El Banco de Alimentos se sostiene con el trabajo de sus voluntarios

Desde hace 16 años funciona, en Quito, el primer Banco de Alimentos del Ecuador. La idea nació desde la academia.

La organización se creó con el objetivo de evitar el desperdicio de comida y brindar soluciones integrales para combatir el hambre.

Su fundadora, Alicia Guevara, explica que redistribuyen los productos a las personas con vulnerabilidad.

¿Cómo lo hacen? En la actualidad funciona en un espacio (oficinas y bodegas) cedido por Escuela Politécnica Nacional (EPN). El sitio se halla en el sector de San Bartolo, en el sur. Laboran 10 personas de planta y 50 voluntarios.

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El trabajo que realiza la organización es arduo. Ellos reciben y recolectan toneladas de alimentos que clasifican, limpian y vuelven a empacar para su distribución (de 10 a 15 toneladas por semana).

Según José Guevara, director del banco, un grupo de voluntarios dedica los martes a la elaboración de, aproximadamente, 300 paquetes de pulpa de fruta.

Trabajan con los productos maduros que las cadenas de supermercados y que grandes centros de abastos rechazan por control de calidad.

Entre los voluntarios hay beneficiarios, universitarios y profesionales.

Paola Barreto, quien se graduó recientemente como ingeniera química, es una de las colaboradoras. Guevara, ingeniera química y docente de la EPN, fue su maestra. La incentivó a vincularse con las actividades.

Antes acudía una vez por semana. Ahora lo hace a diario. “Es un trabajo importante, el ambiente laboral es bueno y la satisfacción de ayudar es grata”.

La organización abre sus puertas para que los estudiantes de pregrado puedan hacer sus prácticas. Ese es el caso de un grupo de alumnos de Nutrición de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

El grupo más amplio de voluntarios es de beneficiarios. Ellos pertenecen a una de las 77 instituciones, entre fundaciones, centros de ayuda comunitaria y albergues que se abastecen del trabajo del Banco de Alimentos.

También atienden a 655 grupos derivados por las fundaciones. La familia de Ángel Tipán está entre ellos. La discapacidad de dos de sus cuatro hijas y la muerte de su esposa hizo que el hombre de 49 años buscara ayuda.

El padre de familia adquiere, en la tienda del Banco de Alimentos, productos aptos para el consumo a menor precio.

La entrega y venta de comida que llega y se procesa no está abierta al público. Para ser beneficiario, la gente debe pasar por un estudio socioeconómico, que se hace a través de las fundaciones.

Para el titular del banco, el certamen que realizarán desde el 11 hasta el 28 de noviembre, en las universidades capitalinas, les permitirá recaudar los productos que requieren las 77 fundaciones.

A la fecha, la EPN y la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) confirmaron su participación. Guevara mantiene reuniones con la PUCE y otros centros. (I)