De verdad es mala la gasolina barata
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Aunque últimamente hay cierta sensación de alivio con respecto a los niveles a los que hemos llegado meses atrás, todavía la gasolina sigue por las nubes, por lo que probablemente sean muchas las familias que se han planteado un cambio de hábitos y dejar de lado su gasolinera habitual en favor de una low-cost.
Hay un montón de mitos sobre estas gasolineras, por lo que vamos a arrojar un poco de luz y contar qué sucede en ellas y qué las diferencia para que consigan esos precios más ajustados y que así puedas elegir con todo conocimiento dónde repostar y si te merece la pena o no ahorrar combustible.
¿Es de peor calidad la gasolina low cost?
En cuanto al primer punto de discordia, con ese falso mito de que la gasolina de estas estaciones de servicio de bajo precio de inferior calidad, mentira. El combustible es exactamente igual para todos. Esto es así debido al hecho de que todo el combustible que se vende en nuestro país proviene de las mismas refinerías.
La empresa CLH o Compañía Logística de Hidrocarburos, ahora conocida como Exolum, es el único distribuidor oficial de combustible del país y todas las petroleras y distribuidoras compran y distribuyen el combustible de los depósitos de CLH. Se trata de un combustible certificado, controlado y con una calidad legal, sea de marca o no.
Lo que se considera legal y ajustado a unos mínimos se recoge en el Real Decreto 61/2006, de 31 de enero, por el que se determinan «las especificaciones de gasolinas, gasóleos, fuelóleos y gases licuados del petróleo y se regula el uso de determinados biocarburantes». Este actúa como marco legal para que se cumplan unas especificaciones mínimas.
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La diferencia está en los aditivos
Una vez que sabemos que la base del combustible que se sirve en todas las gasolineras es el mismo, es normal que surja la duda sobre las diferencias de precio entre unas y otras si es exactamente igual.
Las diferencias comienzan una vez que se carga el combustible en los camiones cisterna de cada petrolera, ya que cada una de ellas añade a la gasolina o al diésel ciertos aditivos. Los carburantes que distribuye Exolum ya llevan de serie los aditivos HQ300 (para el gasóleo) o HQ400 (para la gasolina), pero son las petroleras puede añadir aún más componentes.
Estos aditivos son productos químicos que añaden alguna característica al combustible y los principales que se usan son:
- Detergentes: mantienen limpia la cámara de combustión y sistemas de inyección.
- Anti corrosivos: ayudan a proteger elementos metálicos contra la oxidación y corrosión.
- Fricción: ayuda a mejorar la fricción entre elementos metálicos.
- Las marcas low cost, como Petroprix, Ballenoil o Plenoil, no suelen hacerlo, o al menos en menor medida y, por tanto, ofrecen a sus clientes un combustible de buena calidad que cumple todos los estándares fijados en el Real Decreto, pero «sin extras» como los anteriormente citados, aunque sí los que ya incluye la antigua CLH.
Aunque los carburantes en España tienen una calidad mínima para ser aptos para su venta a los consumidores, está demostrado que una gasolina o un diésel con menos aditivos puede generar posos y suciedad que podrían acabar llegando al motor.
Por suerte, los coches cuentan con un filtro de combustible que se encarga de evitar que estos residuos accedan a la cámara de combustión. El filtro se ensuciará antes con combustible de baja calidad y podría acabar afectando al rendimiento del motor. Incluso, de acabar accediendo a los cilindros, esta suciedad podría desembocar en una avería importante.
¿Dónde está el truco entonces para tener esos precios bajos además de la ausencia o menor número de estos aditivos adicionales? Manuel Santiago, consejero delegado de Petroprix, lo responde a la perfección en declaraciones a El País: “Las gasolineras automáticas somos más económicas porque somos más eficientes. Tenemos menos personal, sitios más pequeños, una estructura menor, gastamos menos energía… Es una combinación de factores que hace que seamos más eficientes y trabajamos con menos margen”.