Doina Vieru expone en Sara Palacios, en Nayón
Doina Vieru expone en Sara Palacios, en Nayón
“Económicamente débiles/ apocalípticamente fuertes/ la palabra se dará un/ tiempo silencioso./ Hizo derramar el ruido que el/ estruendo forzaría el bloque/ del fondo y de la/ forma, pero el fondo de/ la amenaza no era/ tan negro como la forma”.
Estos versos pertenecen al poeta Gherasim Luca, autor que inspiró a la artista Doina Vieru quien encontró en su obra literaria la abstracción necesaria para jugar en libertad.
Entonces, los versos terminaron perteneciendo a Doina, quien terminó construyendo una obra experimental donde priman los dibujos y las esculturas. Aquella serie, que se exhibe en la Galería Sara Palacios, en Nayón, se titula ‘La palabra se da un espacio silencioso’.
Aquel verso no se reduce a la palabra y termina haciendo que la artista se convierta en una poeta de la imagen. La idea y la caligrafía –en cuanto sentido y forma, respectivamente- dan paso a la aparente mancha, una mancha que ya no solo le pertenece a Luca o a Doina: el espectador se apropia de la imagen, el espectador entra en el juego.
Diálogo
Justamente, en el espacio silencioso uno entra en el juego, uno se contagia de la cadencia, del ritmo. Esto, porque las formas y la texturas toman el cuerpo de una partitura, un pentagrama libre que puede ser cantado por todos.
“Se trata de una serie como experimento, un juego en libertad. Trato de alejarme de los marcos de referencia, de esos siglos de historia que pesan cuando estás trabajando en una obra. A la final, solo me estoy divirtiendo”, explica la artista.
Y resulta imposible, cuando uno se introduce en los negros y grises, entre las hendiduras del blanco, entre las sombras y los tallados, no divertirse. La mancha cobra sentido: un mapa geográfico aparece en medio de la mancha, un rostro imponente asoma en el material derretido, o un toro embravecido cobra sentido en las líneas.
Todo resulta divertido porque lo que uno ve, no es lo que Doina mira. “Eso es lo fantástico del experimentar. No solo el artista termina interpretando, sino que la gente encuentra otras cosas y eso es maravilloso”, manifiesta la expositora, enfatizando que “ella nunca busca inducir a nadie ni a nada”.
Movimiento
Con las esculturas Doina se enfrenta al metal, y con seguridad afirma que la dureza está en la arcilla. El volumen se unifica con las sombras y cobra cierto sentido armónico con las texturas de los dibujos –como prefiere llamar Doina a sus cuadros-. Sí, y ahí uno confirma que en el caos también hay armonía.
Esta serie de la artista no solo se percibe con los ojos y con el olfato. El oído también está presente porque el ritmo de ‘Kashmir’, de Led Zeppelin; o la ‘Obertura 1812’ de Tchaikovsky, suenan junto a la obra de Doina, quien es conciente que el movimiento puede sobrepasar cualquier soporte. Por eso fue capaz de encontrar el silencio y el lento bamboleo de la brea, o se atrevió a jugar con pólvora y fuego hasta dar una obra que difícilmente se hará humo. (DVD)
El dato
Mañana, a las 15:30, se dará el diálogo ‘Hablemos sobre el acto de crear’, en la Galería Palacios.
TOME NOTA
La obra se expondrá hasta finales de mayo, de miércoles a domingo de 10:00 a 18:00.