cómo diversificar tus inversiones

Cómo diversificar tus inversiones

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“Diversificar es la mejor forma de reducir el riesgo”.

Si ya llevas un tiempo en el mundo de la inversión, estoy segura de que habrás escuchado afirmaciones como esta a menudo.

Y es una idea con la que coincido por completo.

Diversificar tus inversiones te permite obtener rentabilidades interesantes sin asumir un riesgo elevado.

Pero lo que quizás no tengas claro es:

  • Por qué es tan importante hacerlo.
  • Cuál es la composición ideal de una cartera bien diversificada.
  • Cómo puedes aplicar este principio si cuentas con un capital reducido.

De ser así te animo a leer con mucha atención este post, porque en él voy a responder a todas estas preguntas.

Pero antes de nada, empecemos por entender a qué nos referimos cuando hablamos de diversificar.

 ¿Qué significa diversificar tus inversiones (y qué pretendemos conseguir al hacerlo)?

Aunque el término en sí mismo es bastante intuitivo, me gustaría empezar con una definición:

En finanzas, la diversificación consiste en repartir tu dinero entre diferentes inversiones y tipos de activos, con el objetivo de tener una cartera más resiliente ante los vaivenes del mercado.

O dicho de una manera más simple, se trata de “no poner todos los huevos en la misma cesta”.

Por ejemplo, imagina que has decidido invertir en acciones de empresas españolas.

En lugar de invertir todo tu capital en una sola empresa, como Inditex, lo usas para adquirir participaciones de un fondo indexado que replique el IBEX 35 (las 35 empresas más importantes de la bolsa española).

Otra opción: en lugar de centrarte solo en el mercado español, incluyes en tu cartera acciones de distintas empresas europeas y americanas.

En los dos casos el propósito es el mismo: tener tu dinero repartido entre distintos activos para reducir el riesgo de pérdidas en el conjunto de tus inversiones.

Importante: además de diversificada, también es importante que tu cartera esté descorrelada. Más adelante profundizaré en este concepto.

 Ventajas y desventajas de diversificar tu cartera de inversión

Una vez asentadas las bases, veamos ahora cuáles son los puntos positivos y negativos de la diversificación.

Porque sí, tener una cartera compuesta por un amplio número de activos también conlleva una serie de inconvenientes. Pero desde mi punto de vista, estos inconvenientes no empañan en absoluto los beneficios.

Te explico ambos para que puedas ver por ti mismo las dos caras de la moneda.

 #1. Ventajas

La principal ventaja de diversificar tu dinero te la adelantaba al principio del artículo: tener una cartera más robusta.

Pero ¿cómo se logra eso exactamente?

Te doy algunas pistas.

A. Diversificación del riesgo

Este punto es bastante sencillo de entender: si tienes todo tu dinero invertido en un solo activo y su valor cae, tus pérdidas serán muy elevadas.

Por ejemplo, supongamos que hoy mismo las acciones de Inditex se desplomasen.

Si la mayor parte o incluso todas las acciones que tienes en tu cartera son de Inditex, tu rentabilidad se quedaría por los suelos.

En cambio, si has invertido en todo el IBEX 35 y el resto de empresas del índice sí crecen, eso te permitirá seguir obteniendo rentabilidades positivas.

Pero podemos ir más allá.

B. Reduces tu dependencia de los mercados financieros (descorrelación)

Como te mencioné antes, además de diversificar también es importante que incluyas en tu cartera activos pocos correlacionados.

Por ejemplo, si tienes una gran parte de tu capital invertido en bolsa, otra parte debería estar en activos que no tengan nada que ver con el mercado financiero (luego veremos algunos ejemplos concretos).

Así, si la bolsa en su conjunto cae (como ocurrió con el coronavirus) esto no afectará al resto de tu cartera y lograrás minimizar las pérdidas e incluso seguir generando beneficios.

C. Más posibilidades de obtener un retorno positivo

Resumiendo, una cartera más diversificada te permite:

  • Protegerte frente a la volatilidad de los mercados.
  • Limitar el riesgo de pérdidas.

Y la consecuencia natural de esto es que, de media, diversificar te permite obtener un retorno más elevado.

Pero cuidado, porque esta norma solo es válida para el largo plazo.

En horizontes de inversión más cortos es posible que la diversificación te haga “desaprovechar” algunas oportunidades interesantes, como veremos ahora.

