Así afecta la ola de calor a los neumáticos de tu coche
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Las temperaturas extremas son siempre perjudiciales para los componentes de un coche, pero hay ciertos elementos que sufren más que otros. Los neumáticos están entre ellos y, además, son vitales para tu seguridad.
La ola de calor, ese concepto veraniego que nos acompaña de manera inevitable cada año en España. Y, además, suele coincidir con nuestras vacaciones, lo que en muchos casos implica largos viajes en coche a la playa, la montaña, al pueblo…
Sea como fuere, y por la razón que sea, lo importante es que el coche también se ve afectado por la ola de calor, ya que las temperaturas extremas llevan aún más al límite unos componentes que ya de por sí trabajan con mucho estrés.
El efecto del calor en los neumáticos
Durante una ola de calor, las temperaturas llegan a 40 ºC en muchos puntos de España. Incluso superan dicha cifra. Esto hace que una superficie con tanta capacidad para absorber el calor como es el asfalto pueda alcanzar incluso el doble de temperatura.
Por su parte, el neumático es un elemento de caucho que va montado en una llanta metálica y mantiene su forma gracias al aire que se inserta en su interior. Todos estos elementos -la goma, el metal y el aire- sufren alteraciones a consecuencia del calor.
Durante una ola de calor, la consecuencia de todo esto es que el único elemento que entra en contacto directo con el asfalto, el neumático, puede llegar a soportar temperaturas cercanas a los 100 ºC. Y esto, inevitablemente, hace que la presión de aire suba mucho (y que la estructura del neumático sufra bastante).
Exceso de presión en el neumático
Esto nos lleva al primer supuesto, el exceso de presión por acción del calor. En general, si un neumático es utilizado a una presión superior a la recomendada por el fabricante, su desgaste será superior en el centro de la banda de rodadura, la distancia de frenado aumentará y el coche tendrá menos agarre en curva. También será menos confortable al amortiguar en menor medida las irregularidades del terreno.
Pero esto no hará necesariamente que se produzca un reventón, pues los neumáticos soportan márgenes muy elevados de presión por razones de seguridad.
CONSEJO MOTOR.ES
Consulta esta guía sobre las precauciones a tomar a la hora de viajar durante una ola de calor
El problema llega si el neumático no está en perfectas condiciones. Es decir, si tiene cortes, deformaciones o incluso una abolladura en un flanco a consecuencia de un bordillazo u otro impacto.
En ese caso, la estructura del neumático se ha visto dañada y el exceso de presión puede provocar que la carcasa termine de ceder y se produzca el reventón.
Presión insuficiente del neumático
El segundo supuesto es que haya muy poca presión en el neumático, algo muy habitual debido a la dejadez de los conductores con el mantenimiento de los mismos.
Esto provoca mayor consumo de combustible, desgaste excesivo por los laterales de la banda de rodadura, riesgo de frenada irregular y mayor inestabilidad en curva. Pero hay más.
Ya sabemos que el aumento de temperatura aumenta la presión del aire de la rueda. Pero si esta es muy baja de por sí, la carcasa del neumático no tendrá rigidez suficiente para mantener una forma adecuada y sufrirá deformación al rodar.
Esto, combinado con el calor del asfalto, acabará generando un sobrecalentamiento del neumático y un fallo estructural en el mismo. ¿El resultado final? Al igual que en el caso anterior, un reventón.
Cómo evitar reventones y otros problemas en los neumáticos durante la ola de calor
La solución a todos estos problemas durante una ola de calor es la misma que en cualquier otra situación: realizar un mantenimiento adecuado de los neumáticos y llevar siempre la presión recomendada por el fabricante.
De ese modo, el desgaste del neumático será uniforme y la posibilidad de un fallo estructural será mínima. En cualquier caso, siempre pueden producirse bordillazos o impactos violentos contra baches o socavones. Por eso, siempre es recomendable realizar una inspección visual para identificar cualquier anomalía.