El ejercicio mejora la vida de personas con discapacidad

Esteban Sarango camina, portando un bastón, gafas oscuras y unas aletas, por los vestidores de la piscina Olímpica de Guayaquil.

Luego sale con su traje de baño y se lanza un clavado en la pileta de 50 metros de extensión.

Él practica el estilo mariposa, pecho, espalda y libre. El ejercicio lo repite por dos horas. Lo hace con apoyo de un entrenador.

Esteban, de 31 años de edad, se mueve con tanta seguridad en el agua que no aparenta tener una discapacidad visual.

Desde los 12 empezó a perder la visión. Ese cambio le provocó frustración y descuido en su estado físico, presentó obesidad. “No quería saber nada de mi vida, empecé a consumir alcohol”.

Sin embargo, encontró en el deporte una terapia para superar su depresión y aceptar su condición.

Tanta ha sido su dedicación que hoy tiene varias medallas colgadas en su alcoba.

El joven de Caluma (Bolívar) emigró hasta Guayaquil para ingresar a la Escuela de Ciegos, pues quería movilizarse como alguien independiente (como hoy lo hace en la piscina también).

Desde entonces creó su vínculo por las actividades físicas: nada, corre, juega fútbol y, hace poco, incursionó en el triatlón.

“La natación me ha permitido tener un mejor equilibrio emocional. Además me devolvió la motricidad”, dijo Sarango. Hace dos años un caída le produjo una fisura en su cerebro lo que originó un daño neurológico.

Justamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone a los diversos países que se creen espacios adecuados para que las personas con discapacidades, según sus posibilidades, se mantengan activas.

Para Franklin Arce, especialista del departamento de Medicina Física y Rehabilitación del hospital Los Ceibos, el ejercicio mejora la salud orgánica y mental del citado colectivo.

Ellos -añade- evolucionan. “Cuando la discapacidad es súbita, el deporte les permite aceptar su condición más rápidamente”.

A nivel orgánico -agrega- los niveles de colesterol y glicemia se regularizan, al igual que la presión arterial.

Además queman sus calorías y mejoran su alimentación. “Las prácticas cambian la forma de vivir de ellos. No hay que impedirles que desarrollen ciertas actividades por presentar discapacidad. Hay que dejarlos disfrutar”.

La fisioterapeuta Carla Romero asegura que los ayuda en el aspecto psicológico. “Muchos pacientes piensan que han perdido la funcionalidad y que ya no aportan a la sociedad. Cuando practican una disciplina recobran su seguridad”.

El 80% de los pacientes que recibe la experta vuelcan su vida al deporte.

Historias de superación

Una de las personas que encarna esa filosofía es Gabriela Sosa, de 33 años.

Ella nació con una condición llamada espina bífida, que limitó su condición física. Pero aquello no la detuvo para que aprendiera tenis de campo en su silla de ruedas. Ahora hasta practica kayak.

Viaja una vez al mes desde la ciudad de Quito hasta el lago San Pablo para hacer realidad su sueño.

La joven trabaja en una petrolera y ha ganado torneos internacionales y locales en el “deporte blanco”. “Me da fortaleza mental, me ayuda a crecer, me integra con más personas con quienes converso de temas en común”, dice.

En la actualidad es parte del Club Deportivo Arútam, que trabaja en la inclusión al deporte de personas con discapacidad. Allí otros 15 chicos incursionan en el kayak, karting y baile.

Alexandra Meza, de 30, usa sillas de ruedas por un accidente de tránsito que sufrió cuando tenía dos años.

No obstante, con el tiempo aprendió a jugar tenis y también entrena atletismo.

Hace unos días participó junto con su hija en la Carrera Inclusiva 5K Últimas Noticias. Ahí, 1.100 atletas con discapacidad compitieron hombro a hombro con ella.

Alexandra explica que de esa manera pudo superar la depresión que experimentaba. “Me dio la fuerza que necesitaba para afrontar mi nueva vida en una silla”.

En el mundo existen competencias famosas, como Olimpiadas Especiales, en la cual se desarrollan disciplinas como gimnasia, atletismo, tenis,atletismo y otras.

Atletas consiguen medallas

El Comité Paralímpico Ecuatoriano (CPE) forma a 1.200 atletas con discapacidad física, visual, auditiva e intelectual. El 70% son hombres y el 30% mujeres.

Según su presidenta Patricia León el deporte adaptado que reciben los jóvenes es formativo. «Se trata la parte integral del deportista lo que conlleva la disciplina, puntualidad y respeto. Además le ayudamos a tener independencia».

Las disciplinas deportivas -añade- ayudan a crear independencia y mejorar su calidad de vida. «Le permite sentirse útiles», dice la también presidenta de la Federación Ecuatoriana de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (Fededi).

Dentro del Comité los atletas practican 10 disciplinas entre ellas: atletismo, natación, tenis de mesa, boccia, goalball, remo in, futsal, ciclismo,baloncesto y parataekwondo.

En 2017 los deportistas con discapacidad intelectual consiguieron 3 medallas en los Juegos Mundiales en Londres. Ocurrió en el lanzamiento de balas.

En 2012 la nadadora Jéssica Lalama, quien tiene esta misma condición, fue la primera en participar en los Juegos Paralímpicos de Londres. (I)