#2. Desventajas

Si bien la diversificación de inversiones es una estrategia ineludible si queremos tener un crecimiento sostenible a largo plazo, también hay que reconocer que tiene algunos inconvenientes.

En mi opinión los podemos resumir en tres (aunque como te decía, ninguno de ellos contrarresta los beneficios inherentes a la diversificación).

Los vemos por separado.

A. Puede llegar a reducir el retorno a corto plazo

Mientras que a largo plazo lo habitual es que una cartera bien diversificada genere rentabilidades muy interesantes, a corto plazo puede ocurrir justo al contrario.

Por ejemplo, supongamos que tienes tu capital repartido a partes iguales entre 10 empresas distintas (si tienes 10.000 € de capital, destinas 1.000 € a comprar acciones de cada una de ellas).

En un momento dado una de ellas “explota”. Comienza a crecer de manera exponencial y el valor de sus acciones se dispara.

Como es lógico, si en lugar de diversificar tu dinero hubieras invertido el 100% en esa única empresa, el beneficio que hubieras obtenido sería diez veces superior.

De hecho esta misma lógica es la que siguen algunos de los mejores inversores de la historia, como el propio Warren Buffett (cuya biografía puedes leer aquí), quien dice que “Las grandes fortunas no se hacen con una cartera de 50 acciones”.

Pero esta estrategia requiere muchos conocimientos y, sobre todo, tiempo.

Cuanto más reducido sea el tamaño de nuestra cartera, más tiempo deberemos dedicar a analizar cada empresa antes de invertir en ella.

Para las personas que no estén dispuestas a asumir este esfuerzo, la mejor estrategia (según el propio Buffett) es la inversión en paquetes de activos a través de fondos indexados y ETFs.

Nota: otro tipo de inversión que implica realizar un análisis profundo a cada empresa es la inversión en dividendos. Si deseas obtener ingresos pasivos así, pero no quieres tener que analizarla cada empresa tú mismo, he lanzado la membresía “El Club de Dividendos”, en la que cada mes hago un repaso de las empresas en las que yo misma invierto. Si quieres saber más tienes toda la información aquí.

B. Puede erosionar nuestro capital si este es pequeño

Una cartera compuesta por más activos suele implicar (aunque no siempre es así), realizar un mayor número de operaciones.

Y eso es un problema si dispones de un capital reducido.

Por ejemplo, supongamos que tu bróker te cobra 1 € por cada transacción que realizas.

Esa cantidad es irrisoria para alguien que invierte varios miles de euros. Pero si el capital del que dispones para invertir es de 100 €, entonces esa pequeña comisión podría erosionar gravemente tus beneficios.

Lo bueno es que este inconveniente es relativamente fácil de subsanar.

Para empezar, existen diversos brókeres que ofrecen condiciones muy interesantes para inversores con capitales pequeños (si quieres saber más, aquí tienes una comparativa sobre los que considero los mejores brókeres del mercado).

Además, también puedes adaptar tu estrategia de inversión al capital del que dispones.

Más adelante profundizaré en este aspecto.

C. Mayor tiempo de seguimiento

Como es lógico, si en tu cartera cuentas con acciones de 20 empresas distintas, tendrás que dedicar más tiempo a analizar la evolución de cada una de ellas que si solo fuesen una o dos.

De hecho hay una divertida frase de Peter Lynch que aparece en su libro “Batiendo a Wall Street” (cuyo resumen puedes leer aquí) y que dice así:

“Las acciones son como los hijos, no debes tener más de los que te puedes permitir mantener”.

Pero como te explicaba más arriba, esto solo te afecta en el caso de que compres acciones individuales.

Si inviertes en paquetes de activos (por ejemplo, a través de un ETF), podrás tener una cartera muy diversificada sin que eso implique una dedicación mucho mayor.

5 maneras de diversificar (y descorrelar) tu cartera de inversiones

Ya has podido ver la importancia de aplicar la diversificación en tu estrategia de inversión.

Pero ahora quizá te estés preguntando: ¿Cómo llevo todo esto a la práctica?

Te adelanto que diversificar tu cartera de manera efectiva es mucho más sencillo de lo que quizá pienses ahora mismo.

Sin embargo, hay algunos errores comunes que pueden llevarte a creer que tienes una cartera muy robusta, cuando la realidad es la contraria (lo que puede derivar en sorpresas desagradables).

Ahora verás a qué me refiero.

Nota: estos criterios son orientativos y no es obligatorio que los tengas todos en cuenta. No obstante, cuantos más de ellos cumplas más sólida será tu cartera.

