunción, la réplica del Niño fue sacado en medio de lanzamiento de flores y música. Diana Cárdenas, vestida de Chola Cuencana, tomó en sus brazos la pequeña imagen y se enrumbó por el parque de las Flores y la plazoleta de San Francisco en medio de aplausos y vivas a favor de la imagen.
Cuando la pequeña caravana cruzaba la plazoleta San Francisco, los comerciantes que venden ropa y calzado dejaron a sus clientes por unos momentos y corrieron “a pedir la bendición”. No faltaron los obreros de la construcción, quienes han hecho su paradero en este sector. Ellos acudieron a pedir un milagro para que les ayude a encontrar un trabajo.
La réplica del Niño Viajero en esta temporada sale también a las parroquias y sectores alejados para invitar al tradicional Pase que se realiza el 24 de diciembre.
Esta vez el “viaje” fue corto. Las y los comerciantes del mercado 10 de Agosto le esperaban para confirmar con su presencia y ser los priostes principales del Pase del Niño en este 2019.
Foto: Fernando Machado / El Telégrafo
La banda de músicos no dejaba de entonar villancicos durante todo el trayecto, mientras las personas en el mercado tenían listos pétalos de flores, globos y muchos aplausos. El recorrido se llenó también de aroma de incienso.
“Para nosotros es un honor ser priostes, es la primera vez que nos toca organizar la fiesta del Niño y vamos a hacer lo mejor porque él se lo merece”, dijo Amada Iñiguez, mientras en sus manos tenía flores para lanzar a la imagen.
Cuando estaban en el segundo piso del mercado, las comerciantes dejaron sus puestos de venta y se unieron al recorrido junto a la imagen reventando globos. “Bonito, por fin has llegado acá”, exclamó Carmen León, mientras sus ojos se humedecían por la emoción de ver al Niño Viajero recorrer el mercado de la ciudad.
En el sector de los hornados, los que degustaban este tradicional plato, también se levantaron y se fueron, no solo por las fotos, sino por una bendición. “Es milagroso, todos los años nos visita, pero ahora la fiesta será especial”, dijo Rogelio Brito, quien trabaja hace más de 50 años en el mercado y agregó que es “un honor y una alegría” ser priostes de este acontecimiento.
La escultura del Niño Viajero data de 1823, mandada a realizar por Josefa Heredia. La festividad se remonta a 1961, cuando Miguel Cordero Crespo, poseedor de la imagen del Niño, viaja a Roma con la imagen para que sea bendecida por el papa Juan XXIII.
Y también la llevó Tierra Santa en donde el Niño fue colocado en el Pesebre de Belén. Al retornar de su viaje a la ciudad de Cuenca, Monseñor Miguel Cordero Crespo en 1961 comenzó con el tradicional Pase, convirtiéndose de este modo en el fundador de la festividad religiosa.
Finalmente, la organización del Pase quedó en manos de Rosa Palomeque de Pulla (fallecida), actualmente son las religiosas del claustro de las Madres Carmelitas las que llevan a cabo la fiesta.
Foto: Fernando Machado / El Telégrafo
Bendición del pan y la chicha
La Iglesia del Carmen de la Asunción estaba muy decorada. Los devotos del Niño Viajero llegaron temprano para ser parte de la bendición de los panes y la chicha.
Monseñor Marco Pérez Caicedo sacó la imagen del Niño Viajero desde el interior del Monasterio de las Madres Carmelitas. Acompañado del alcalde de Cuenca, Pedro Palacios, el sacerdote recorrió la Plaza de las Flores donde decenas de devotos querían estar cerca de la imagen.
A un costado de la plazoleta estaban más de cien botellas de chicha que representaban a los 5.000 mil galones que serán repartidos el 24 de diciembre a las personas que participan en el Pase.
De igual manera, en la parte interna de la iglesia, grandes cantidades de pan esperaban la bendición, igual como símbolo de este alimento que será entregado en el Pase. “Esta es una vieja tradición”, dijo Ruth Pacheco, devota del Niño. (I)
Foto: Fernando Machado / El Telégrafo