1.000 Ángeles correrán 5 kilómetros por los niños con cáncer
No existe dolor que doblegue a Amy Lemos. Nadie pensaría que esta niña de 10 años, amigable y ánimo efusivo tuvo que lidiar una larga batalla contra el cáncer.
Acababa de cumplir los 5 años cuando Amy dejó a un lado los juegos con sus padres para pasar la mayoría del tiempo en quirófanos y consultorios. Durante las largas terapias aprendió que su familia es la única razón para salir adelante.
A esa edad le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda (LLA) que se produce cuando una célula de la médula ósea presenta errores en su ADN.
La pequeña pasó un riguroso tratamiento de dos fases. La primera, se sometió a terapias permanentes de quimioterapia. Lo más doloroso, recuerda la niña, fueron las inyecciones en la médula espinal.
La segunda fase consistió en consultas médicas, que se cumplieron de forma frecuente. Ahora, la enfermedad de Amy se encuentra en tercera etapa (en remisión). Es decir, que tiene que ir a chequeos periódicos como control hasta cumplir 15 años.
María Belén Cadena, su madre, reconoce que fue un largo trayecto hasta ver que su hija se recuperó. Ella estimó que para el tratamiento, gastaron alrededor de $ 300 mil.
Para cubrir los gastos realizaron préstamos y alcances a través de la tarjeta de crédito. Luego, el Ministerio de Salud subvencionó estos valores por tratarse de una enfermedad catastrófica.
Ahora el tratamiento se cumple a través del seguro previsto por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). «La leucemia es uno de los tratamientos más largos en el cáncer», reitera la madre.
María Belén cuenta que uno de los gastos más fuertes se destinaron para adquirir Asparaginasa, un medicamento que se usa para tratar la leucemia linfoblástica aguda (LLA).
Cada ampolla cuesta alrededor de $ 80. Y Amy requería suministrarse tres dosis a la semana. La Fundación Corazones Valientes ayudó en los gastos para que la niña culmine su tratamiento.
Apoyo a otras familias
Cristina Carvajal, directora de la Fundación Corazones Valientes, reconoce que la medicación contra el cáncer se suspende porque los pacientes o sus familias no tienen dinero para solventar los gastos.
La entidad apoya a esos casos, no solo con medicinas, sino también para los pacientes que vienen desde las provincias hasta Quito, para recibir atención médica.
La Fundación organiza la Carrera de Ángeles por un corazón Valiente a beneficio de los niños con cáncer.
Se trata de una carrera temática realizada por primera vez a nivel mundial en donde sus participantes recorrerán 5 kilómetros.
A diferencia de otras competencias, este tramo consiste en que los atletas porten alas como acto simbólico convirtiéndose en ángeles de la guarda de estos niños.
De esta forma se generarán recursos para ayudar a los pacientes y evitar que abandonan el tratamiento oncológico, a decir de María Isabel Orbe, directora de Comunicación Díselo Conmigo.
Gracias al tratamiento, Amy tiene una vida normal. Juega con su padre, Gabriel y su hermano Nicolás (12 años); sale con sus amigos del colegio con quienes disfruta bailar reguetón.
El encuentro es el parque Bicentenario
Orbe explicó que si bien se trata de una carrera, no es necesario que los competidores corran hasta la meta. Incluso, si lo desean, pueden llevar a su mascota. «Lo importante es apoyar en esta causa». Se estima la presencia de 1.000 participantes.
El encuentro será el próximo sábado 29 de septiembre, en la Cruz del Papa del parque Bicentenario, a las 08:00. Los participantes pueden llegar desde las 06:00 para que se les entreguen sus alas con las que participarán en la competencia.
El valor de la inscripción es de $ 30. Para inscripciones y mayores detalles se puede llamar a los teléfonos 098 468 1965; 098 317 7640 o al teléfono convencional 022 605 518. (I)