#1. Diversificación numérica

La diversificación numérica implica dividir tu capital en partes o porcentajes y asignar cada una de esas partes a un activo concreto.

De esta manera te aseguras de que tu cartera esté bien balanceada y de que no haya un activo sobrerrepresentado (salvo que esa sea tu intención).

Para explicarte este punto, retomemos el ejemplo que te ponía más arriba.

Digamos que dispones de 20.000 € para invertir. En lugar de comprar acciones solo de Inditex, repartes ese dinero entre 10 empresas del IBEX 35.

Para cada una de ellas destinas 2.000 € (un 10% de tu capital). Así te aseguras de que todas tengan una representación equilibrada dentro de tu cartera.

Y esto se puede aplicar a cualquiera de las fórmulas de diversificación que vamos a ver a continuación (puedes repartir tu capital entre distintos tipos de activos, sectores, países, etc.).

#2. Diversificación geográfica

Aunque en los ejemplos anteriores me haya centrado solo en empresas españolas, lo más recomendable es invertir en distintas zonas geográficas.

Como mínimo deberías repartir tu capital entre Europa y Norteamérica. Pero si además puedes añadir activos de Asia (como China o Japón) o incluso de países emergentes, mejor que mejor.

El motivo es que no todas las economías avanzan a la misma velocidad ni en la misma dirección.

Piensa en China y Japón, sin ir más lejos.

Ambos son países asiáticos con un alto nivel de vida. Pero mientras que la economía japonesa lleva varias décadas en deflación, la de China ha crecido hasta rivalizar incluso con Estados Unidos en poder económico.

#3. Diversificación de divisas

Idealmente, la diversificación geográfica debería ir acompañada de diversificación de divisas.

Por ejemplo, invertir en España, Francia, Alemania e Italia se consideraría diversificación geográfica, porque estás invirtiendo en varios países distintos.

Pero con eso no basta, porque si el euro pasa por una época de turbulencias tu patrimonio se verá negativamente afectado.

Por eso es importante tener inversiones en varias divisas para reducir el riesgo.

Como mínimo deberías repartir tu capital entre euros y dólares estadounidenses, aunque sería recomendable diversificar aún más e incluir en tu cartera activos en dólares canadienses, libras, yenes, etc.

El único problema al invertir fuera de la bolsa en divisas diferentes a la tuya es que eso implica hacer una transferencia internacional.

Y los precios que te cobran los bancos por este tipo de transferencias son disparatados.

Para estos casos es preferible utilizar una plataforma que te ofrezca condiciones más competitivas. En mi caso utilizo CurrencyFair, de la que te hablo más a fondo en este artículo (si te registras a través de este enlace obtendrás 30 € como regalo de bienvenida).

 #4. Diversificación de activos

Esto está muy relacionado con la descorrelación de la que te hablaba más arriba.

Hasta ahora prácticamente solo hemos hablado de invertir en bolsa. Y más concretamente, de hacerlo en acciones de empresas, sea directamente o a través de ETFs.

Sin embargo, existen multitud de activos en los que podemos invertir para diversificar nuestro patrimonio más allá de las acciones.

Para empezar, dentro de la propia bolsa podemos diferenciar entre la renta variable (como sería el caso de las acciones) y la renta fija.

En este último grupo incluimos:

  • Bonos.
  • Letras del tesoro.
  • Obligaciones.

Eso sin contar otro tipo de productos como las materias primas, REIT y SOCIMI, derivados, Forex, etc.

Pero es que además tenemos otra gran cantidad de activos financieros fuera de la bolsa.

Activos que son especialmente interesantes porque están desligados del mercado. Lo que significa que si debido a un periodo de inestabilidad la bolsa cae, estos activos no se verán tan afectados.

Entre otros tenemos:

  • Inversión en inmobiliario: además de la fórmula tradicional, hay muchas maneras de invertir en activos inmobiliarios (aunque algunas de ellas sí tienen relación con la bolsa).
  • Negocios: ya sea invirtiendo en startups o creando tu propio negocio (algo que hoy en día puedes hacer por Internet y con poca inversión).
  • Inversiones alternativas: desde crowdlending hasta el whisky escocés, pasando por las famosas criptomonedas.

Este último tipo resulta particularmente interesante, porque a través de las inversiones alternativas es posible obtener rentabilidades muy elevadas (aunque recuerda que a mayor rentabilidad, mayor riesgo).

