Cinco retoques esenciales para mejorar una foto hecha con el móvil y con qué aplicaciones hacerlos
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Lo que más me llama la atención cuando se habla de fotografía móvil es que se trata como si fuera algo distinto. Y solo cambia un mero adjetivo. La cámara es nueva, pero al final tenemos lo mismo, una imagen que puede ser mala (de la que nos olvidamos) o buena. Si nos encontramos con esto último en la pantalla siempre debemos hacerle unos ajustes para conseguir subirla de categoría. Así que vamos a ver los retoques básicos que podemos hacerle a una fotografía hecha con el móvil para que luzca lo mejor posible.
La fotografía es una forma de contar cómo vemos las cosas. Algunos se limitan a seguir las modas, otros intentan contar el mundo desde su punto de vista. Y muchos solo quieren tener un buen recuerdo. Cualquiera de las tres formas de enfrentarse a ella son perfectamente válidas. Y la única diferencia es el tiempo que se le dedica.
Los que siguen las modas lo tienen más fácil porque el camino está hecho y lleno de filtros populares. Los que quieren enseñar otra manera de mirar experimentan sin parar hasta que consiguen dar en el clavo. Y los que únicamente buscan recuerdos les basta con poder enviar lo que están haciendo rápidamente, sin complicaciones.
Pero creo que todos mejoraríamos nuestro mensaje si tuviéramos en cuenta cuatro cosas importantes a la hora de presentar una fotografía. Desde luego no me refiero a pasar cinco horas revelando ni crear doscientas capas, eso se lo dejamos a los virtuosos de Photoshop. Son muy sencillos y con cualquier aplicación que permita ediciones no destructivas podremos hacerlo.
1. Hay que revelar siempre la fotografía: Cinco retoques esenciales para mejorar una foto
Desde hace mucho tiempo veo en las redes sociales el hashtag #sinfiltro. En numerosas clases muchos alumnos dicen que ellos no revelan las fotografías porque confían en lo que consiguen con la cámara. Y que cualquier paso por las aplicaciones es poco menos que un pecado venial.
Pero esta moda no tiene sentido alguno. Siempre hay que revelar las fotografías que hagamos. Y si no lo hacemos, os aseguro que cualquier móvil lo hace por nosotros. El resultado final depende de la configuración de fábrica.
No existe un archivo bruto, sin tocar. De hecho, en fotografía móvil es imposible encontrar algo que no esté retocado previamente. El brillo, el contraste o la saturación siempr
Cuando pregunto e indago un poco, la respuesta sincera es siempre la misma: no sé utilizar las aplicaciones. Y es que muchas veces confundimos revelar con inventar. Y no es más que interpretar la información que nos da el sensor.
Por este motivo recomiendo siempre revelar nuestras fotografías para dirigir la mirada del espectador justo como nosotros queremos. No es cuestión de convertir el día en noche y sacar el arco iris cuando no lo vimos. Solo hay que visualizar lo que queremos hacer para lograr el mejor resultado.
Y podemos emplear cualquier aplicación que nos permita una edición no destructiva, es decir, aquellas que nos permitan recuperar siempre el archivo original. Siempre recomiendo las mismas por las posibilidades que ofrecen: Adobe Lightroom (Android, iOS), Snapseed (Android, iOS) y Pixelmator (iOS).
2. Contraste
El contraste se puede definir, de una forma sencilla, como la diferencia entre el tono más oscuro y el más claro de una fotografía. Cuando revelo una fotografía en el ordenador con la ayuda de las máscaras de luminosidad siempre le meto contraste a los tonos medios. El efecto es más favorecedor.
Subir el contraste le dará a nuestra imagen:
- Más fuerza visual
- Una mayor sensación de nitidez
- Una mejora importante en la saturación de los colores.
En las tres aplicaciones móviles que hemos recomendado podemos acudir a las Curvas y subir un poco los blancos y bajar los negros. Lo que se conoce en el argot fotográfico como una curva en S. Y no hacer caso del parámetro Contraste, pues ofrece mucho menos control.
Si no queremos complicaciones o no estamos muy familiarizados con esta herramienta, la clave es dejar siempre la parte central de la curva en el centro y no marcar mucho la s. Así lograremos no exagerar el efecto y lograr un aspecto más natural.
3. Blancos y negros
Ansel Adams, uno de los maestros de la fotografía, inventor del sistema de zonas, decía en sus libros que una buena fotografía era aquella que tenía al menos un blanco y un negro absolutos. Y esa es la clave de muchas fotografías.
Muchas de nuestras fotografías tienen un aspecto lavado, poco profundo, plano… Lo que hay que buscar son los parámetros que nos permitan, con la ayuda inestimable del histograma, ajustar ambos extremos.
En Adobe Lightroom, por ejemplo, tenemos que ir a Luz>Blancos/Negros y al presionar sobre la fotografía veremos lo que se conoce como Nivel de umbral. Si estamos trabajando el punto más claro se verá tendremos que ver todo en negro y viceversa si estamos con los tonos más oscuros.
Esta es la clave para lograr una fotografía bien revelada. De hecho, cuando desarrollo mi propio sistema de revelado, los diez pasos, es uno de los puntos más importantes.
4. Ajustar el equilibrio de blancos
Este punto siempre ayudará a mejorar cualquier fotografía. El equilibrio de blancos automático suele responder muy bien en exteriores, pero en interiores es normal que dé problemas. La mezcla de todo tipo de luces, los problemas con el CRI de las bombillas (es una escala de 0 a 100% que indica la precisión de una fuente de luz a la hora de representar el color), provocan dominantes muy fuertes.
Por este motivo ajustar el equilibrio de blancos siempre ayuda. No hace falta un dominio absoluto, ni llevar siempre encima una carta de grises. El ajuste Automático de cualquiera de los programas recomendados consigue neutralizar cualquier dominante.
Y debemos hacerlo siempre que no sea un ajuste estético buscado por el autor. Puede que en la fotografía de ejemplo a alguien le gusten las dominantes anaranjadas, pero no estaban presentes en ese espacio.
5. No a los filtros por sistema
Al principio comentaba que había que evitar caer en el engaño de #sinfiltro. Pero tampoco podemos caer siempre y por defecto en los filtros que nos ofrecen las aplicaciones. Me refiero a la forma de revelar de muchos usuarios en la que va probando filtro tras filtro hasta dar con el que más le gusta.
Cada uno es libre de actuar como quiera, faltaría más, pero es la mejor manera de caer en el aburrimiento fotográfico. Además de dejarse guiar por las modas no conseguiremos sacar adelante nuestro modo de mirar, nuestro propio estilo.
He visto muchas veces cómo los filtros van estropeando una fotografía sin compasión. Se van sumando hasta conseguir un efecto que muchas veces es imposible de repetir porque es imposible recordar todos los pasos. Es una especie de cuenta de la vieja que impide encontrar un estilo propio.
Por este motivo siempre he pensado que un ajuste personalizado, una rutina de revelado, va a ayudarnos a mejorar nuestras propias fotografías. Una vez tengamos claro cómo queramos que sea nuestra imagen, podemos crear un filtro propio para ir más rápido. Pero las prisas en la fotografía nunca son buenas.