El asistente de velocidad obligatorio
El llamado proyecto Vision Cero, aprobado por las instituciones europeas, pasa por salvar 25.000 vidas y a 140.000 heridos graves hasta 2040. Y, por si estas cifras no fueran lo suficientemente ambiciosas, se promete que a partir de 2050 no habrá víctimas mortales en la carretera. Para conseguirlo, se implantarán nuevos sistemas de seguridad de forma obligatoria en los próximos años. Entre ellos, el asistente de velocidad Asistente velocidad obligatorio.
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A partir de mayo 2022 todos los vehículos nuevos que se homologuen deberán contar con un asistente de velocidad de serie.
Un sistema que formará parte de un conjunto de ayudas a la conducción entre las que se encuentra la cámara de marcha atrás o la frenada de emergencia.
A partir de mayo de 2024 todos los coches nuevos vendidos tendrán que contar con estos sistemas de seguridad, hayan sido o no homologados con anterioridad a mayo de 2022.
Asistente de velocidad obligatorio, cómo funciona
El conocido como Sistema ISA (por sus siglas en inglés) se incluirá de serie en todos los vehículos y busca alertar y poner trabas si el conductor quiere saltarse los límites legales de velocidad.
Este asistente de velocidad, que podrá ser desconectado con un botón o pisando a fondo el acelerador, utiliza el reconocimiento de señales o el posicionamiento GPS para alertar y limita la velocidad máxima a la que se circula por carretera. Se establecen tres niveles de afectación:
Informativo: el conductor recibe un aviso sonoro o háptico en el volante de que está superando el límite legal máximo.
De advertencia: el vehículo intenta ejercer presión contraria al pie en el acelerador para avisar al conductor.
Interviniente: el vehículo toma las riendas, limitando la potencia a través de su centralita o requiere al conductor pisar el acelerador a fondo para aumentar la velocidad.
A pesar de que las distracciones, en especial por el uso del teléfono móvil, ya son la principal causa de accidentes en nuestro país, los excesos de velocidad siguen siendo protagonistas recurrentes en los fallecimientos en carretera. Según la Comisión Europea, este sistema obligatorio puede reducir un 20% los accidentes y un 30% el número de víctimas mortales.
Los mejores momentos para utilizar el asistente de velocidad… y cuando es mejor evitarlo
Como bien has leído, el asistente de velocidad será obligatorio en todos los coches que se homologuen en apenas unos meses, pero también se podrá desconectar.
Entre estos asistentes podemos encontrar el limitador de velocidad y el control de crucero.
Un limitador de velocidad deja a las claras en su nombre cuál es su función. Éste puede ser pasivo o activo. En el caso de que sea un limitador de velocidad pasivo nos avisará con una alerta sonora o háptica de que estás sobrepasando el límite marcado.
Si es de tipo activo, el coche no nos permitirá seguir acelerando una vez se sobrepase la velocidad máxima, a menos que pises a fondo el acelerador.
Este sistema es interesante si, por ejemplo, cuando se circula por una carretera secundaria. Si está despejada y quieres asegurarte de no superar el límite máximo, es una buena ocasión para ponerlo en funcionamiento.
Si, pese a todo, necesitamos más velocidad porque queremos adelantar y reducir riesgos, sólo hay que pisar a fondo el pedal y desbloquear el limitador de velocidad activo.
Otra posibilidad es que tengamos disponible un control de crucero. Este asistente mantiene la velocidad del coche constante de forma permanente, a menos que frenemos o pisemos el pedal del acelerador a fondo.
Incluso levantando el pie del acelerador, el coche se mantendrá a la velocidad marcada. En este caso sólo recomiendo utilizarlo cuando la carretera es llana, tiene pocas curvas y muy abiertas y hay pocos coches.
El gasto de combustible puede dispararse si el coche intenta mantener la velocidad constante y la cuesta es muy pronunciada.
La otra posibilidad es que tengamos ante nosotros un tráfico denso. En ese caso el control de crucero puede generar más estrés que tranquilidad pues cada vez que nos acerquemos a un coche necesitaremos frenar ligeramente y el coche recuperará la velocidad cuando levantemos el pie del pedal. Si hay una gran presencia de coches, lo mejor es que sea el conductor el que tome las riendas por completo.
La última opción es disponer de un control de crucero adaptativo.
Este sistema utiliza un lector de señales o el posicionamiento por GPS para circular siempre a la velocidad máxima permitida. Además, si detecta que nos acercamos a un coche anticipará la frenada y guardará la distancia de seguridad.
Así se mantendrá hasta que nos cambiemos de carril y procedamos al adelantamiento. Sin un obstáculo delante, el coche recuperará de nuevo la velocidad.
En este caso, el control de crucero adaptativo es más cómodo si hay tráfico denso pero el conservadurismo a la hora de recuperar la velocidad puede desesperar a algunos conductores.
Aunque el control de crucero adaptativo puede ser muy útil en carretera, también puede encontrar algunos escollos que hay que tener en cuenta.
Si su sistema se basa en un lector de señales es posible que en los entornos cercanos a una ciudad tenga algunos problemas, pues la mayor cantidad de las mismas puede hacer que adapte su velocidad a una vía de acceso o contigua, en lugar de la recomendada para el lugar por el que circulamos.
Este problema suele resolverse si el coche utiliza el posicionamiento GPS pero, en este caso, puede ser problemático si nos encontramos obras en la calzada.
Aquí el lector de señales es capaz de comprender la nueva situación pero, si sólo utiliza el posicionamiento, puede que mantenga la velocidad antes marcada, la cual será excesiva.
En cualquiera de los casos anteriores, es bueno recordar que los asistentes de velocidad son eso: asistentes.
No cedamos por completo el poder de nuestras decisiones al coche y mantengamos la atención sobre la carretera para circular con la máxima seguridad posible.