6 cosas de las TV OLED que no te cuenta nadie
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Cuando vamos a elegir un nuevo televisor, muchas veces nos fijamos en los aspectos más básicos, como las conexiones que tiene, el precio que nos costará, que resolución de pantalla puede ofrecernos o, en algunos casos, que aplicaciones tendrá para descargar. Sin embargo, hay otros aspectos que no siempre nos cuentan, pero en este caso, nosotros te diremos hasta seis cosas de las TV OLED que puede que no hayas oído.
Y es que no siempre será tan fácil encontrar cierta información sobre un tipo de televisor en concreto, bueno, más bien por el tipo de pantalla que trae. Más que nada, porque entre las diferentes tecnologías de los televisores, nos encontramos diferentes problemas por su panel, o aspectos clave, que podrían interesarte antes de tomar una decisión. Si en tu caso estás buscando una tele OLED, seguramente, te gustará saber esto. Aunque, no todos serán puntos negativos.
Se desgastan con el tiempo
El tiempo de vida de las pantallas OLED, queramos o no, está más limitado en comparación a otras tecnologías para teles. Y es que, aunque los fabricantes nos aseguren que durará de sobra, lo cierto es que los LEDs tienen componentes orgánicos que se van perdiendo propiedades con el uso continuo.
Esto provoca que, llegado el momento, tengamos que cambiar de televisor. Sin embargo, el lado bueno es que no pasará de un día para otro, sino que serán miles de horas las que deberán pasar. Por lo que no será ningún tipo de inconveniente desde un principio, ya que deberá pasar bastante tiempo para que esto empiece a darnos problemas.
El brillo que ofrecen es menor
En este caso también nos encontramos ante una desventaja que si nos ponemos a ver el resto de las tecnologías de los televisores. Y es que, dentro de las OLED, lo cierto es que el brillo máximo que nos ofrecen es menor, aunque no será tan relevante en los casos en los que utilicemos dicha TV en un entorno con poca luz ambiente.
Esto se debe a que el contraste de esta tecnología es mayor, debido a que se apagan los píxeles al mostrar negro, por lo que el contraste es, a efectos prácticos, infinito. Por esto mismo, nos dará una mayor o mejor sensación de brillo todo aquel contenido que sí está iluminado. Aunque, por lo general, el brillo máximo no será tan elevado como en otras teles como podría pasar en las QLED.
Pueden aparecer quemados
Este punto tiene mucha relación con el desgaste que se puede ir apreciando con el paso del tiempo en las OLED. Como os decíamos, al contar con componentes orgánicos, lo cierto es que, al ir perdiendo propiedades, las imágenes que aparecen en pantalla se podrán quemar en el panel si están durante mucho tiempo.
El lado bueno es que van apareciendo diferentes tecnologías que van suavizando esto. Como es el caso del pixel shifting que se encarga de ir cambiando los píxeles cercanos. Además, hay que tener en cuenta que las OLED vienen acompañadas de ABL, es decir, un limitador automático de brillo que actúa como un mecanismo de defensa con el fin de que se no sufra tanto el televisor.
El consumo de energía
Otro aspecto en el que no siempre nos fijaremos, o nos contarán, es el relacionado con el consumo energético. En este caso, los paneles OLED son extremadamente finos, además de que carecen de retroiluminación LED aparte. Por lo que, a diferencia de otras tecnologías, nos encontramos con que este tipo de televisores requieren bastante menos energía para poder llegar a funcionar. Por lo tanto, nos encontramos ante unas TV que son también muy eficientes.
Los ángulos de visualización
No todos iban a ser puntos negativos que no siempre nos contarán en una tienda a la hora de comprar una pantalla OLED. En este caso, nos encontramos que está tecnología hace que una TV OLED pueda verse al 100% de su nitidez en todos los ángulos de hasta 84 grados. Está claro que no es una auténtica maravilla con respecto a los LED-IPS, pero lo cierto es que, en este caso, pueden ganar y por mucho a otra tecnología, como es el caso de las QLED.
La frecuencia de refresco
Por último, vamos con la frecuencia de refresco, un punto del que no siempre tendremos mucha idea a la hora de elegir un nuevo televisor. Esto se refiere, concretamente, al número de veces por segundo que se puede llegar a actualizar la imagen en la pantalla.
En el caso de las pantallas OLED, si nos encontramos ante unas circunstancias normales, un panel usará una frecuencia de 60 Hz, aunque, en otros casos, contarán con el doble, es decir, 120 Hz. En cualquier caso, en este apartado nos encontramos ante otro punto a favor a la hora de escoger una pantalla con esta tecnología.