Si quieres saber más sobre los distintos tipos de activos y sus diferencias, te animo a echarle un vistazo a este artículo.

 #5. Diversificación por sectores

El quinto y último punto a la hora de diversificar tu cartera es invertir en distintos sectores.

Por ejemplo, supongamos que trabajas en el sector inmobiliario y, como es un campo que conoces bien, has decidido centrarte en él.

Para tener una cartera más diversificada inviertes en:

  • Inversiones tradicionales: adquieres inmuebles para venderlos y obtener una plusvalía o para alquilarlos.
  • REITs/SOCIMIS: inviertes en empresas del sector inmobiliario a través de la bolsa. Si quieres saber más sobre los REITs y los SOCIMIS, te dejo aquí un artículo al respecto.
  • Crowdfunding inmobiliario: un tipo de inversión alternativa desligada de los mercados financieros (aquí te hablo sobre cómo invertir en proyectos de este tipo).

Con esto tienes la aparente seguridad de que tu dinero está bien repartido y descorrelado, porque además una parte de tus activos no cotizan en bolsa.

Entonces llega el coronavirus, que hace que el sector inmobiliario en su conjunto se desplome. Y al haber invertido todo tu dinero en ese sector, las pérdidas que sufres son muy elevadas.

Ahora supongamos que, en lugar de eso, hubieras decidido diversificar tu cartera e invertir en empresas del comercio electrónico, como Amazon.

En ese caso, además de contener las pérdidas, el crecimiento del comercio electrónico con el coronavirus te hubiera permitido seguir generando beneficios (algo nada desdeñable tratándose de una época tan convulsa como fue el 2020).

¿Cómo puedo diversificar mi cartera si cuento con un capital pequeño?

Como has visto, una cartera bien repartida puede llegar a estar compuesta por un gran número de activos de diferentes clases.

El problema es que, a veces, el capital necesario para invertir en esos activos es muy elevado (por ejemplo, hay empresas cuyas acciones cuestan cientos, miles o incluso cientos de miles de dólares cada una).

Además hay que tener en cuenta las comisiones que cobran los brókeres por cada operación de compraventa.

Por todo ello, mi opinión (y la de muchos grandes inversores) es que la mejor estrategia para quienes cuentan con un capital pequeño es invertir en fondos de inversión.

En concreto te aconsejo que te decantes por la gestión pasiva (ETFs y fondos indexados).

Esta estrategia tiene múltiples ventajas si tu capital es reducido, porque te permite:

  • Acceder a un gran número de activos: con un fondo de inversión puedes comprar paquetes de acciones (o de cualquier otro activo) a un precio mucho menor del que te costaría comprar esas mismas acciones individualmente.
  • Soportar menores comisiones: al comprar una participación en un ETF o un fondo indexado solo realizas una operación de compra con tu bróker (solo se te aplican comisiones una única vez), mientras que si compras activos de manera individual puedes llegar a hacer decenas de operaciones.
  • Invertir en múltiples mercados y tipos de activos: hay fondos de inversión especializados en renta fija o variable, en materias primas, zonas geográficas, divisas, etc. De esta forma puedes tener una cartera altamente diversificada con un capital modesto.

A través de los ETFs y fondos indexados es posible obtener rentabilidades muy interesantes en el largo plazo, incluso si tus conocimientos sobre inversión son escasos.

De hecho estos vehículos de inversión son la base de la estrategia que explico en ARALP (mi formación en Alto Rendimiento en bolsa a Largo Plazo).

La diversificación es la mejor estrategia para reducir el riesgo en tus inversiones sin renunciar a la rentabilidad

Confío en haber dejado claro que, desde mi punto de vista, la diversificación de cartera es esencial para cualquier inversor.

Yo misma aplico estos criterios que te he explicado para crear y gestionar mi cartera, en la que combino la gestión propia (activos que selecciono y analizo yo misma) con participaciones en ETFs.

Y también es la misma estrategia que sigo en la Cartera del Inversor Inteligente, una cartera basada en una serie de plataformas en las que invierto mi propio dinero y de la cual hago un seguimiento público todos los meses.

Para saber más te animo a suscribirte a la newsletter y así recibir las actualizaciones mensuales con los cambios que voy aplicando en esta cartera (además de los diversos contenidos que publico en mi blog relacionados con las inversiones).

Si quieres plantearme tus dudas sobre alguno de los puntos que he explicado en este post o compartir tu propia estrategia de diversificación, no dudes en hacerlo a través de los comentarios.