California sigue luchando contra el fuego a la espera de lluvia el miércoles
Más de 5.600 bomberos luchan contra las llamas en el gigantesco y mortífero incendio que quema el norte de California (EE.UU.), a la espera de que se cumplan los pronósticos que vaticinan para este miércoles las primeras lluvias desde hace meses.
El bautizado como «Camp Fire» se ha cobrado la vida de por lo menos 77 personas, mientras que otras 1.276 permanecen desaparecidas a causa del fuego que ha engullido por completo la localidad de Paradise, de 26.000 habitantes, y destruido más de 13.000 edificios.
Los bomberos, que en las últimas horas han visto cómo el fuerte viento les dificultaba las tareas de extinción, confían en las predicciones del Servicio Nacional de Meteorología, según las cuales el miércoles llegarán las primeras lluvias a una zona extremadamente seca que no ha visto llover desde hace meses.
Los meteorólogos están «casi seguros» de que ese día habrá precipitaciones en el condado de Butte, escenario de los fuegos, aunque no en una cantidad suficiente como para provocar desprendimientos de tierra.
El agua también aliviaría la situación en gran parte del resto del estado, que desde hace días se encuentra en alerta roja por la mala calidad del aire, ya que el humo se desplaza cientos de kilómetros hasta alcanzar áreas muy pobladas como Sacramento, la capital del estado, y la bahía de San Francisco.
Hasta la noche del domingo, los bomberos habían logrado contener las llamas en un 65 %.
La causa que originó el fuego sigue siendo desconocida y las autoridades mantienen abierta una investigación, pero el diario local The Sacramento Bee publicó que la compañía eléctrica Pacific Gas & Electric (PG&E) detectó un segundo problema en una línea de alta tensión del lugar el mismo día que se declaró el incendio.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó las zonas quemadas y mostró un tono conciliador frente a las palabras agresivas que hace una semana dedicó a las autoridades de California por su gestión del fuego.
El mandatario se dirigió después al sur de California, donde hay declarado otro gran incendio cerca de Los Ángeles, que ha ocasionado tres muertos, aunque los bomberos lo tienen controlado casi en su totalidad.
La zona afectada por este segundo fuego, bautizado como «Woolsey Fire«, podría recibir también agua a partir del miércoles, ya que el pronóstico meteorológico indica un 50 % de posibilidades de lluvia. (I)